Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder
Hay desencanto, frustración, hartazgo. La alternancia en México pronto dejó de ser promesa para convertirse en fiasco. Los datos duros allí están, avalan la observación de Pedro Joaquín Coldwell: Felipe Calderón heredará un país al borde del colapso social, con 60 millones de pobres, “será el sexenio de la pobreza”.
En el foro del XVIII aniversario luctuoso de Luis Donaldo Colosio, el presidente del PRI dejó claro que su aserto está sustentado en un estudio del Tecnológico de Monterrey, en el que de acuerdo a sus estadísticas, al culminar el segundo sexenio de la alternancia habrá 15 millones más de pobres que al inicio de la administración del PAN.
El panorama educativo no es menos grave. La alianza establecida entre Acción Nacional y Elba Esther Gordillo hizo del sistema de educación básica y media proporcionada por el gobierno una fábrica de ignorantes. A los alumnos no puede sancionárseles reprobándolos, no pueden ser expulsados y tampoco pueden ser castigados por los maestros. La autoridad en las aulas dejó de existir, en un mimetismo a lo que sucede en el gobierno: hay vacío de poder estructurado, se convirtió en el país de un solo hombre, y está a un tris de la dictadura.
Coldwell no adjetiva al panismo, sólo expone las cifras, los datos duros en los que los tecnócratas se engolosinan: el valor del salario mínimo en México es 23 por ciento de lo que era en los años 70, es decir, “hoy se tiene que trabajar cuatro días para tener un salario con el valor de lo que era hace cuatro décadas;… al final del año habrá 15 millones más de pobres que al inicio de la actual administración, además de que hay 7.8 millones de jóvenes entre 12 y 15 años que no estudian ni trabajan.
“La derecha panista llegó al poder y abandonó el programa revolucionario de gobierno. En su lugar, se adoptaron los programas de subsidios de los organismos internacionales que no alcanzan a promover cabalmente el desarrollo”, sostuvo.
Todo indica que durante el sexenio del presidente del empleo no sólo dejaron de crearse los prometidos, sino que además se perdieron 700 mil puestos de trabajo; en cuanto al costo anímico, social y en vidas humanas de haber metido al país en una innecesaria guerra a balazos contra el narco, no hay manera de cuantificarlo, porque la transparencia en esa área de gobierno no existe, porque Calderón insiste en afirmar que conduce a la nación por el camino correcto, cuando a la delincuencia organizada, a los barones de la droga se les combate con ideas, yugulando las áreas donde han corrompido para crear complicidades, despojándolos de los recursos económicos.
Como concluyó Luis Spota su novela En vísperas del trueno: “resultó peor el remedio que la enfermedad”, dejaron en una pinta en la barda de Los Pinos.
Hay desencanto, frustración, hartazgo. La alternancia en México pronto dejó de ser promesa para convertirse en fiasco. Los datos duros allí están, avalan la observación de Pedro Joaquín Coldwell: Felipe Calderón heredará un país al borde del colapso social, con 60 millones de pobres, “será el sexenio de la pobreza”.
En el foro del XVIII aniversario luctuoso de Luis Donaldo Colosio, el presidente del PRI dejó claro que su aserto está sustentado en un estudio del Tecnológico de Monterrey, en el que de acuerdo a sus estadísticas, al culminar el segundo sexenio de la alternancia habrá 15 millones más de pobres que al inicio de la administración del PAN.
El panorama educativo no es menos grave. La alianza establecida entre Acción Nacional y Elba Esther Gordillo hizo del sistema de educación básica y media proporcionada por el gobierno una fábrica de ignorantes. A los alumnos no puede sancionárseles reprobándolos, no pueden ser expulsados y tampoco pueden ser castigados por los maestros. La autoridad en las aulas dejó de existir, en un mimetismo a lo que sucede en el gobierno: hay vacío de poder estructurado, se convirtió en el país de un solo hombre, y está a un tris de la dictadura.
Coldwell no adjetiva al panismo, sólo expone las cifras, los datos duros en los que los tecnócratas se engolosinan: el valor del salario mínimo en México es 23 por ciento de lo que era en los años 70, es decir, “hoy se tiene que trabajar cuatro días para tener un salario con el valor de lo que era hace cuatro décadas;… al final del año habrá 15 millones más de pobres que al inicio de la actual administración, además de que hay 7.8 millones de jóvenes entre 12 y 15 años que no estudian ni trabajan.
“La derecha panista llegó al poder y abandonó el programa revolucionario de gobierno. En su lugar, se adoptaron los programas de subsidios de los organismos internacionales que no alcanzan a promover cabalmente el desarrollo”, sostuvo.
Todo indica que durante el sexenio del presidente del empleo no sólo dejaron de crearse los prometidos, sino que además se perdieron 700 mil puestos de trabajo; en cuanto al costo anímico, social y en vidas humanas de haber metido al país en una innecesaria guerra a balazos contra el narco, no hay manera de cuantificarlo, porque la transparencia en esa área de gobierno no existe, porque Calderón insiste en afirmar que conduce a la nación por el camino correcto, cuando a la delincuencia organizada, a los barones de la droga se les combate con ideas, yugulando las áreas donde han corrompido para crear complicidades, despojándolos de los recursos económicos.
Como concluyó Luis Spota su novela En vísperas del trueno: “resultó peor el remedio que la enfermedad”, dejaron en una pinta en la barda de Los Pinos.
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