Salvador García Soto
Todavía no comienzan las campañas formales y nuestros candidatos presidenciales ya mostraron cuán dispuestos están a hacer casi cualquier cosa con tal de ganar simpatías, votos y un poco de aceptación y reconocimiento. Primero vimos a los aspirantes presidenciales acudir presurosos a recibir el aval y el visto bueno del vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, a quien no dudaron en visitar en su mismísimo cuarto de hotel, y ahora veremos a varios de ellos en abierta genuflexión ante una autoridad religiosa, como es el Papa Benedicto XVI.
Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña Nieto, al igual que Gabriel Quadri, han anunciado que irán a ver al Papa Benedicto XVI y se tomarán la foto con él como invitados a la misa que celebrará al Pontífice católico en León, durante su visita al país. Hasta ahora Andrés Manuel López Obrador no ha confirmado si acudirá a la misa, pero su equipo tampoco ha descartado que acepte la invitación a la celebración religiosa.
En ambos casos, el de la autoridad de una nación extranjera y el de un jerarca religioso, cabría esperar una actitud mucho más mesurada y prudente de quienes pretenden gobernar un país; lo que se ha visto en cambio es una actitud de pragmatismo y superficialidad en la que, con tal de ganar simpatías del electorado, los candidatos son capaces de hacer caravanas y acudir serviles ante cualquier personaje, sin importar si éste representa a otro Estado y mucho menos parece importarles el Estado laico.
De lo que se trata, para los candidatos, es de no desperdiciar la ocasión para aparecer en la fotografía sin importarles mucho el fondo del mensaje que transmiten. Asistir a una misa con el Papa es un claro guiño al jerarca de una religión que, aunque sigue siendo mayoritaria en México, no es la única ni es la de todos los mexicanos. Tal vez eso podría entenderse de la candidata de un partido que siempre se ha declarado abiertamente católico, como el PAN, pero ¿de los otros candidatos cuyos partidos pregonan en sus principios la defensa del laicismo como principio fundamental del Estado mexicano?
En fin, cuestión de observar el pragmatismo y la flexibilidad de nuestros políticos; en una época donde los principios ya no importan mucho y las ideologías se desdibujan o se diluyen en las propuestas de los candidatos, qué más da si se vulneran principios que algunos consideran en desuso como la soberanía mencionada en la Constitución al acudir a un pase de revista con el vicepresidente de otro país o qué tanto importa que se aspire a encabezar un Estado laico si la presidencia bien vale una misa. Y así van a gobernar.
NOTAS INDISCRETAS… Florence Cassez ganó y perdió ayer; perdió porque se queda en la cárcel y no será liberada, pero ganó porque se reconocen las violaciones a sus garantías fundamentales que serán objeto de un nuevo análisis por los ministros de la Corte. El que ganó por ahora de todas, todas fue el presidente Felipe Calderón que se opuso con vehemencia a la liberación de la ciudadana francesa al grado de incurrir en un abierto acto de presión y de invasión de poderes que ayer fue reclamado puntualmente por el presidente de la Corte Juan Silva Meza. “No al abuso de poder, paso previo al autoritarismo, no a la creencia de que la ley puede cumplirse a capricho”, dijo el ministro Silva frente a Calderón. Ganó también el ministro Arturo Zaldívar que aunque se rechaza su dictamen, se acepta la parte escencial de su alegato: la violación de garantías y derechos de la acusada y el respeto al debido proceso. Y pierden, solo por ahora, los que defendieron la presunta inocencia de Florence y apoyaron su liberación que será materia de discusión en un nuevo dictamen. Es decir el caso se resuelve momentáneamente pero aún no se cierra…Repiten los dados. Segunda Escalera.
Todavía no comienzan las campañas formales y nuestros candidatos presidenciales ya mostraron cuán dispuestos están a hacer casi cualquier cosa con tal de ganar simpatías, votos y un poco de aceptación y reconocimiento. Primero vimos a los aspirantes presidenciales acudir presurosos a recibir el aval y el visto bueno del vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, a quien no dudaron en visitar en su mismísimo cuarto de hotel, y ahora veremos a varios de ellos en abierta genuflexión ante una autoridad religiosa, como es el Papa Benedicto XVI.
Josefina Vázquez Mota y Enrique Peña Nieto, al igual que Gabriel Quadri, han anunciado que irán a ver al Papa Benedicto XVI y se tomarán la foto con él como invitados a la misa que celebrará al Pontífice católico en León, durante su visita al país. Hasta ahora Andrés Manuel López Obrador no ha confirmado si acudirá a la misa, pero su equipo tampoco ha descartado que acepte la invitación a la celebración religiosa.
En ambos casos, el de la autoridad de una nación extranjera y el de un jerarca religioso, cabría esperar una actitud mucho más mesurada y prudente de quienes pretenden gobernar un país; lo que se ha visto en cambio es una actitud de pragmatismo y superficialidad en la que, con tal de ganar simpatías del electorado, los candidatos son capaces de hacer caravanas y acudir serviles ante cualquier personaje, sin importar si éste representa a otro Estado y mucho menos parece importarles el Estado laico.
De lo que se trata, para los candidatos, es de no desperdiciar la ocasión para aparecer en la fotografía sin importarles mucho el fondo del mensaje que transmiten. Asistir a una misa con el Papa es un claro guiño al jerarca de una religión que, aunque sigue siendo mayoritaria en México, no es la única ni es la de todos los mexicanos. Tal vez eso podría entenderse de la candidata de un partido que siempre se ha declarado abiertamente católico, como el PAN, pero ¿de los otros candidatos cuyos partidos pregonan en sus principios la defensa del laicismo como principio fundamental del Estado mexicano?
En fin, cuestión de observar el pragmatismo y la flexibilidad de nuestros políticos; en una época donde los principios ya no importan mucho y las ideologías se desdibujan o se diluyen en las propuestas de los candidatos, qué más da si se vulneran principios que algunos consideran en desuso como la soberanía mencionada en la Constitución al acudir a un pase de revista con el vicepresidente de otro país o qué tanto importa que se aspire a encabezar un Estado laico si la presidencia bien vale una misa. Y así van a gobernar.
NOTAS INDISCRETAS… Florence Cassez ganó y perdió ayer; perdió porque se queda en la cárcel y no será liberada, pero ganó porque se reconocen las violaciones a sus garantías fundamentales que serán objeto de un nuevo análisis por los ministros de la Corte. El que ganó por ahora de todas, todas fue el presidente Felipe Calderón que se opuso con vehemencia a la liberación de la ciudadana francesa al grado de incurrir en un abierto acto de presión y de invasión de poderes que ayer fue reclamado puntualmente por el presidente de la Corte Juan Silva Meza. “No al abuso de poder, paso previo al autoritarismo, no a la creencia de que la ley puede cumplirse a capricho”, dijo el ministro Silva frente a Calderón. Ganó también el ministro Arturo Zaldívar que aunque se rechaza su dictamen, se acepta la parte escencial de su alegato: la violación de garantías y derechos de la acusada y el respeto al debido proceso. Y pierden, solo por ahora, los que defendieron la presunta inocencia de Florence y apoyaron su liberación que será materia de discusión en un nuevo dictamen. Es decir el caso se resuelve momentáneamente pero aún no se cierra…Repiten los dados. Segunda Escalera.
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