BizJet corrompe al PAN

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Inmersos en la vorágine informativa del affaire Cassez, los mexicanos dejan pasar, sin reclamo alguno, el pésimo gobierno de Felipe Calderón, no se animan a echarle en cara al mismísimo presidente de México, que él y sus empleados parecen inmersos en un nido de corrupción: algunos hacen con voracidad inaudita lo que prometieron no hacer, para sacar al PRI de Los Pinos.

Sobrepasaron todos los límites, especialmente en aquella corrupción que nada tiene que ver con la lana en primera instancia, sino con el torcimiento ideológico, ético, moral, profesional y legal de las instituciones que permitieron a los protagonistas de la historia de esta nación, proponer un proyecto que ellos mismos traicionaron al vencerse a la reelección y abrirle el camino a Álvaro Obregón. En 1928 no era viable, hoy tampoco es posible.

Pero la reelección se sustituye con el cambio de modelo económico y con el impasse de la transición política. De eso se trata: entrampar al país en un limbo de recreación mediática, vencido a las tentaciones de la corrupción pecuniaria, para solventar moralmente la globalización y el sometimiento a Estados Unidos en un sistema de propaganda y de desinformación, como hoy se balancea entre BizJet y el caso Cassez.

Manuel Vicent da el grito de alarma en su texto dominical de El País, cuando el 18 de marzo último advierte: “El Papado tuvo esclavos mientras ejerció el poder temporal y el negrero fue la figura crucial del siglo de oro español e inglés, la correa de transmisión de la conquista de América. Tampoco en nuestros días se puede desarrollar un imperio hegemónico sin la esclavitud. Hoy la carne humana más barata se halla en China y en la India. Son más de 1,500 millones de seres dispuestos a ser sacrificados al dios del mercado a cambio de una ración de subsistencia, la necesaria para seguir trabajando. Norteamérica aún es asaltada por las oleadas de hambrientos hispanos que suben desde el fondo de los países del sur a ofrecerse como carne de cañón” (negritas mías).

No le den vueltas, insisto como lo hice hace dos semanas: Florence Cassez será la figura emblemática de este gobierno, que necesitó de la luminosa idea de Lizeth Parra Hernández, impulsada por Genaro García Luna, para establecer como norma la recreación informativa de la realidad, con la idea de que los mexicanos les aprueben todo, hasta la ignominia de burlarse de ellos y dejarlos convertidos en esclavos.

No es la globalización, es lo que Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón entienden por tal, como si el futuro estuviese de verdad en el grupo BRIC. Convierten a México, a velocidad asombrosa, en un país de esclavos.

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