Reparto del PIB: no todos alcanzan
La gran preocupación de China
Carlos Fernández-Vega / México SA
Concluyó el segundo mes de este agitado 2012 y todos los ojos y pasiones están clavados en el proceso electoral. Parece que sólo pueden atender un asunto a la vez, de tal suerte que la economía nacional ni cacha, ni picha ni deja batear, y se mantiene sin mostrar la ya afamada solidez y consolidación de discurso presumidas desde el cuarto de campaña panista (otrora conocido como Los Pinos). Desde el reconocimiento oficial de la crisis (octubre de 2008) se mencionó la alternativa de fortalecer el mercado interno para atenuar la dependencia de los vaivenes del modelo externo, pero es la fecha en la que tal opción brilla por su ausencia. La perspectiva de crecimiento para el presente año es menos grata que la de 2011, y ésta resultó sustancialmente por debajo de la del año previo, con los efectos sociales negativos inherentes, así que el clima no es precisamente agradable, pero todo indica que el tema se recordará, si en realidad alguien se acuerda, una vez decidida la sucesión presidencial y el reciclaje de piezas.
En vía de mientras, la demanda interna podría continuar con un bajo dinamismo, debido a que indicadores como el de establecimientos comerciales revelan un menor crecimiento de las remuneraciones no obstante del incremento en las ventas, como advierte el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas en su más reciente reporte analítico sobre el acontecer económico nacional. Un punto que resalta es que, de acuerdo con los reportes oficiales, cerca de la mitad de la población ocupada gana sólo 48.82 por ciento del PIB per cápita, el cual se estima en 9 mil 824 dólares, al tiempo que el ritmo de avance económico se mantiene insuficiente para aumentar la oferta laboral.
Para el citado centro de estudios de la Cámara de Diputados, lo anterior enciende otra alerta en la situación económica del país, ya que factores como la probable desaceleración de las exportaciones, una menor entrada de capitales y que Estados Unidos no figurará como una fuente externa de crecimiento, de acuerdo con el gobernador del Banco de México, podrían inducir un menor desempeño en la actividad productiva. Por su parte, la economía de Estados Unidos vislumbra un mejor desempeño en el mercado laboral, en tanto que las perspectivas en el contexto internacional son desfavorables, puesto que se prevé un estancamiento económico para 2012 en la Unión Europea, e incluso se espera que algunos países europeos presenten una recesión moderada; pero, sorpresivamente los conflictos geopolíticos de Medio Oriente, que han derivado en la interrupción del suministro de petróleo que realizan algunos países, han favorecido la demanda y el precio de la mezcla mexicana de petróleo, que por primera vez en la historia se cotiza por arriba de los crudos de referencia internacional (WTI y Brent).
El CEFP rechaza utilizar el PIB per cápita como hacen en Los Pinos (es uno de los más elevados de América Latina), ya que no es un indicador de bienestar de la población, pues ignora, entre otros aspectos, las enormes desigualdades de ingresos en el país. Basta con recordar que en el cuarto trimestre de 2011 el 56.53 por ciento de la población ocupada ganaba hasta tres salarios mínimos, ingreso que no alcanza los mágicos 6 mil pesos mensuales que tanto presumió el fallido precandidato blanquiazul Ernesto Cordero. A manera de comparación, si se considera que el salario mínimo general promedio de 2012 es de 60.50 pesos diarios, se anualiza su valor y se divide entre el tipo de cambio, se obtiene un ingreso, en términos nominales de 4 mil 796.39 dólares, cifra por debajo del PIB nominal per cápita en dólares que es de 9 mil 824.86 dólares, dando como resultado que cerca de la mitad de la población ocupada ganó sólo el 48.82 por ciento de ese PIB, apunta el centro de estudios.
Por lo que toca al empleo, el CEFP reseña que el más reciente informe del Inegi revela que la tasa de desocupación del primer mes de 2012 se ubicó en 4.9 por ciento de la población económicamente activa, para una reducción anual de sólo 0.53 décimas. Si se compara con el resultado de diciembre de 2011 se observa un aumento de 0.39 décimas. Sin embargo, es común que durante el mes de enero la desocupación crezca debido al periodo de bajas ventas. Para tomar en consideración el efecto estacionario, dicho instituto publica la tasa desocupación desestacionalizada, con la que se posibilita la comparación mensual. Así, durante el mes de enero la tasa de desocupación sin efectos estacionales se ubicó en 4.79 por ciento, la segunda más baja desde diciembre de 2008.
No obstante, apunta el referido centro de estudios, la desocupación continúa por arriba de lo presentado antes de la crisis, es decir, si bien la situación ha mejorado en los últimos meses, su ritmo sigue sin ser suficiente para dar trabajo tanto a los desocupados como a todos aquellos que entran cada año al mercado laboral. La inevitable consecuencia de la escasa demanda de trabajo ha sido el crecimiento de la informalidad; de acuerdo con el mismo reporte, para enero de 2012 la tasa de ocupación en el sector informal fue de 29.02 por ciento, la segunda más alta desde que se tiene registro.
Otro efecto negativo de la holgura en el mercado laboral (reducida demanda de trabajo, junto con un número creciente de personas que entran al mercado laboral) es el crecimiento en la subocupación, que muestra la proporción de personas que trabaja menos tiempo del que requiere y puede hacerlo. De esta forma, dicho conjunto de personas presentó un crecimiento de 0.65 puntos porcentuales durante enero, para alcanzar el 8.83 por ciento de la población ocupada. Por todo lo anterior, es claro que si bien la desocupación ha disminuido en los últimos meses, ésta no ha venido acompañada de una mejoría en la calidad de los empleos. Así han aparecido formas de trabajo que no han contribuido a un mayor beneficio económico y social de la gente, al presentarse un mayor número de contrataciones eventuales o de tiempo reducido, y en última instancia a ocupaciones fuera del sector formal.
Las rebanadas del pastel
En China están que no los reanima ni el arroz frito, y menos los rollitos primavera. Profundamente preocupados se encuentran, porque su economía sólo crecería 7.5 por ciento en 2012, contra 8 por ciento promedio anual entre 2005-2011. ¡¡¡Sólo!!! 7.5 por ciento, se quejan, cuando México acumula tres décadas con un avance que con las uñas roza el 2 por ciento anual en promedio, con ganas de empeorar. En unos cuantos años la economía de esa gran nación asiática creció tanto que hoy ocupa la segunda posición mundial, apenas atrás de la estadunidense. ¿Y la mexicana? Deprimida y deprimente.
La gran preocupación de China
Carlos Fernández-Vega / México SA
Concluyó el segundo mes de este agitado 2012 y todos los ojos y pasiones están clavados en el proceso electoral. Parece que sólo pueden atender un asunto a la vez, de tal suerte que la economía nacional ni cacha, ni picha ni deja batear, y se mantiene sin mostrar la ya afamada solidez y consolidación de discurso presumidas desde el cuarto de campaña panista (otrora conocido como Los Pinos). Desde el reconocimiento oficial de la crisis (octubre de 2008) se mencionó la alternativa de fortalecer el mercado interno para atenuar la dependencia de los vaivenes del modelo externo, pero es la fecha en la que tal opción brilla por su ausencia. La perspectiva de crecimiento para el presente año es menos grata que la de 2011, y ésta resultó sustancialmente por debajo de la del año previo, con los efectos sociales negativos inherentes, así que el clima no es precisamente agradable, pero todo indica que el tema se recordará, si en realidad alguien se acuerda, una vez decidida la sucesión presidencial y el reciclaje de piezas.
En vía de mientras, la demanda interna podría continuar con un bajo dinamismo, debido a que indicadores como el de establecimientos comerciales revelan un menor crecimiento de las remuneraciones no obstante del incremento en las ventas, como advierte el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas en su más reciente reporte analítico sobre el acontecer económico nacional. Un punto que resalta es que, de acuerdo con los reportes oficiales, cerca de la mitad de la población ocupada gana sólo 48.82 por ciento del PIB per cápita, el cual se estima en 9 mil 824 dólares, al tiempo que el ritmo de avance económico se mantiene insuficiente para aumentar la oferta laboral.
Para el citado centro de estudios de la Cámara de Diputados, lo anterior enciende otra alerta en la situación económica del país, ya que factores como la probable desaceleración de las exportaciones, una menor entrada de capitales y que Estados Unidos no figurará como una fuente externa de crecimiento, de acuerdo con el gobernador del Banco de México, podrían inducir un menor desempeño en la actividad productiva. Por su parte, la economía de Estados Unidos vislumbra un mejor desempeño en el mercado laboral, en tanto que las perspectivas en el contexto internacional son desfavorables, puesto que se prevé un estancamiento económico para 2012 en la Unión Europea, e incluso se espera que algunos países europeos presenten una recesión moderada; pero, sorpresivamente los conflictos geopolíticos de Medio Oriente, que han derivado en la interrupción del suministro de petróleo que realizan algunos países, han favorecido la demanda y el precio de la mezcla mexicana de petróleo, que por primera vez en la historia se cotiza por arriba de los crudos de referencia internacional (WTI y Brent).
El CEFP rechaza utilizar el PIB per cápita como hacen en Los Pinos (es uno de los más elevados de América Latina), ya que no es un indicador de bienestar de la población, pues ignora, entre otros aspectos, las enormes desigualdades de ingresos en el país. Basta con recordar que en el cuarto trimestre de 2011 el 56.53 por ciento de la población ocupada ganaba hasta tres salarios mínimos, ingreso que no alcanza los mágicos 6 mil pesos mensuales que tanto presumió el fallido precandidato blanquiazul Ernesto Cordero. A manera de comparación, si se considera que el salario mínimo general promedio de 2012 es de 60.50 pesos diarios, se anualiza su valor y se divide entre el tipo de cambio, se obtiene un ingreso, en términos nominales de 4 mil 796.39 dólares, cifra por debajo del PIB nominal per cápita en dólares que es de 9 mil 824.86 dólares, dando como resultado que cerca de la mitad de la población ocupada ganó sólo el 48.82 por ciento de ese PIB, apunta el centro de estudios.
Por lo que toca al empleo, el CEFP reseña que el más reciente informe del Inegi revela que la tasa de desocupación del primer mes de 2012 se ubicó en 4.9 por ciento de la población económicamente activa, para una reducción anual de sólo 0.53 décimas. Si se compara con el resultado de diciembre de 2011 se observa un aumento de 0.39 décimas. Sin embargo, es común que durante el mes de enero la desocupación crezca debido al periodo de bajas ventas. Para tomar en consideración el efecto estacionario, dicho instituto publica la tasa desocupación desestacionalizada, con la que se posibilita la comparación mensual. Así, durante el mes de enero la tasa de desocupación sin efectos estacionales se ubicó en 4.79 por ciento, la segunda más baja desde diciembre de 2008.
No obstante, apunta el referido centro de estudios, la desocupación continúa por arriba de lo presentado antes de la crisis, es decir, si bien la situación ha mejorado en los últimos meses, su ritmo sigue sin ser suficiente para dar trabajo tanto a los desocupados como a todos aquellos que entran cada año al mercado laboral. La inevitable consecuencia de la escasa demanda de trabajo ha sido el crecimiento de la informalidad; de acuerdo con el mismo reporte, para enero de 2012 la tasa de ocupación en el sector informal fue de 29.02 por ciento, la segunda más alta desde que se tiene registro.
Otro efecto negativo de la holgura en el mercado laboral (reducida demanda de trabajo, junto con un número creciente de personas que entran al mercado laboral) es el crecimiento en la subocupación, que muestra la proporción de personas que trabaja menos tiempo del que requiere y puede hacerlo. De esta forma, dicho conjunto de personas presentó un crecimiento de 0.65 puntos porcentuales durante enero, para alcanzar el 8.83 por ciento de la población ocupada. Por todo lo anterior, es claro que si bien la desocupación ha disminuido en los últimos meses, ésta no ha venido acompañada de una mejoría en la calidad de los empleos. Así han aparecido formas de trabajo que no han contribuido a un mayor beneficio económico y social de la gente, al presentarse un mayor número de contrataciones eventuales o de tiempo reducido, y en última instancia a ocupaciones fuera del sector formal.
Las rebanadas del pastel
En China están que no los reanima ni el arroz frito, y menos los rollitos primavera. Profundamente preocupados se encuentran, porque su economía sólo crecería 7.5 por ciento en 2012, contra 8 por ciento promedio anual entre 2005-2011. ¡¡¡Sólo!!! 7.5 por ciento, se quejan, cuando México acumula tres décadas con un avance que con las uñas roza el 2 por ciento anual en promedio, con ganas de empeorar. En unos cuantos años la economía de esa gran nación asiática creció tanto que hoy ocupa la segunda posición mundial, apenas atrás de la estadunidense. ¿Y la mexicana? Deprimida y deprimente.
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