Vecinos del gobernador Rubén Moreira viven entre balas, soldados y policías

Apro

“La inseguridad no es algo que yo ocasioné”, se disculpó el gobernador Rubén Moreira en una misiva que envió a los residentes del fraccionamiento San Alberto, quienes consideran al mandatario un “vecino incómodo”.

Desde la noche del pasado domingo, una partida de soldados se apostó con vehículos militares en la entrada al fraccionamiento San Alberto, al norte de esta ciudad, donde tiene su residencia el mandatario de Coahuila.

De manera discreta, los militares revisan a todos los automóviles que entran al conjunto residencial, debido a que en las últimas semanas se han registrado al menos cuatro eventos violentos.

“El gober mandó una carta a los vecinos, pidiendo disculpas”, dijo a Apro una residente de la zona, quien se siente intimidada por una abrumadora cantidad de policías estatales, municipales y militares que se han estacionado en varias cuadras de la avenida Luis Donaldo Colosio y el bulevar Eulalio Gutiérrez.

“Frente al fraccionamiento San Alberto hay muchos policías y militares ya que ayer se activó el Código Rojo debido a un secuestro, pero hoy no se sabe nada”, agregó la vecina.

Los residentes del fraccionamiento aseguran sentirse “inseguros e incómodos” desde que su distinguido vecino Rubén Moreira tomó posesión del gobierno de Coahuila.

Del 1 de diciembre a la fecha, se agudizó la violencia en la capital de estado, al grado que en ese mes se registró una balacera cada día.

Los sobresaltos a los vecinos de San Alberto comenzaron cuando hombres armados dispararon ráfagas de fusiles de asalto contra los muros que flanquean la entrada al fraccionamiento.

Días después, el pasado 25 de diciembre, una avanzada de escoltas de gobernador sufrió una emboscada por hombres armados que los atacaron desde varias camionetas.

Además, se han registrado, por lo menos, cinco balaceras sobre el transitado bulevar Luis Donaldo Colosio, la principal entrada a la zona residencial de San Alberto.

Jorge Torres MacGregor, sobrino del exgobernador Jorge Torres López, fue acribillado por sicarios cuando tripulaba una camioneta Cheyenne por el bulevar Luis Donaldo Colosio, muy cerca de la Universidad del Valle de México, donde estudiaba.

Los constantes hechos violentos obligaron a las autoridades estatales y municipales a convertir el bulevar Colosio en un estacionamiento de patrullas, ya que al menos se puede observar una por cuadra.

Ayer miércoles se reportó un secuestro en la zona y desde anoche los efectivos militares se han mantenido revisando el acceso al fraccionamiento.

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