Joel Hernández Santiago
A las 21.15 horas del domingo por la noche en la sede del Partido Acción Nacional en el DF era la locura; cientos de militantes se aglutinaron ahí para celebrar el casi término del proceso interno para elegir al candidato que competirá por la presidencia de México en julio de 2012.
Los tres precandidatos salieron a esa hora a gritar “¡Triunfo!”, aunque dos de ellos: Santiago Creel Miranda y Ernesto Cordero lo hicieron para levantar la mano de la ganadora del procedimiento: Josefina Vázquez Mota, quien para entonces ya tenía en la bolsa el 55 por ciento de los 400 mil consultados. Esto a las 9.15 de la noche.
Mientras los dirigentes y militantes panistas ahí reunidos gritaban “¡Presidenta!… ¡Presidenta!” a la única mujer en la contienda, ellos dos, los que quedaron en el camino, cada uno, mostraba en su rostro los signos de cansancio, fastidio y ánimo en la derrota. Terminaba así una lucha de meses, semanas y días que parecían interminables, por conseguir esa candidatura que le permitirá a ella competir en democracia para ser presidenta de México y mantener a su Instituto Político en el poder luego de doce años…
En todo caso hubo un colectivo suspiro de descanso al conocerse este resultado porque con esto quedaba fuera de la contienda electoral el candidato a quien el presidente Felipe Calderón llevaba como su ‘hombre’ y a quien impulsó y envalentonó, incluso, para confrontar a sus adversarios internos. No estuvo mal. Supimos más cosas de cada uno de ellos. No obstante, pocas veces se había visto un dilema en este partido conservador, como el que mostró el señor Ernesto Cordero al exhibirse como un precandidato intolerante, agresivo e insospechadamente engolado a lo largo de las semanas recientes… Sus estrategas le llevaron a crear una imagen de bravucón de esquina más que de hombre fuerte y sin tapujos.
Con la derrota interna del señor Ernesto Cordero se asesta, asimismo, una derrota al presidente Calderón y se manifiesta que muy por encima de los pesos institucionales dentro de este organismo, también está la voluntad panista de llevar a un candidato que mejor les acomode, incluso si éste candidato, o candidata en este caso, es francamente débil frente a dos contendientes de partidos diferentes al suyo que llevan ya un largo camino recorrido.
Tiene en su contra, la señora Vázquez Mota, la animadversión presidencial, que tendrá que contenerse si quiere llevar al triunfo nacional en julio próximo; tiene en su contra un gobierno panista extremadamente desgastado y sin luz al final del túnel luego de más de cinco años de gobierno; el fastidio de la mayoría de los mexicanos por el panorama de violencia exaltado durante este lapso es un factor contable en termino de votos para entonces; tiene en su contra, una política social mal manejada desde la oficina que ella misma ocupó en SEDESOL, además de que la señora Vázquez Mota sus propias limitaciones ideológicas y pragmáticas…
No se percibe en ella un panismo de origen y mucho menos convincente en lo ideológico; no se le percibe heredera de Gómez Morín, de Hinojosa, de Clouthier… y ni siquiera se conoce su doctrina o su proyecto de país. A lo más que se llega a conocer de ella es que es mujer –novedad en el frente-, que ocupó puestos de administración pública sin mucha relevancia en ello, como fue su paso por SEDESOL y la SEP; su descafeinada estancia en la Cámara de Diputados como coordinadora de la bancada panista y su imagen siempre acartonada-sonriente-vegetativa-obscura y sin emoción propia…
En todo caso si es perceptible que esta vez, como nunca antes, el proceso para llegar a la candidatura panista fue de tal forma mediático que es evidente que desde ahí mismo comenzó el PAN a hacer campaña electoral presidencial; siguiendo la estrategia de posicionar a sus candidatos y al partido mismo en el ánimo nacional como un partido de decisiones colectivas y de diálogo e, incluso, de controversia… Posicionarse era la consigna y lo consiguieron…
Sin embargo sigue el gran proceso electoral presidencial. Pronto, la candidata deberá mostrar sus verdaderas capacidades y los apoyos con los que cuenta. Pronto deberá mostrarse como una mujer de estado y no como un ama de casa que descuella en la administración pública para pasar a ser una mujer-política en toda la extensión de la palabra y, ciertamente, para que esto sea, le falta un buen trecho por andar…
El PAN, así, va la liza sin levadura suficiente para levantar el ánimo nacional en su favor. Ya dijimos los contras más inmediatos con los que llega la señora Vázquez Mota; sus adversarios Enrique Peña Nieto (PRI) y Andrés Manuel López Obrador (PRD…) ya estarán diseñando sus estrategias para desmontar la novedad panista de hoy… y parece ser que no les será difícil, con lo que la contienda que sigue será visiblemente más intensa entre el PRI y el PRD…
Por ahora se apagan las luces de la precampaña y comienza el largo y difícil camino de construir una campaña electoral en tono de sol, y no de do; como ocurrió el domingo por la noche que, a eso de las 8 de la noche, el gran salón que la gente de Ernesto Cordero había montado en el World Trade Center de la ciudad de México, con pantallas gigantes, grandes templetes y globos y papelitos de color azul… quedó vacío… sin un alma en pena que se apiadara del gasto y del aspirante a candidato… en fin… es parte del factor humano.
A las 21.15 horas del domingo por la noche en la sede del Partido Acción Nacional en el DF era la locura; cientos de militantes se aglutinaron ahí para celebrar el casi término del proceso interno para elegir al candidato que competirá por la presidencia de México en julio de 2012.
Los tres precandidatos salieron a esa hora a gritar “¡Triunfo!”, aunque dos de ellos: Santiago Creel Miranda y Ernesto Cordero lo hicieron para levantar la mano de la ganadora del procedimiento: Josefina Vázquez Mota, quien para entonces ya tenía en la bolsa el 55 por ciento de los 400 mil consultados. Esto a las 9.15 de la noche.
Mientras los dirigentes y militantes panistas ahí reunidos gritaban “¡Presidenta!… ¡Presidenta!” a la única mujer en la contienda, ellos dos, los que quedaron en el camino, cada uno, mostraba en su rostro los signos de cansancio, fastidio y ánimo en la derrota. Terminaba así una lucha de meses, semanas y días que parecían interminables, por conseguir esa candidatura que le permitirá a ella competir en democracia para ser presidenta de México y mantener a su Instituto Político en el poder luego de doce años…
En todo caso hubo un colectivo suspiro de descanso al conocerse este resultado porque con esto quedaba fuera de la contienda electoral el candidato a quien el presidente Felipe Calderón llevaba como su ‘hombre’ y a quien impulsó y envalentonó, incluso, para confrontar a sus adversarios internos. No estuvo mal. Supimos más cosas de cada uno de ellos. No obstante, pocas veces se había visto un dilema en este partido conservador, como el que mostró el señor Ernesto Cordero al exhibirse como un precandidato intolerante, agresivo e insospechadamente engolado a lo largo de las semanas recientes… Sus estrategas le llevaron a crear una imagen de bravucón de esquina más que de hombre fuerte y sin tapujos.
Con la derrota interna del señor Ernesto Cordero se asesta, asimismo, una derrota al presidente Calderón y se manifiesta que muy por encima de los pesos institucionales dentro de este organismo, también está la voluntad panista de llevar a un candidato que mejor les acomode, incluso si éste candidato, o candidata en este caso, es francamente débil frente a dos contendientes de partidos diferentes al suyo que llevan ya un largo camino recorrido.
Tiene en su contra, la señora Vázquez Mota, la animadversión presidencial, que tendrá que contenerse si quiere llevar al triunfo nacional en julio próximo; tiene en su contra un gobierno panista extremadamente desgastado y sin luz al final del túnel luego de más de cinco años de gobierno; el fastidio de la mayoría de los mexicanos por el panorama de violencia exaltado durante este lapso es un factor contable en termino de votos para entonces; tiene en su contra, una política social mal manejada desde la oficina que ella misma ocupó en SEDESOL, además de que la señora Vázquez Mota sus propias limitaciones ideológicas y pragmáticas…
No se percibe en ella un panismo de origen y mucho menos convincente en lo ideológico; no se le percibe heredera de Gómez Morín, de Hinojosa, de Clouthier… y ni siquiera se conoce su doctrina o su proyecto de país. A lo más que se llega a conocer de ella es que es mujer –novedad en el frente-, que ocupó puestos de administración pública sin mucha relevancia en ello, como fue su paso por SEDESOL y la SEP; su descafeinada estancia en la Cámara de Diputados como coordinadora de la bancada panista y su imagen siempre acartonada-sonriente-vegetativa-obscura y sin emoción propia…
En todo caso si es perceptible que esta vez, como nunca antes, el proceso para llegar a la candidatura panista fue de tal forma mediático que es evidente que desde ahí mismo comenzó el PAN a hacer campaña electoral presidencial; siguiendo la estrategia de posicionar a sus candidatos y al partido mismo en el ánimo nacional como un partido de decisiones colectivas y de diálogo e, incluso, de controversia… Posicionarse era la consigna y lo consiguieron…
Sin embargo sigue el gran proceso electoral presidencial. Pronto, la candidata deberá mostrar sus verdaderas capacidades y los apoyos con los que cuenta. Pronto deberá mostrarse como una mujer de estado y no como un ama de casa que descuella en la administración pública para pasar a ser una mujer-política en toda la extensión de la palabra y, ciertamente, para que esto sea, le falta un buen trecho por andar…
El PAN, así, va la liza sin levadura suficiente para levantar el ánimo nacional en su favor. Ya dijimos los contras más inmediatos con los que llega la señora Vázquez Mota; sus adversarios Enrique Peña Nieto (PRI) y Andrés Manuel López Obrador (PRD…) ya estarán diseñando sus estrategias para desmontar la novedad panista de hoy… y parece ser que no les será difícil, con lo que la contienda que sigue será visiblemente más intensa entre el PRI y el PRD…
Por ahora se apagan las luces de la precampaña y comienza el largo y difícil camino de construir una campaña electoral en tono de sol, y no de do; como ocurrió el domingo por la noche que, a eso de las 8 de la noche, el gran salón que la gente de Ernesto Cordero había montado en el World Trade Center de la ciudad de México, con pantallas gigantes, grandes templetes y globos y papelitos de color azul… quedó vacío… sin un alma en pena que se apiadara del gasto y del aspirante a candidato… en fin… es parte del factor humano.
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