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Nadie sabe en qué quedaron las conversaciones programadas para fines de febrero, pero todos asumen que fueron postergadas ante la zozobra del acuerdo de libre comercio de automóviles que debería servir como modelo.
"Evidentemente que esta negociación sobre el sector automotriz afecta la dinámica del acuerdo estratégico", dijo a Reuters la secretaria de Comercio Exterior de Brasil, Tatiana Prazeres.
"Seguimos con interés en un acuerdo más amplio con México, pero ahora estamos negociando este sector específico", añadió. Brasil, alarmado por un aumento de más de 700% en su déficit comercial con México hasta u$s1.170 millones en el 2011, dio este mes un golpe sobre la mesa y exigió renegociar el acuerdo automotor.
La medida busca devolver competitividad a la industria brasileña, golpeada por la fuerte apreciación del real que llevó a un aumento de las importaciones de autos mexicanos más baratos.
Y México, que recientemente parecía más entusiasmado con un acuerdo de libre comercio para reducir su dependencia de los Estados Unidos, ya indicó que tomará la negociación con pies de plomo.
Juan Francisco Torres Landa, un experto en comercio exterior del estudio Barrera Siqueiros y Torres Landa SC en la Ciudad de México, dijo que "es importante no generar un tratado de libre comercio donde la mesa esté inclinada", dijo.
"De alguna manera, es mejor que estas asimetrías surjan ahora y no durante la vigencia del tratado, para que no contaminen el ambiente de negocios", añadió.
Los negocios entre las dos naciones se triplicaron en la última década hasta u$s9.000 millones en el 2011, pero aún representan menos de un 2% del comercio exterior de ambos países.
La ruptura del acuerdo automotor echaría por la borda el negocio bilateral de autos y piezas que el año pasado sumó 4.300 millones de dólares -un 47% del comercio bilateral- y demostraría que las mayores economías de la región no están preparadas para su integración.
Nadie sabe en qué quedaron las conversaciones programadas para fines de febrero, pero todos asumen que fueron postergadas ante la zozobra del acuerdo de libre comercio de automóviles que debería servir como modelo.
"Evidentemente que esta negociación sobre el sector automotriz afecta la dinámica del acuerdo estratégico", dijo a Reuters la secretaria de Comercio Exterior de Brasil, Tatiana Prazeres.
"Seguimos con interés en un acuerdo más amplio con México, pero ahora estamos negociando este sector específico", añadió. Brasil, alarmado por un aumento de más de 700% en su déficit comercial con México hasta u$s1.170 millones en el 2011, dio este mes un golpe sobre la mesa y exigió renegociar el acuerdo automotor.
La medida busca devolver competitividad a la industria brasileña, golpeada por la fuerte apreciación del real que llevó a un aumento de las importaciones de autos mexicanos más baratos.
Y México, que recientemente parecía más entusiasmado con un acuerdo de libre comercio para reducir su dependencia de los Estados Unidos, ya indicó que tomará la negociación con pies de plomo.
Juan Francisco Torres Landa, un experto en comercio exterior del estudio Barrera Siqueiros y Torres Landa SC en la Ciudad de México, dijo que "es importante no generar un tratado de libre comercio donde la mesa esté inclinada", dijo.
"De alguna manera, es mejor que estas asimetrías surjan ahora y no durante la vigencia del tratado, para que no contaminen el ambiente de negocios", añadió.
Los negocios entre las dos naciones se triplicaron en la última década hasta u$s9.000 millones en el 2011, pero aún representan menos de un 2% del comercio exterior de ambos países.
La ruptura del acuerdo automotor echaría por la borda el negocio bilateral de autos y piezas que el año pasado sumó 4.300 millones de dólares -un 47% del comercio bilateral- y demostraría que las mayores economías de la región no están preparadas para su integración.
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