Desde la semana pasada una mujer llamada Rosario Gándara, comenzó a distribuir una carta a medios de comunicación y a columnistas políticas donde denunciaba a la líder de la Asamblea Legislativa Alejandra Barrales, de haber gastado casi mil millones de pesos en su campaña por la candidatura de la izquierda para el Distrito Federal. Gándara se decía colaboradora de Barrales, pero ni así su palabra terminó en los programas de radio o los periódicos donde quiso plantar la información. Barrales respondió esta semana con una demanda por difamación de honor y calumnia, que ya se encuentra en la Fiscalía de Asuntos Especiales de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, animada no sólo por la defensa de su persona, sino porque Gándara trabaja, en realidad, con Rosa Icela Rodríguez, directora del Instituto para la Atención de Adultos Mayores, y que cuando Andrés Manuel López Obrador era jefe de gobierno, trabajaba en las áreas de inteligencia capitalinas.
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