Quinazo de fin de sexenio

Jorge Diaz

Cuando se pierde la credibilidad por la trayectoria de terquedad, sordera, ineficacia y sobre todo por el evidente desprecio hacia el sentir de los demás, anteponiendo los intereses personales a los de la mayoría; cuando se es parte de una simulación para aparentar lo que no eres, resulta muy difícil que las personas encuentren en el desacreditado, que por lo menos una de sus acciones es sincera y por buenas razones.

Tal es el caso de los panistas. En primer lugar, su más reciente debate del martes por la noche nuevamente fue desangelado, aburrido y no transmitió esa idea que tantos cacarean de ser el único partido con vocación democrática al interior del mismo. Simulan, pero simulan mal. Pudieron haberse ahorrado unos pesos y se habrían arreglado como al interior del PRI y PRD, la aritmética electoral de las presidenciales en el presente, no favorece la competencia interna, en cambio urge a la unidad y mal que bien, los rojos y amarillos supieron hacer la lectura adecuada y aunque a regañadientes, sacaron adelante sus procesos, y a otra cosa.

En ocasiones sale el tiro por la culata, a ver si en esta ocasión su terquedad no los termina dividiendo peor de lo que ya están.

La joya de la semana: el quinazo de fin de sexenio de Felipe Calderón. Activo como ha sido siempre (para lo que le conviene), arremete contra tres ex gobernadores tamaulipecos (aunque después se desdiga) y contra los dineros veracruzanos en manos de priistas.

El mensaje sí o sí es electoral, no hay una sincera búsqueda de la justicia. El motivo que lo mueve son las encuestas ¿qué habría hecho de tener al PAN en primer lugar de las preferencias? Mirar para otro lado.

Hubiese sido deseable, que desde el primer día de su mandato hubiera perseguido los actos de abuso y corrupción en todas las esferas del poder y de TODOS los actores políticos que fueran presuntos responsables, pero no, en la ecuación no entra la justicia insisto, entran los votos. Los gobiernos panistas nos deben desde el 2000, año en que ascendieron al poder, la voluntad de traer la tan anhelada justicia a nuestro país. Es del conocimiento de todos que; por el contrario, los funcionarios y autoridades panistas llegaron a sus nuevos puestos de gobierno y en algunos casos, copiaron las antiguas prácticas de corrupción del antiguo régimen y en otros, las perfeccionaron ¿y ahora me vienen a decir que lo suyo, lo suyo, es la justicia? Por favor.

El desprestigio y la obviedad con la que se manejan los panistas en este año electoral, no permite que alguien que lee los periódicos les crea.

Eso sí, de que Calderón es arrojado, lo es, porque faltando tan poco para dejar de ser el todopoderoso se está haciendo de una cantidad de enemigos aun mayor que con la que empezó ¿a dónde pensará irse al terminar su mandato? ¿Irlanda seguirá siendo una buena opción?

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