Lilia Arellano
En tanto que los reflectores han apuntado directamente hacia los ex gobernadores de Tamaulipas, Cavazos, Yarrington y Hernández así como hacia Javier Duarte el mandamás de Veracruz, van pasando a un segundo término la serie de ex funcionarios de los gobiernos de Pablo Salazar Mendiguchía, aliancista de Chiapas; de Ulises Ruiz, priísta de Oaxaca; de Fidel Herrera, de Veracruz y los de Mario Marín, tricolor poblano. Y vaya que no son uno ni dos ni tampoco de los de medio pelo, todos los que hasta ahora han estado frente a las mesas del Ministerio Público han tenido bajo su responsabilidad el manejo de cientos, miles de millones de pesos y fueron investidos de gran autoridad, de una que les permitió, a la par de enriquecerse, abusar.
En el caso de Chiapas, la situación ha llegado al punto de que también la ex secretaria privada del pastor Salazar es perseguida, ya giraron una orden de aprehensión en su contra con todo y que en la actualidad su trabajo es ser la señora de Mendiguchía, es decir, es la cónyuge de don Pablo. En las últimas semanas el evangelista desembolsó fuertes sumas de dinero pagando entrevistas en las cuales se hacía pasar por un perseguido político aunque nunca pudo desmentir con pruebas las acusaciones que sobre peculado, ejercicio indebido del servicio público, abuso de funciones públicas, abuso de autoridad y asociación delictuosa le fueron fincadas con, señalaron las autoridades estatales también a través de sendos comunicados, pruebas documentadas más que suficientes.
Con esos mismos señalamientos fueron puestos tras las rejas: William Alfonso Maldonado, ex director del Instituto del Deporte chiapaneco; Alfredo Palacios Espinosa, ex secretario de Educación; Socorro Domínguez, ex directora del Instituto de Vivienda; Leonardo Muñoz Arellano, ex subsecretario de Protección Civil; Gabriel Flores Cancino, ex subsecretario de Desarrollo Administrativo y Tecnológico; Daniel Tadeo Romero, ex director de la Secretaría de Finanzas; Manuel Miranda Rodas, ex director de los Servicios Educativos para Chiapas y el primero en iniciar esta larga lista, el ex Fiscal de Justicia, Hernán Salvatti.
Una ligera observación sobre la lista anterior nos refiere a los cargos que tuvieron que ver y mucho con la administración y entrega o colocación de los fondos federales entregados en cifras extraordinarias para hacer frente a los estragos causados por dos fenómenos naturales que dejaron a la entidad en ruinas e incomunicada. Obviamente los que se refieren a las actividades hacendarias, pero también a la vivienda y a la educación por el levantamiento que se supone tuvieron que hacer de muchas de las escuelas e instituciones educativas que quedaron totalmente derrumbadas. En ello mucho tuvo que ver, obviamente el de Protección Civil. Ahora que por lo que respectas a Salvatti, desde mucho antes de que Sabines asumiera el poder ya había referencias de que sus días estaban por terminar y muy mal. Solo falta en esta relación uno de los hombres más fuertes: el ex representante de la Entidad en México, nacido por cierto en Baja California.
Pero si esos son los tragos amargos del pastos, los de Ulises Ruiz no le piden prestado. El primero en aparecer en la lista de encarcelados fue el ex secretario de Finanzas, Miguel Ángel Ortega Habib; le siguió el ex titular de Coplade, Bulmaro Rito Salinas; el ex titular de Obras Públicas, Armando González Bernabé; el ex coordinador de Comunicación Social, Raúl Gonzalo Castellanos Hernández; el vocero del gobierno, Soledad Juana Rojas Walls; un segundo vocero, Jorge Efrén Rojas. Todos ellos han sido acusados por el desvío de más de 700 millones de pesos. Salvo Ortega Habib a quien lograron retener ya que hubo orden de aprehensión en contra de varios miembros de su familia, el resto están prófugos y boletinados por la INTERPOL.
En el caso de don Ulises, en estas mismas líneas referimos nuestra conversación sobre sus temores de que fueran a ir en su contra por cualquier motivo, con acusaciones de cualquier índole, ello como producto de la negativa del difunto Carlos Abascal de llegar con él, como se hizo con otros gobernadores priístas a una negociación para operar en favor del PAN en la elección del 2006 la cual le daría el triunfo, como fue, a Felipe Calderón. Ruiz le ofreció a Abascal quitarle 250 mil votos a Andrés Manuel López Obrador con una operación muy sencilla que consistía en la apertura demasiado tarde de casillas, alboroto en otras para que quedaran anuladas y nula presentación de los responsables para también dejarla caer en el basurero y que tal se haría justo en donde había clientela mayoritaria del tabasqueño. “Abascal no me seleccionó y como no operé no tengo protección calderonista”, me dijo.
Como puede observarse los que están involucrados en este asunto tienen que ver y mucho con la prensa y se recordará el manejo inescrupuloso que hizo Ulises de su imagen en momentos en los cuales fue acusado incluso por los crímenes que se cometieron en contra de los líderes opositores. Lo mismo contrató horas televisivas que primeras planas en la mayoría de los diarios de circulación en la capital de la República. La desaparición de los 700 millones, le han dicho, es apenas el comienzo de una gran fiesta que le tienen preparada para las próximas semanas junto con la que le brindarán a don Fidel Herrera de quien ya preparan la invitación.
Sobre el ex gobernador veracruzano que aspiraba a ser candidato a la presidencia de la República, se dieron a la tarea de debilitar sus cuadros por zona. Así, prácticamente al término de su gobierno comenzó la persecución que llevó a que 25 ex alcaldes fueran detenidos en tan solo dos meses y todos ellos señalados por daño patrimonial, desvío de recursos y todos, todos, priístas. Por los daños patrimoniales cometidos y malversación de fondos detuvieron también al ex alcalde de Tuxpan, Juan Ramón Ganem Vargas; por desvío de más de 15 millones de pesos al ex edil de Las Choapas, Antonio Pucholén, junto con dos de sus ex regidores de nombre: Julián Jiménez y Jose Luis Coyoac.
En tanto que los reflectores han apuntado directamente hacia los ex gobernadores de Tamaulipas, Cavazos, Yarrington y Hernández así como hacia Javier Duarte el mandamás de Veracruz, van pasando a un segundo término la serie de ex funcionarios de los gobiernos de Pablo Salazar Mendiguchía, aliancista de Chiapas; de Ulises Ruiz, priísta de Oaxaca; de Fidel Herrera, de Veracruz y los de Mario Marín, tricolor poblano. Y vaya que no son uno ni dos ni tampoco de los de medio pelo, todos los que hasta ahora han estado frente a las mesas del Ministerio Público han tenido bajo su responsabilidad el manejo de cientos, miles de millones de pesos y fueron investidos de gran autoridad, de una que les permitió, a la par de enriquecerse, abusar.
En el caso de Chiapas, la situación ha llegado al punto de que también la ex secretaria privada del pastor Salazar es perseguida, ya giraron una orden de aprehensión en su contra con todo y que en la actualidad su trabajo es ser la señora de Mendiguchía, es decir, es la cónyuge de don Pablo. En las últimas semanas el evangelista desembolsó fuertes sumas de dinero pagando entrevistas en las cuales se hacía pasar por un perseguido político aunque nunca pudo desmentir con pruebas las acusaciones que sobre peculado, ejercicio indebido del servicio público, abuso de funciones públicas, abuso de autoridad y asociación delictuosa le fueron fincadas con, señalaron las autoridades estatales también a través de sendos comunicados, pruebas documentadas más que suficientes.
Con esos mismos señalamientos fueron puestos tras las rejas: William Alfonso Maldonado, ex director del Instituto del Deporte chiapaneco; Alfredo Palacios Espinosa, ex secretario de Educación; Socorro Domínguez, ex directora del Instituto de Vivienda; Leonardo Muñoz Arellano, ex subsecretario de Protección Civil; Gabriel Flores Cancino, ex subsecretario de Desarrollo Administrativo y Tecnológico; Daniel Tadeo Romero, ex director de la Secretaría de Finanzas; Manuel Miranda Rodas, ex director de los Servicios Educativos para Chiapas y el primero en iniciar esta larga lista, el ex Fiscal de Justicia, Hernán Salvatti.
Una ligera observación sobre la lista anterior nos refiere a los cargos que tuvieron que ver y mucho con la administración y entrega o colocación de los fondos federales entregados en cifras extraordinarias para hacer frente a los estragos causados por dos fenómenos naturales que dejaron a la entidad en ruinas e incomunicada. Obviamente los que se refieren a las actividades hacendarias, pero también a la vivienda y a la educación por el levantamiento que se supone tuvieron que hacer de muchas de las escuelas e instituciones educativas que quedaron totalmente derrumbadas. En ello mucho tuvo que ver, obviamente el de Protección Civil. Ahora que por lo que respectas a Salvatti, desde mucho antes de que Sabines asumiera el poder ya había referencias de que sus días estaban por terminar y muy mal. Solo falta en esta relación uno de los hombres más fuertes: el ex representante de la Entidad en México, nacido por cierto en Baja California.
Pero si esos son los tragos amargos del pastos, los de Ulises Ruiz no le piden prestado. El primero en aparecer en la lista de encarcelados fue el ex secretario de Finanzas, Miguel Ángel Ortega Habib; le siguió el ex titular de Coplade, Bulmaro Rito Salinas; el ex titular de Obras Públicas, Armando González Bernabé; el ex coordinador de Comunicación Social, Raúl Gonzalo Castellanos Hernández; el vocero del gobierno, Soledad Juana Rojas Walls; un segundo vocero, Jorge Efrén Rojas. Todos ellos han sido acusados por el desvío de más de 700 millones de pesos. Salvo Ortega Habib a quien lograron retener ya que hubo orden de aprehensión en contra de varios miembros de su familia, el resto están prófugos y boletinados por la INTERPOL.
En el caso de don Ulises, en estas mismas líneas referimos nuestra conversación sobre sus temores de que fueran a ir en su contra por cualquier motivo, con acusaciones de cualquier índole, ello como producto de la negativa del difunto Carlos Abascal de llegar con él, como se hizo con otros gobernadores priístas a una negociación para operar en favor del PAN en la elección del 2006 la cual le daría el triunfo, como fue, a Felipe Calderón. Ruiz le ofreció a Abascal quitarle 250 mil votos a Andrés Manuel López Obrador con una operación muy sencilla que consistía en la apertura demasiado tarde de casillas, alboroto en otras para que quedaran anuladas y nula presentación de los responsables para también dejarla caer en el basurero y que tal se haría justo en donde había clientela mayoritaria del tabasqueño. “Abascal no me seleccionó y como no operé no tengo protección calderonista”, me dijo.
Como puede observarse los que están involucrados en este asunto tienen que ver y mucho con la prensa y se recordará el manejo inescrupuloso que hizo Ulises de su imagen en momentos en los cuales fue acusado incluso por los crímenes que se cometieron en contra de los líderes opositores. Lo mismo contrató horas televisivas que primeras planas en la mayoría de los diarios de circulación en la capital de la República. La desaparición de los 700 millones, le han dicho, es apenas el comienzo de una gran fiesta que le tienen preparada para las próximas semanas junto con la que le brindarán a don Fidel Herrera de quien ya preparan la invitación.
Sobre el ex gobernador veracruzano que aspiraba a ser candidato a la presidencia de la República, se dieron a la tarea de debilitar sus cuadros por zona. Así, prácticamente al término de su gobierno comenzó la persecución que llevó a que 25 ex alcaldes fueran detenidos en tan solo dos meses y todos ellos señalados por daño patrimonial, desvío de recursos y todos, todos, priístas. Por los daños patrimoniales cometidos y malversación de fondos detuvieron también al ex alcalde de Tuxpan, Juan Ramón Ganem Vargas; por desvío de más de 15 millones de pesos al ex edil de Las Choapas, Antonio Pucholén, junto con dos de sus ex regidores de nombre: Julián Jiménez y Jose Luis Coyoac.
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