Francisco Rodríguez / Índice Político
Reportero de profesión, columnista desde 1977… denuncia y brinda propuestas… apunta con el índice y lo coloca en la llaga… ha publicado en el heraldo de méxico, ovaciones, el economista, el sol de méxico, el universal, el independiente y en...
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Algo, y pronto, deberán hacer los integrantes del soberbio equipo del priísta Enrique Peña Nieto para evitar que éste siga deslizándose –desplomándose, dicen otros– en las mediciones sobre preferencias electorales. Todavía no inicia formalmente la campaña electoral y el mexiquense ha perdido, en los hechos, todos los rounds de sombra en la que lo han embarcado. Las consecuencias están a la vista.
Y es que en poco más de tres meses, Peña Nieto ha perdido millones de “intenciones de voto” a su favor. Millones, sí, aunque la mayor parte de las casas encuestadoras presenten sus resultados en puntos porcentuales… para no desanimar del todo al cliente.
Porque, mire usted, aún la empresa Consulta-Bernardo –así bautizada por sus ligas con el consorcio Televisa, patrocinador de la candidatura peñista– ha dicho apenas que el virtual abanderado del PRI perdió 7 puntos en el lapso comprendido entre octubre de 2011 y febrero de este 2012.
Siete puntos, coincidirá usted conmigo, suena a poco, a casi nada.
Pero traducida esa pérdida de “apenas” un dígito porcentual al número de electores inscritos en el padrón electoral –84 millones 64 mil 87 ciudadanos, a diciembre del año anterior– representa la nada desdeñable cantidad de 5 millones 884 mil 486 electores potenciales que habrían abandonado a Peña en su aventura presidencial.
¡Casi 6 millones! Ahí sí los números ya no son desdeñables, ¿no cree usted?
La empresa Consulta, claro, es digamos que conservadora en los datos estadísticos que presenta. Se entiende el porqué.
Lo mismo podría decirse de algunas otras casas encuestadoras que de una u otra forma mantienen relaciones comerciales con el partido tricolor y sus candidatos.
Brinca por eso el dato ofrecido la primera semana de febrero por la casa Ipsos-Bimsa –a diferencia de otras encuestadoras, vinculada esta sí a un consorcio global con sede en Francia–, en el sentido de que el también llamado “Gel-boy” ha caído 18 puntos en los últimos tres meses, de acuerdo a su estudio levantado los últimos días de enero y primeros de este mes que corre.
La cantidad es impresionante. En números reales implicaría que el señor Peña ha dejado de recibir el apoyo de más de 15 millones de electores en potencia. De 15 millones 131 mil 535, para ser casi exactos.
Por las fechas del levantamiento de la encuesta de Ipsos-Bimsa debe considerarse que en los resultados influyeron los no pocos tropezones de Peña, empezando por los de la FIL de Guadalajara, y no porque no supiera responder a la pregunta “de cajón” sobre los tres libros que hubiesen influido en él, sino por los laaargos casi cinco minutos en los que el mexiquense patinaba, se resbalaba –esquiaba sobre su laguna mental, escribí aquí– y caía y volvía a caer entre farfullos y frases inconexas. Cero capacidades de respuesta y/o de improvisación.
Por esas mismas fechas de la investigación demoscópica debe inferirse, asimismo, que en los entrevistados aún no influía la dizque vacuna del propio Peña por sus aventuras extramatrimoniales, menos aún el reclamo de una de sus ex compañeras sentimentales con quien procreara un hijo que, dice ella, no está bien atendido, y tampoco el libro –aún por aparecer en las librerías– de Beto Tavira sobre las mujeres que han marcado la vida –y son más de tres– del precandidato priísta.
Tal, apuesto, le hará perder todavía más puntos de los 7 que le acredita Consulta o los 18 con los que lo marca Ipsos-Bimsa.
La razón es harto simple. En nuestra sociedad, por desgracia, son muchas, muchísimas, las mujeres en condición de “madre soltera”. Abandonadas por irresponsables que tampoco se hacen cargo de sus hijos. Y algunas de ellas se verán reflejadas en el caso de aquella que denuncia que el ex mandatario estatal mexiquense no actúa responsablemente con uno de sus vástagos.
Ya estamos en lo que ahora se ha dado llamar como “intercampaña”. Lapso más que razonable, 45 días, para que el soberbio (jejeje) equipo del señor Peña Nieto se ponga las pilas o, de plano, ceda el espacio a otros.
Su candidato va en picada.
Su caída ya es tendencia, lo que en los hechos es prácticamente imposible de revertir o, cuando menos, frenar.
Cuesta abajo en su rodada… Como en el tango, pues.
Índice Flamígero: A propósito de encuestadoras: la del chihuahuense Liébano Sáenz ha guardado un discreto –y plausible– silencio, tras su fracaso en Michoacán, donde predijeron un triunfo “por once puntos” de Luisa María Calderón. Sus datos no concordaron con la realidad. Hace dos días tomó posesión como gobernador constitucional el priísta Fausto Vallejo. Todo indica, así las cosas, que GAD nos ahorramos un tracking poll diario en el periódico oficioso.
Reportero de profesión, columnista desde 1977… denuncia y brinda propuestas… apunta con el índice y lo coloca en la llaga… ha publicado en el heraldo de méxico, ovaciones, el economista, el sol de méxico, el universal, el independiente y en...
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Algo, y pronto, deberán hacer los integrantes del soberbio equipo del priísta Enrique Peña Nieto para evitar que éste siga deslizándose –desplomándose, dicen otros– en las mediciones sobre preferencias electorales. Todavía no inicia formalmente la campaña electoral y el mexiquense ha perdido, en los hechos, todos los rounds de sombra en la que lo han embarcado. Las consecuencias están a la vista.
Y es que en poco más de tres meses, Peña Nieto ha perdido millones de “intenciones de voto” a su favor. Millones, sí, aunque la mayor parte de las casas encuestadoras presenten sus resultados en puntos porcentuales… para no desanimar del todo al cliente.
Porque, mire usted, aún la empresa Consulta-Bernardo –así bautizada por sus ligas con el consorcio Televisa, patrocinador de la candidatura peñista– ha dicho apenas que el virtual abanderado del PRI perdió 7 puntos en el lapso comprendido entre octubre de 2011 y febrero de este 2012.
Siete puntos, coincidirá usted conmigo, suena a poco, a casi nada.
Pero traducida esa pérdida de “apenas” un dígito porcentual al número de electores inscritos en el padrón electoral –84 millones 64 mil 87 ciudadanos, a diciembre del año anterior– representa la nada desdeñable cantidad de 5 millones 884 mil 486 electores potenciales que habrían abandonado a Peña en su aventura presidencial.
¡Casi 6 millones! Ahí sí los números ya no son desdeñables, ¿no cree usted?
La empresa Consulta, claro, es digamos que conservadora en los datos estadísticos que presenta. Se entiende el porqué.
Lo mismo podría decirse de algunas otras casas encuestadoras que de una u otra forma mantienen relaciones comerciales con el partido tricolor y sus candidatos.
Brinca por eso el dato ofrecido la primera semana de febrero por la casa Ipsos-Bimsa –a diferencia de otras encuestadoras, vinculada esta sí a un consorcio global con sede en Francia–, en el sentido de que el también llamado “Gel-boy” ha caído 18 puntos en los últimos tres meses, de acuerdo a su estudio levantado los últimos días de enero y primeros de este mes que corre.
La cantidad es impresionante. En números reales implicaría que el señor Peña ha dejado de recibir el apoyo de más de 15 millones de electores en potencia. De 15 millones 131 mil 535, para ser casi exactos.
Por las fechas del levantamiento de la encuesta de Ipsos-Bimsa debe considerarse que en los resultados influyeron los no pocos tropezones de Peña, empezando por los de la FIL de Guadalajara, y no porque no supiera responder a la pregunta “de cajón” sobre los tres libros que hubiesen influido en él, sino por los laaargos casi cinco minutos en los que el mexiquense patinaba, se resbalaba –esquiaba sobre su laguna mental, escribí aquí– y caía y volvía a caer entre farfullos y frases inconexas. Cero capacidades de respuesta y/o de improvisación.
Por esas mismas fechas de la investigación demoscópica debe inferirse, asimismo, que en los entrevistados aún no influía la dizque vacuna del propio Peña por sus aventuras extramatrimoniales, menos aún el reclamo de una de sus ex compañeras sentimentales con quien procreara un hijo que, dice ella, no está bien atendido, y tampoco el libro –aún por aparecer en las librerías– de Beto Tavira sobre las mujeres que han marcado la vida –y son más de tres– del precandidato priísta.
Tal, apuesto, le hará perder todavía más puntos de los 7 que le acredita Consulta o los 18 con los que lo marca Ipsos-Bimsa.
La razón es harto simple. En nuestra sociedad, por desgracia, son muchas, muchísimas, las mujeres en condición de “madre soltera”. Abandonadas por irresponsables que tampoco se hacen cargo de sus hijos. Y algunas de ellas se verán reflejadas en el caso de aquella que denuncia que el ex mandatario estatal mexiquense no actúa responsablemente con uno de sus vástagos.
Ya estamos en lo que ahora se ha dado llamar como “intercampaña”. Lapso más que razonable, 45 días, para que el soberbio (jejeje) equipo del señor Peña Nieto se ponga las pilas o, de plano, ceda el espacio a otros.
Su candidato va en picada.
Su caída ya es tendencia, lo que en los hechos es prácticamente imposible de revertir o, cuando menos, frenar.
Cuesta abajo en su rodada… Como en el tango, pues.
Índice Flamígero: A propósito de encuestadoras: la del chihuahuense Liébano Sáenz ha guardado un discreto –y plausible– silencio, tras su fracaso en Michoacán, donde predijeron un triunfo “por once puntos” de Luisa María Calderón. Sus datos no concordaron con la realidad. Hace dos días tomó posesión como gobernador constitucional el priísta Fausto Vallejo. Todo indica, así las cosas, que GAD nos ahorramos un tracking poll diario en el periódico oficioso.
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