PAN: Sucios y volubles

Álvaro Delgado

De la elección en que Felipe Calderón se impuso como candidato presidencial, hace seis años, a la que este domingo 5 dio como triunfadora a Josefina Vázquez Mota es inobjetable la evolución en las prácticas internas del Partido Acción Nacional (PAN): Es el perfeccionamiento de las trampas.

Tomo como referencia el 2005 no porque antes no haya habido conductas fraudulentas en el PAN –la elección del candidato a gobernador de Guanajuato, en 2000, es un ejemplo grotesco–, sino porque en el proceso interno de ese año el fraude se manifestó de manera plástica con la “operación cochinita” de Yucatán, clave en el triunfo de Calderón.

De entonces para acá se han sofisticado los mecanismos de adulteración de la voluntad de los panistas y sobre todo el tráfico de la pobreza para comprar y coaccionar voluntades, entre otras razones porque abundan los recursos económicos –públicos y privados– en los procesos internos y, sobre todo, porque tales conductas quedan impunes.

La impunidad es el estímulo principal para que, en la disputa por candidaturas a puestos de elección popular o cargos directivos, se cometan prácticas como las que, de manera descarada, se registraron antes y durante la jornada electoral del PAN, este domingo 5, que fue un acto de desprecio a la Constitución que ese día cumplió el 95 aniversario de su promulgación.

En esta escalada fraudulenta que no es privativa de un grupo, como el torneo de trampas que se produjo entre los equipos de Ernesto Cordero y Vázquez Mota, no hay límites: No sólo se multiplicó el uso de las despensas y de dinero en efectivo para comprar votos, ni se escatimó en amenazas a servidores públicos para votar en un sentido, ni hubo rubor para el acarreo de votantes debidamente controlados, sino que se cometieron conductas delincuenciales, robo de urnas y balazos incluidos.

Por primera vez en la historia, los panistas y los interesados en su proceso interno conocieron –en tempo real– las trampas que se cometían en la elección, pero no por acusaciones de adversarios externos, sino las que una facción atribuía a otra. El registro del cochinero en que se batieron los panistas está en internet.

Más aún: La Comisión Nacional de Elecciones (CNE) recibió tres quejas del equipo de Vázquez Mota, otra de Santiago Creel y una más de Cordero, pero además se presentaron denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR) y ante la Secretaría de la Función Pública (SFP).

El propio día de la jornada electoral, cuando proliferaron las quejas sobre adulteración de la voluntad de los panistas, el equipo de defensa del voto de Vázquez Mota recibió en el número telefónico 01 800 más de 100 llamadas sobre presión de funcionarios, compra y coacción del voto y acarreo de electores

Lo lamentable es que no pasará nada. La fotografía de unidad en el PAN, en la que Creel y Cordero –éste con el rostro desencajado– le levantan la mano a Vázquez Mota, tiene también otro mensaje: El cochinero quedará impune.

Desde la tarde misma del domingo, cuando Calderón confirmó con una llamada a Vázquez Mota su desdén por Cordero, los josefinistas se ufanan de que esta misma semana su candidata subiría por lo menos 6 puntos en las encuestas.

Esto puede ser cierto, pero los propios panistas lo saben: Cada que el PAN deja un acto impune, se degrada y degenera.

Así lo puso de manifiesto el diagnóstico sobre el PAN elaborado por la Comisión de Reflexión y Análisis de ese partido a raíz de la debacle electoral de 2009: “En el comportamiento de los panistas no se aplica la fuerza de las ideas, sino la fuerza del interés, la nómina y el poder”, “no hay agenda para y con la sociedad”, “se han tolerado actos de corrupción de funcionarios y militantes”, “se han privilegiado el arribismo y el oportunismo”, “se permite la democracia simulada” y se impone “la aplicación discrecional de estatutos y reglamentos”.

El documento, que Proceso dio a conocer en julio del año pasado, incluye una sentencia sobre la real condición de los panistas: “Hemos dejado de ser escuela de ciudadanía”.

Pese a ello, hay panistas que se ofuscan porque haya periodistas que documentan la corrupción del PAN y a ellos hay que recordarles lo que respondió el artista Pablo Picasso al militar franquista que le reclamó haber pintado el “Guernica”:

“¡Usted hizo esa cosa horrible! El pintor le respondió: No, esta cosa horrible la hicieron ustedes, yo sólo la he pintado”.

Apuntes

La oferta está hecha: Cordero senador…

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