Ocho países en vías de extinción geopolítica, según Brzezinski: desde Israel hasta Pakistán

Alfredo Jalife-Rahme / Bajo la Lupa

Jóvenes norcoreanos asisten a un mitin para jurar lealtad al líder Kim Jong-Un, ayer en el estadio Kim il-Sung, en Pyongyang, en vísperas del cumpleaños 70 del anterior gobernante Kim Jong-il, que se conmemora el 16 de febrero. El rótulo en la tribuna reza: El día de la estrella brillanteFoto Reuters
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el reciente libro de Zbigniew Brzezinski –Visión estratégica: EU y la crisis del poder global, que resumió en la revista Foreign Policy (enero/febrero/2012)–, se desprende la peligrosa inestabilidad de un mundo huérfano de un Estados Unidos (EU) declinante, así como la incapacidad de China para sustituirle en la cúpula del poder global (Bajo la Lupa, 1º y 5/2/12).

La decadencia inexorable de EU se refleja en el pesimismo determinista de Brzezinski, quien se arriesga a señalar que ocho países en vías de extinción geopolítica: Israel, Pakistán, Georgia, Taiwán, Sudcorea, Bielorrusia, Ucrania y Afganistán. Al unísono del declive de EU y el ascenso de otras potencias regionales, la “seguridad de varios países débiles, localizados geográficamente cerca, dependerán del statu quo internacional que había sido garantizado por la prominencia global de EU” y que hoy serían significativamente más vulnerables en proporción al declive estadunidense: los países expuestos son el equivalente geopolítico de las especies en vías de extinción en la naturaleza, cuyos destinos se encuentran íntimamente ligados a la naturaleza del entorno internacional dejado atrás por un EU evanescente.

Indica los países más débiles que sufrirán: 1. Israel y el Gran Medio Oriente: se moverán las placas tectónicas que socavarán la estabilidad política de Medio Oriente cuando todos los países de la región permanecen vulnerables a varios grados de presiones populistas internas, turbulencias sociales y fundamentalismos religiosos. Si el declive de EU ocurriese sin que el conflicto palestino-israelí sea resuelto, el fracaso para implementar una solución mutuamente aceptable de dos estados inflamaría más la atmósfera política regional. La hostilidad regional a Israel se intensificaría entonces con la percepción de la debilidad de EU, que en un punto tentará a los más poderosos países de la región, notablemente Irán e Israel a prevenir peligros anticipados. Por ventaja táctica, Hamas o Hezbolá pueden precipitar erupciones que podrían entonces escalar a choques militares más extensos y sangrientos”. Las entidades débiles, como Líbano y Palestina pagarían especialmente un alto precio en muertes civiles. Tales conflictos alcanzarían niveles verdaderamente horripilantes (sic) con ofensivas y contraofensivas entre Irán e Israel. Lo que está en juego: confrontación directa de Israel o EU con Irán; ola ascendente del radicalismo y extremismo islámicos; una crisis energética global; vulnerabilidad de los aliados de EU en el golfo Pérsico. Nada nuevo bajo el sol, cuando este apocalíptico escenario se ha echado a andar en la mayor fractura tectónica del planeta: Afganistán-Pakistán-Irán (que incluye el golfo Pérsico)-Irak-Siria-Líbano. ¿Cómo quedará Turquía? ¿Qué sucederá con los kurdos, los cristianos y las minorías raciales y religiosas del Gran Medio Oriente?

2. Pakistán: dotada de armas nucleares del siglo XXI y cohesionada por un ejército profesional de finales del siglo XX, pero que su mayoría es todavía premoderna, rural y extensamente definida por identidades regionales y tribales. Juzga que su sentido de identidad nacional es definido por su conflicto con India, mientras que la división forzada de Cachemira sostiene una antipatía profunda y compartida. Su inestabilidad política es su mayor vulnerabilidad que se incrementará con el declive de EU, por lo que se “podría entonces transformar en varias opciones: Estado militar, Estado islámico radical, Estado de gobierno mixto (militar e islámico) o ‘Estado’ (sic) sin un gobierno central”. Lo que está en juego: caciquismo nuclear, gobierno con armas nucleares similar a Irán (militante islámico y antioccidental); inestabilidad regional en Asia Central con una violencia potencialmente expansiva al RIC (Rusia-India-China). ¿No es acaso lo que le convendría a EU para perjudicar nuclearmente a sus mayores adversarios geoeconómicos del RIC?

3. Afganistán: destrozada (nueve años de guerra con la URSS, mal manejada por los medievales del Talibán, y deprimida por 10 años de operaciones militares de EU): 40 por ciento de desempleo, ranking 215 del PIB per cápita, depende del negocio ilegal de estupefacientes. La retirada militar de EU y/o su declive resultará en su desintegración interna y en los juegos de poder externos de los países vecinos en busca de influencia (Pakistán, India e Irán). Lo que está en juego: resurgimiento del Talibán; guerra por procuración de India y Pakistán; paraíso del terrorismo mundial.

4. Sudcorea: EU ha sido el garante de su seguridad desde 1950, lo cual le ha permitido su notable despegue económico y su sistema político democrático. Enumera las provocaciones de Norcorea, por lo que el declive de EU confrontará a Seúl con dolorosas opciones: aceptar el dominio regional de China y su mayor dependencia a China para frenar las armas nucleares de Norcorea, o buscar una más vigorosa relación con Japón, históricamente impopular. Lo que está en juego: seguridad militar y económica de la península coreana; crisis general de confianza en Japón y en la confiabilidad de los compromisos de EU”. ¿Dónde queda entonces el estéril cerco de Obama a China? ¿Es puro bluff?

5. Taiwán: afirma que “desde 1972 EU ha aceptado formalmente (sic) la fórmula de una sola China. En fechas recientes Taiwán y China han mejorado su relación y el declive de EU aumentará la vulnerabilidad de Taiwán y su atracción a una China exitosa económicamente que aceleraría el cronograma de la reunificación. Lo que está en juego: riesgo de una colisión seria con China. A mi juicio, poco probable. ¿A cambio de qué EU abandonará a Taiwán?

6. Georgia: queda vulnerable a la intimidación política y la agresión militar de Rusia. No podía faltar la legendaria rusofobia de Brzezinski. Lo que está en juego: dominio ruso del corredor energético sureño a Europa, posiblemente llevando mayor presión sobre Europa para acomodar la agenda política de Moscú. Efecto dominó en Azerbaiyán. Se le olvida que el mundo cambió en septiembre de 2008, cuando Rusia puso en su lugar la temeridad belicosa de Georgia, azuzada por Dick Cheney.

7. Bielorrusia: la tercera parte de sus exportaciones van a Rusia, de la que es casi enteramente dependiente de sus necesidades energéticas. Rusia tiene la oportunidad de reabsorber Belarús. Lo que está en juego: la seguridad de los vecinos países bálticos especialmente Letonia. Le faltó señalar que el efecto dominó alcanzaría a Europa del Este.

8. Ucrania: Europa estaría menos dispuesta y capaz de incorporar a Ucrania a una comunidad occidental en expansión, lo que deja más vulnerable a los designios rusos. Lo que está en juego: la renovación de las ambiciones imperiales rusas. La geopolítica de Ucrania ya se había decidido con el bloqueo del gas ruso, la llegada de Yanukovych a la presidencia y el arrendamiento de la base naval de Sebastopol (mar Negro) por un cuarto de siglo.

Conclusión: quiera o no Brzezinski, el mundo va que vuela a balcanizaciones y/o integraciones en medio de nuevos regionalismos con sus respectivas esferas de influencia: una geopolítica multipolar y darwiniana. ¿Dónde deja a Latinoamérica y a África?

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