Enrique Campos Suárez
Este año habrá elecciones en Estados Unidos y Barack Obama se quiere quedar en la Casa Blanca y las medidas que tome en este primer mandato tienen la clara intensión de que sus planes políticos ocurran.
En días pasados, cuando bajó sorpresivamente la tasa de desempleo hasta un nivel de 8.3% el encargado de salir a dar la buena noticia no fue el Presidente de Estados Unidos, porque para eso tiene al Departamento del Trabajo.
Más bien fue el candidato demócrata a la Presidencia el encargado de dar las buenas noticias económicas. Aunque está claro que se trata de la misma persona.
Ahora, Barack Obama presenta su plan de presupuesto para el próximo año y lo hace con la conciencia de que lo que ahora propone entraría en vigor justo un mes antes de las elecciones de noviembre.
Y el paquete Obama cumple con los requisitos que puede tener el que se presente como el mejor candidato para gobernar Estados Unidos durante los próximos años.
Tiene eso que tanto gusta, que se presenta como un aumento en los impuestos a los más ricos.
Bajo el auspicio de la Regla Buffett. O sea, aquel episodio en el que el multimillonario Warren Buffett suplicaba en una carta que le cobraran más impuestos, porque era injusto que los de su clase no contribuyeran con su pobre país.
Con ese argumento, el Presidente estadounidense lanza la propuesta de cobrar al menos 30% de los ingresos de los más ricos. Lo que refresca en la memoria de la clase media de ese país, que sabe de las habilidades contables de los más ricos para evitar el pago de contribuciones.
Pero el paquete que propone Obama tiene además el muy demócrata recorte en gastos militares. Lo que implica una clara afrenta a los republicanos, que son los que más han privilegiado el gasto militar en ese país.
La referencia es muy sencilla, George W. Bush con su gasto militar en dos guerras que costaron miles de millones de dólares, fue incapaz de acabar con el enemigo público número uno de ese país: Osama Bin Laden.
Algo que el premio Nobel de la Paz y ahorrativo Barack Obama sí pudo. Ahí hay votos potenciales.
Otra gran virtud del paquete de Obama es que finalmente atiende el principal problema económico de Estados Unidos y plantea una solución al tema del muy abultado déficit fiscal.
Sin dejar de reconocer que habrán recortes y sacrificios presupuestales, desde la Casa Blanca dan el primer paso serio en el papel para corregir el déficit fiscal.
Entonces, lo que Barack Obama está logrando es posicionar un discurso de lucha de clases al interior de un país en el que éste puede permear por los niveles de pérdida de nivel de vida que han sufrido.
Cuando se cuentan por millones las familias en las que alguien ha perdido el empleo o la casa o el nivel salarial, este tipo de discursos prende muy bien en el ánimo electoral.
Está claro que el paquete de Barack Obama tiene prácticamente garantizada la muerte antes de llegar a los terrenos de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes.
Pero al menos tendrá la ventaja de haber propuesto un presupuesto responsable, por la corrección fiscal que propone, y popular, por los aumentos de impuestos que incluía para los más ricos.
Los republicanos estarán obligados a diseñar un paquete que pueda parecerse al planteamiento de la Casa Blanca y, entonces, dirán que Obama fue la inspiración.
Y si, por el contrario, optan por un paquete más al estilo conservador, no podrán atraer lo que hoy más les importa: los votos.
La primera piedra
Hoy será un buen día para muchos rubros del comercio en México. Los vendedores de flores hoy tienen el segundo mejor día del año después del Día de las Madres.
Los restauranteros tendrán también un buen día porque, a pesar de ser martes, serán muchos los que aprovecharán la oportunidad de tener alguna comida o cena romántica.
Chocolates, peluches, joyas y otras prendas también tendrán hoy un buen mercado.
Y sin duda, los hoteles y moteles también tienen esta fecha una de las mejores del año.
Este año habrá elecciones en Estados Unidos y Barack Obama se quiere quedar en la Casa Blanca y las medidas que tome en este primer mandato tienen la clara intensión de que sus planes políticos ocurran.
En días pasados, cuando bajó sorpresivamente la tasa de desempleo hasta un nivel de 8.3% el encargado de salir a dar la buena noticia no fue el Presidente de Estados Unidos, porque para eso tiene al Departamento del Trabajo.
Más bien fue el candidato demócrata a la Presidencia el encargado de dar las buenas noticias económicas. Aunque está claro que se trata de la misma persona.
Ahora, Barack Obama presenta su plan de presupuesto para el próximo año y lo hace con la conciencia de que lo que ahora propone entraría en vigor justo un mes antes de las elecciones de noviembre.
Y el paquete Obama cumple con los requisitos que puede tener el que se presente como el mejor candidato para gobernar Estados Unidos durante los próximos años.
Tiene eso que tanto gusta, que se presenta como un aumento en los impuestos a los más ricos.
Bajo el auspicio de la Regla Buffett. O sea, aquel episodio en el que el multimillonario Warren Buffett suplicaba en una carta que le cobraran más impuestos, porque era injusto que los de su clase no contribuyeran con su pobre país.
Con ese argumento, el Presidente estadounidense lanza la propuesta de cobrar al menos 30% de los ingresos de los más ricos. Lo que refresca en la memoria de la clase media de ese país, que sabe de las habilidades contables de los más ricos para evitar el pago de contribuciones.
Pero el paquete que propone Obama tiene además el muy demócrata recorte en gastos militares. Lo que implica una clara afrenta a los republicanos, que son los que más han privilegiado el gasto militar en ese país.
La referencia es muy sencilla, George W. Bush con su gasto militar en dos guerras que costaron miles de millones de dólares, fue incapaz de acabar con el enemigo público número uno de ese país: Osama Bin Laden.
Algo que el premio Nobel de la Paz y ahorrativo Barack Obama sí pudo. Ahí hay votos potenciales.
Otra gran virtud del paquete de Obama es que finalmente atiende el principal problema económico de Estados Unidos y plantea una solución al tema del muy abultado déficit fiscal.
Sin dejar de reconocer que habrán recortes y sacrificios presupuestales, desde la Casa Blanca dan el primer paso serio en el papel para corregir el déficit fiscal.
Entonces, lo que Barack Obama está logrando es posicionar un discurso de lucha de clases al interior de un país en el que éste puede permear por los niveles de pérdida de nivel de vida que han sufrido.
Cuando se cuentan por millones las familias en las que alguien ha perdido el empleo o la casa o el nivel salarial, este tipo de discursos prende muy bien en el ánimo electoral.
Está claro que el paquete de Barack Obama tiene prácticamente garantizada la muerte antes de llegar a los terrenos de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes.
Pero al menos tendrá la ventaja de haber propuesto un presupuesto responsable, por la corrección fiscal que propone, y popular, por los aumentos de impuestos que incluía para los más ricos.
Los republicanos estarán obligados a diseñar un paquete que pueda parecerse al planteamiento de la Casa Blanca y, entonces, dirán que Obama fue la inspiración.
Y si, por el contrario, optan por un paquete más al estilo conservador, no podrán atraer lo que hoy más les importa: los votos.
La primera piedra
Hoy será un buen día para muchos rubros del comercio en México. Los vendedores de flores hoy tienen el segundo mejor día del año después del Día de las Madres.
Los restauranteros tendrán también un buen día porque, a pesar de ser martes, serán muchos los que aprovecharán la oportunidad de tener alguna comida o cena romántica.
Chocolates, peluches, joyas y otras prendas también tendrán hoy un buen mercado.
Y sin duda, los hoteles y moteles también tienen esta fecha una de las mejores del año.
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