México, 30 años varado

Economía: paso a pasito
Rescate bancario y pobreza

Carlos Fernández-Vega / México SA


La economía mexicana acumula tres décadas con una tasa anual promedio de crecimiento no mayor a 2 por ciento, y 11 sin que reporte, así sea en un solo año, una tasa de 6 por ciento o más de avance. Sin embargo, algunos voluntariosos creen que la susodicha es fuerte, sólida y exitosa, por mucho que los principales indicadores muestren lo contrario. En el mejor de los casos, la economía nacional camina paso a pasito, mientras las urgencias sociales corren como gacela.

No será con discursos ni actos voluntariosos como se sacará del hoyo a la economía mexicana, pero en vía de mientras en su más reciente reporte analítico, el Centro Estudios de las Finanzas Públicas advierte que es más que notorio que se observa un menor dinamismo económico en el país, y de lo anterior da cuenta el menor avance del indicador de la actividad industrial en 2011 comparado con el del año previo. Además, se mantiene sin rebasar su nivel de antes del periodo de crisis. El empleo crece, pero ha perdido dinamismo y una proporción importante y creciente de las plazas laborales ha sido de baja calidad. Repunta la inflación y en el primer mes de 2012 se ubicó por arriba del límite superior de variabilidad establecido por el propio Banco de México, lo que ha repercutido en el ingreso de las personas que ganan menos al disminuir el poder adquisitivo de su salario.

De acuerdo con el Inegi, el indicador adelantado (cuya función es la de anticipar la posible trayectoria del estado general de la economía) se colocó, en el último mes del año pasado, en fase de expansión; pese a ello, la economía no ha sido capaz de generar los empleos necesarios en el sector formal para poder hacer frente al crecimiento poblacional; si bien la tasa de desocupación disminuyó en el cuarto trimestre de 2011, esto se explicó, en buena medida, por el aumento de la ocupación en el sector informal. Además, no obstante de que el crédito de la banca comercial viene creciendo de forma acelerada, el otorgamiento de créditos sigue sin tener como destino principal el aparato productivo.

El CEFP detalla que en diciembre de 2011 la actividad industrial creció 2.8 por ciento en términos reales respecto al mismo mes de 2010, pero este avance fue el menor desde septiembre de 2011 a tasa anual, con lo que con cifras revisadas para los meses anteriores se confirman cuatro meses consecutivos de desaceleración. Por sector de actividad, la producción de las industrias manufactureras aumentó a tasa anual 3.7 por ciento, la de la construcción 3.6 por ciento y la de electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final 2.5 por ciento; mientras que la minería tuvo una caída de 1.3 por ciento, todas comparadas con diciembre de 2010.

El análisis de corto plazo muestra un incremento de noviembre a diciembre del año anterior de 0.85 por ciento en la actividad industrial total, mientras que por sector, el de mayor crecimiento fue el de la de electricidad, agua y suministro de gas (1.44 por ciento), seguido por las manufacturas (1.22) y la construcción (0.21); en tanto que la minería registró un descenso de 0.26 por ciento. Las cifras acumuladas de enero a diciembre de 2011 mostraron un aumento de 3.8 por ciento para el total de la industria, proporción menor en 2.3 puntos porcentuales con respecto al 6.1 por ciento que se obtuvo en 2010. Por sector de actividad, la electricidad, agua y suministro de gas, así como las manufacturas crecieron poco más de la mitad del nivel en que lo hicieron el año previo; mientras que la minería cayó 2.3 por ciento y la industria de la construcción ascendió 4.8 por ciento después de haber tenido un crecimiento nulo en 2010.

El incremento del último mes del año anterior, en la industria manufacturera puede explicarse como respuesta de un mayor crecimiento a lo esperado que mostró la economía estadunidense al cierre del año, lo cual se vio reflejado en el incremento total de la industria; sin embargo, con relación al sector de la construcción que se encuentra más ligado al mercado interno, éste muestra avances menos acelerados, lo que permite inferir que el mercado interno todavía presenta signos de debilidad sobre todo por la escasa inversión que se ha realizado en el sector, la cual sólo creció en 3.6 por ciento de enero a noviembre de 2011, por lo que de continuar débil, no podrá compensar el menor crecimiento de la demanda externa, ya que la desaceleración de esta última se convierte en un factor de riesgo para el crecimiento económico en los próximos meses.

Por el lado de la inversión comienzan a manifestarse signos de volatilidad en el corto plazo debido a sus variaciones alternadas, lo que implica la falta de un crecimiento robusto y sostenido. Además, de acuerdo a la encuesta de las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado de enero de 2012, recabada por el Banco de México, se destaca que sólo el 26 por ciento de los consultados consideran que, de acuerdo con la coyuntura actual de las empresas, es buen momento para efectuar inversiones; en tanto que el 59 por ciento no está seguro y el 15 por ciento lo considera un mal momento.

Y por el lado del empleo formal, el IMSS dio a conocer que en enero de 2012 apenas se crearon 50 mil 834 plazas permanentes y eventuales urbanos. Con esto, en los últimos doce meses se generaron 625 mil 749 nuevas plazas, 84 mil 955 empleos menos que en el mismo periodo del año anterior. Por tipo de afiliación, sólo el 39 por ciento de los nuevos cotizantes fueron en empleos permanentes (19 mil 953); la mayoría de los trabajos creados en enero fueron eventuales urbanos.

Al comparar las cifras de empleo con la situación anterior al comienzo de la crisis (octubre de 2008), sólo se han generado 777 mil 425 empleos, de los que 40.6 por ciento han sido eventuales. Así, de octubre de 2008 a diciembre de 2011 se ha crecido a un ritmo de 239.2 mil empleos anuales (eventuales 97 mil de ellos), muy por debajo de lo necesario para cubrir el aumento de la población en edad de trabajar (antes de la crisis, el crecimiento promedio era de 843 mil al año, 2002-2008). Además, una importante proporción de los empleos generados ha sido de menor calidad y sin importantes alzas salariales (de septiembre de 2008 a septiembre de 2011 el salario base de cotización promedio acumulaba una pérdida de 0.7 por ciento real), lo que no contribuye a satisfacer las necesidades del país ni abatir la pobreza.

Las rebanadas del pastel

Demoledor: el costo total del rescate bancario (Fobaproa-IPAB) equivale al presupuesto de 58 años para combatir la pobreza. Y el inquilino de Los Pinos insiste en que vamos por el camino correcto (al precipicio).

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