Las tres opciones para presidente

Jorge Diaz

Definidas como están las tres opciones fuertes que tendremos los mexicanos para decidir no sólo a la persona que ocupará el cargo, sino también, a quien en gran medida definirá nuestro destino como nación durante seis años, -futuro del cual dependen muchas cosas para los que andamos a pie- podemos ir viendo los primeros pasos, aunque pocos, pero útiles para darnos una mejor idea sobre la sustancia contenida en cada uno de los aspirantes.

El caso de Enrique Peña Nieto es como de ausencia, se le han ido los titulares en las primeras planas por lo menos las últimas dos semanas y no está nada claro sobre cuáles serán los ejes de su campaña para sorprender al indeciso y mantener la supuesta ventaja, misma que se aclarará bien a bien, a finales de Marzo. Si su cálculo es el de administrar a tan temprana etapa de la competencia esa ventaja, podría estar cometiendo un error grave, baste recordar las experiencias de Labastida y López Obrador. En lugar de basarse en lo vivido en las elecciones pasadas del Estado de México, debería estar pensando en ponerse las pilas. El exceso de confianza lo puede arruinar.

Recientemente, las movidas del tricolor son para amortiguar y controlar los daños provenientes de los ataques certeros de sus contrincantes y el gobierno federal, además de las pifias propias del candidato, en lugar de proponer una ofensiva en el terreno de las ideas. Retrasarse en posicionar al candidato como un hombre de propuestas con contenido (si las hay), les puede hacer más estragos que mantenerse a la defensiva.

Para Vázquez Mota el escenario primero, será de cicatrización al interior de su partido por más que lo quieran negar. Después, a tratar de recoger el tiradero provocado por las dos administraciones panistas que han dejado mucho que desear, distanciándose de todo aquello que ha molestado al ciudadano en doce años. Al mismo tiempo, alejarse de las voces que insisten en reducir la candidatura de la única mujer en la contienda electoral, como una cuestión de género, sería un grave error si su equipo de campaña la quisiera llevar por ese camino. Desde mi óptica, el tema de género será algo muy íntimo que se decidirá muy probablemente en silencio y sólo lo veremos reflejado quizá, en alguna encuesta hasta después de las elecciones. Pero no es tema de campaña, creo yo.

Si Josefina ha llegado hasta este punto, debe demostrar que su capacidad como líder y posible gobernante, rebasa el hecho de ser mujer, para poder verla completa en su real dimensión.

El que definitivamente está haciendo la tarea es Andrés Manuel López Obrador. Supongo que le ganan las prisas precisamente por ver que en la interna panista resultó triunfador su peor escenario. Pero con todo, ha logrado jalar los reflectores de los medios de comunicación no obstante el ruido que hicieron Vázquez Mota, Cordero y compañía. Además, el atinado movimiento de la reconciliación con Cuauhtémoc Cárdenas, estará abonándole votos (de izquierda) de los resentidos del sexenio pasado, nada que lo haga ponerse muy por encima de la Vázquez Mota, pero que provoca destellos que el indeciso puede ir tomando en cuenta para considerar darle su solicitado beneficio de la duda.

Por lo pronto, la pregunta que queda en este momento es: ¿Qué tan rápido se debe definir un segundo lugar muy por arriba del tercero? para que la contienda se convierta en una verdadera competencia contra el PRI y comience la caza del “voto útil”… eso nos toca a los ciudadanos responderlo.

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