Sinembargo
El nombramiento de Joel Ortega Cuevas como coordinador de campaña de Miguel Ángel Mancera Espinosa ha removido muchas cosas del pasado. La más importante: su actuación en la tragedia de la discoteca New’s Divine, la tarde del 20 de junio de 2008, donde fallecieron 12 personas –nueve jóvenes y tres policías–durante un operativo policial fallido, comandado por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Distrito Federal, entonces a cargo del también presidente de la asociación política denominada Democracia y Ciudadanía.
Los padres de los nueve jóvenes muertos y algunos más que tendrán durante toda su vida secuelas físicas por aquella agresión injustificada a todas luces, pues la policía capitalina –sin una estrategia definida para realizar el operativo y sólo por “lucir” su fuerza ante los medios de comunicación– cerró las puertas del bar, creó un tapón humano que impidió la salida ordenada y provocó la asfixia de los adolescentes, mientras al interior golpeaban y proferían insultos a los jóvenes.
Para los padres de familia ver a Ortega Cuevas en el equipo de campaña de Mancera Espinosa ha generado indignación. Las familias, contaron a SinEmbargo.mx, que no duermen en paz desde la trágica muerte de sus hijos y, por ello, junto a grupos de activistas todavía ahora siguen buscando que se les haga plena justicia. El gobierno del DF, afirman, ni siquiera se ha hecho cargo de los gastos por servicios médicos e indeminizaciones de aquellos que, por los golpes recibidos o la asfixia, ahora incluso no pueden valerse de sí mismos.
Y es que en ese caso quedaron muchas cuentas pendientes, aun cuando en su momento el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, declaró que los servidores públicos que ejecutaron el operativo de verificación en el establecimiento New’s Divine “cometieron graves errores y serán los primeros en ser castigados con apego a la ley, junto con aquellos funcionarios de la delegación Gustavo A. Madero que autorizaron y permitieron el funcionamiento del antro”. Al final, días después del lamentable suceso sólo se anunció la destitución del encargado del operativo, Guillermo Zayas González, director regional de la zona norte de la Secretaría de Seguridad Pública y coordinador del Unipol en Gustavo A. Madero.
Luego, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, entonces a cargo de Emilio Álvarez Icaza, entregó un Informe Especial en donde se comprobó las diversas violaciones a Derechos Humanos por parte de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, la Procuraduría General de Justicia del DF y personal de la delegación Gustavo A. Madero.
El funcionario de más alta investidura señalado como responsable de esta tragedia que, encima ocurrió ante los ojos de los medios de comunicación, fue Joel Ortega Cuevas. A menos de un mes de la tragedia, el 8 de julio de 2008, Ortega renunció a su cargo por la presión de los medios, lo mismo ocurrió con el entonces procurador capitalino, Rodolfo Félix Cárdenas.
El único detenido en este caso fue Alfredo Maya Ortiz, dueño del New’s Divine, quien además fue consignado por el delito de corrupción de menores. Pero esos 12 homicidios, provocados por la propia policía, de acuerdo con todas las pruebas, permanecen impunes.
Como se recordará, en sustitución de Ortega Cuevas entró Manuel Mondragón y Kalb, mientras que el relevo en la PGJDF fue precisamente el ahora candidato de la coalición de izquierda a la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
¿Por qué reincorporar ahora a la nomenclatura de un gobierno que ofrece ser “progresista” a un funcionario con un mancha tan oscura como Ortega? ¿Qué le pasa a Mancera? Se preguntan los padres de los adolescentes y jóvenes muertos en el New’s Divine.
Para ellos y los activistas que los han acompañado en su lucha por casi cuatro años, ese nombramiento muestra que la “izquierda progresista” no existe.
Es una acción tan indignante como la protección que dan el PAN y el presidente Felipe Calderón Hinojosa a Juan Molinar Horcasitas y Daniel Karam Toumeh por el caso de la Guardería ABC, y el PRI con el asunto de la relación del ex gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, y la protección que dio en su administración a empresarios pederastas.
Todas las acciones y omisiones de estos funcionarios han provocado delitos que, en otras partes del mundo no sólo les habría costado el puesto sino que los tendría en la cárcel. Pulcritud y congruencia es lo que se le pide a Mancera antes incluso del arranque de su campaña, pues la incompetencia y corrupción no son una buena etiqueta de presentación para un gobierno “progresista”.
El nombramiento de Joel Ortega Cuevas como coordinador de campaña de Miguel Ángel Mancera Espinosa ha removido muchas cosas del pasado. La más importante: su actuación en la tragedia de la discoteca New’s Divine, la tarde del 20 de junio de 2008, donde fallecieron 12 personas –nueve jóvenes y tres policías–durante un operativo policial fallido, comandado por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Distrito Federal, entonces a cargo del también presidente de la asociación política denominada Democracia y Ciudadanía.
Los padres de los nueve jóvenes muertos y algunos más que tendrán durante toda su vida secuelas físicas por aquella agresión injustificada a todas luces, pues la policía capitalina –sin una estrategia definida para realizar el operativo y sólo por “lucir” su fuerza ante los medios de comunicación– cerró las puertas del bar, creó un tapón humano que impidió la salida ordenada y provocó la asfixia de los adolescentes, mientras al interior golpeaban y proferían insultos a los jóvenes.
Para los padres de familia ver a Ortega Cuevas en el equipo de campaña de Mancera Espinosa ha generado indignación. Las familias, contaron a SinEmbargo.mx, que no duermen en paz desde la trágica muerte de sus hijos y, por ello, junto a grupos de activistas todavía ahora siguen buscando que se les haga plena justicia. El gobierno del DF, afirman, ni siquiera se ha hecho cargo de los gastos por servicios médicos e indeminizaciones de aquellos que, por los golpes recibidos o la asfixia, ahora incluso no pueden valerse de sí mismos.
Y es que en ese caso quedaron muchas cuentas pendientes, aun cuando en su momento el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, declaró que los servidores públicos que ejecutaron el operativo de verificación en el establecimiento New’s Divine “cometieron graves errores y serán los primeros en ser castigados con apego a la ley, junto con aquellos funcionarios de la delegación Gustavo A. Madero que autorizaron y permitieron el funcionamiento del antro”. Al final, días después del lamentable suceso sólo se anunció la destitución del encargado del operativo, Guillermo Zayas González, director regional de la zona norte de la Secretaría de Seguridad Pública y coordinador del Unipol en Gustavo A. Madero.
Luego, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, entonces a cargo de Emilio Álvarez Icaza, entregó un Informe Especial en donde se comprobó las diversas violaciones a Derechos Humanos por parte de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, la Procuraduría General de Justicia del DF y personal de la delegación Gustavo A. Madero.
El funcionario de más alta investidura señalado como responsable de esta tragedia que, encima ocurrió ante los ojos de los medios de comunicación, fue Joel Ortega Cuevas. A menos de un mes de la tragedia, el 8 de julio de 2008, Ortega renunció a su cargo por la presión de los medios, lo mismo ocurrió con el entonces procurador capitalino, Rodolfo Félix Cárdenas.
El único detenido en este caso fue Alfredo Maya Ortiz, dueño del New’s Divine, quien además fue consignado por el delito de corrupción de menores. Pero esos 12 homicidios, provocados por la propia policía, de acuerdo con todas las pruebas, permanecen impunes.
Como se recordará, en sustitución de Ortega Cuevas entró Manuel Mondragón y Kalb, mientras que el relevo en la PGJDF fue precisamente el ahora candidato de la coalición de izquierda a la Jefatura del Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
¿Por qué reincorporar ahora a la nomenclatura de un gobierno que ofrece ser “progresista” a un funcionario con un mancha tan oscura como Ortega? ¿Qué le pasa a Mancera? Se preguntan los padres de los adolescentes y jóvenes muertos en el New’s Divine.
Para ellos y los activistas que los han acompañado en su lucha por casi cuatro años, ese nombramiento muestra que la “izquierda progresista” no existe.
Es una acción tan indignante como la protección que dan el PAN y el presidente Felipe Calderón Hinojosa a Juan Molinar Horcasitas y Daniel Karam Toumeh por el caso de la Guardería ABC, y el PRI con el asunto de la relación del ex gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, y la protección que dio en su administración a empresarios pederastas.
Todas las acciones y omisiones de estos funcionarios han provocado delitos que, en otras partes del mundo no sólo les habría costado el puesto sino que los tendría en la cárcel. Pulcritud y congruencia es lo que se le pide a Mancera antes incluso del arranque de su campaña, pues la incompetencia y corrupción no son una buena etiqueta de presentación para un gobierno “progresista”.
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