Juan Antonio Zúñiga / La Jornada
Mientras en 2011 el valor de la producción agropecuaria del país redujo su participación a 3.39 por ciento del producto interno bruto (PIB), la importación de alimentos realizada ese año para subsanar la insuficiente producción interna de los mismos ascendió a 13 mil 146 millones de dólares, nivel sin precedente en la historia de México.
Según informes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y del Banco de México, con estas compras de alimentos al exterior la salida de divisas ascendió a 53 mil 180 millones de dólares en los últimos cinco años, cantidad 85.4 por ciento superior a la empleada para el mismo fin en el mismo periodo del gobierno anterior.
El incremento en la importación de alimentos durante este gobierno fue superior en 24 mil 503.9 millones de dólares a las compras hechas entre 2001 y 2005, durante la primera administración emanada del Partido Acción Nacional (PAN).
De acuerdo con los indicadores del banco central, en 11 años de gobiernos federales del PAN se han importado alimentos por 87 mil 193.1 millones de dólares, cantidad que rebasa el monto actual de la deuda externa del sector privado en su conjunto, o bien equivalente a casi dos años del valor anual de la producción agrícola nacional.
El sector primario de la economía mexicana tiene al menos cuatro décadas de rezago en la atención de los gobiernos federales, al menos desde 1972 en que el país dejó de ser autosuficiente en la producción de maíz y otros alimentos. Pero la importancia de la producción agropecuaria y pesquera ha quedado en un ámbito casi marginal en términos de su participación en el producto nacional, medido a precios de mercado. No pinta, sintetizan hoy su importancia analistas de grandes grupos financieros que operan en el país.
Como proporción del producto interno bruto (PIB) su participación ha perdido algo más de 5 por ciento de su dimensión en los últimos 12 años, pero nueve décimas partes de esa reducción se perdió entre 2007 y 2011, según las cifras registradas por el Inegi.
En 2000, durante el último año de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la participación del sector agropecuario y pesquero en el valor total de la producción nacional de bienes y servicios fue de 3.57 por ciento, y en esa proporción arrancó el primer gobierno del PAN, el cual al concluir seis años después, en 2006, dejó una participación del campo en el PIB de 3.55 por ciento.
Al término del quinto año de gobierno de la segunda administración del PAN, la dimensión del sector agropecuario y pesquero como proporción del producto nacional fue de 3.39 por ciento, la más baja, en términos anuales, de los últimos 11 años.
La pérdida de importancia de la producción agropecuaria y pesquera en la economía mexicana guarda concordancia con el lento crecimiento observado por ambas variables.
El sector agropecuario fue 2.4 por ciento mayor en 2011 que en 2006, mientras el conjunto de la economía tiene una dimensión 7.4 por ciento mayor a la que tuvo al comienzo del segundo gobierno panista.
Este rezago se ha expresado en mayores y más caras importaciones de alimentos. En los seis años del primer gobierno panista se adquirieron productos del sector primario por 34 mil millones de dólares. Durante el último año de aquella administración las compras al exterior de comida implicaron la salida de casi 6 mil 100 millones de dólares; mientras en el primer año del segundo gobierno del PAN, en 2007, las importaciones de este tipo significaron pagos por casi 9 mil millones de dólares, 47 por ciento más que en 2006.
En 2008, año en el que la producción agropecuaria creció 2.8 por ciento, las importaciones de alimentos llegaron a 11 mil 837 millones de dólares, el máximo nivel alcanzado hasta entonces. En 2009 se redujeron a 8 mil 610 millones y en 2010 repuntaron a 9 mil 844 millones de dólares. En 2011 el sector primario de la economía mexicana decreció 0.6 por ciento, pero las compras externas de alimentos ascendieron a 13 mil 146 millones de dólares, 33 por ciento más elevadas que las realizadas el año anterior.
Mientras en 2011 el valor de la producción agropecuaria del país redujo su participación a 3.39 por ciento del producto interno bruto (PIB), la importación de alimentos realizada ese año para subsanar la insuficiente producción interna de los mismos ascendió a 13 mil 146 millones de dólares, nivel sin precedente en la historia de México.
Según informes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y del Banco de México, con estas compras de alimentos al exterior la salida de divisas ascendió a 53 mil 180 millones de dólares en los últimos cinco años, cantidad 85.4 por ciento superior a la empleada para el mismo fin en el mismo periodo del gobierno anterior.
El incremento en la importación de alimentos durante este gobierno fue superior en 24 mil 503.9 millones de dólares a las compras hechas entre 2001 y 2005, durante la primera administración emanada del Partido Acción Nacional (PAN).
De acuerdo con los indicadores del banco central, en 11 años de gobiernos federales del PAN se han importado alimentos por 87 mil 193.1 millones de dólares, cantidad que rebasa el monto actual de la deuda externa del sector privado en su conjunto, o bien equivalente a casi dos años del valor anual de la producción agrícola nacional.
El sector primario de la economía mexicana tiene al menos cuatro décadas de rezago en la atención de los gobiernos federales, al menos desde 1972 en que el país dejó de ser autosuficiente en la producción de maíz y otros alimentos. Pero la importancia de la producción agropecuaria y pesquera ha quedado en un ámbito casi marginal en términos de su participación en el producto nacional, medido a precios de mercado. No pinta, sintetizan hoy su importancia analistas de grandes grupos financieros que operan en el país.
Como proporción del producto interno bruto (PIB) su participación ha perdido algo más de 5 por ciento de su dimensión en los últimos 12 años, pero nueve décimas partes de esa reducción se perdió entre 2007 y 2011, según las cifras registradas por el Inegi.
En 2000, durante el último año de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la participación del sector agropecuario y pesquero en el valor total de la producción nacional de bienes y servicios fue de 3.57 por ciento, y en esa proporción arrancó el primer gobierno del PAN, el cual al concluir seis años después, en 2006, dejó una participación del campo en el PIB de 3.55 por ciento.
Al término del quinto año de gobierno de la segunda administración del PAN, la dimensión del sector agropecuario y pesquero como proporción del producto nacional fue de 3.39 por ciento, la más baja, en términos anuales, de los últimos 11 años.
La pérdida de importancia de la producción agropecuaria y pesquera en la economía mexicana guarda concordancia con el lento crecimiento observado por ambas variables.
El sector agropecuario fue 2.4 por ciento mayor en 2011 que en 2006, mientras el conjunto de la economía tiene una dimensión 7.4 por ciento mayor a la que tuvo al comienzo del segundo gobierno panista.
Este rezago se ha expresado en mayores y más caras importaciones de alimentos. En los seis años del primer gobierno panista se adquirieron productos del sector primario por 34 mil millones de dólares. Durante el último año de aquella administración las compras al exterior de comida implicaron la salida de casi 6 mil 100 millones de dólares; mientras en el primer año del segundo gobierno del PAN, en 2007, las importaciones de este tipo significaron pagos por casi 9 mil millones de dólares, 47 por ciento más que en 2006.
En 2008, año en el que la producción agropecuaria creció 2.8 por ciento, las importaciones de alimentos llegaron a 11 mil 837 millones de dólares, el máximo nivel alcanzado hasta entonces. En 2009 se redujeron a 8 mil 610 millones y en 2010 repuntaron a 9 mil 844 millones de dólares. En 2011 el sector primario de la economía mexicana decreció 0.6 por ciento, pero las compras externas de alimentos ascendieron a 13 mil 146 millones de dólares, 33 por ciento más elevadas que las realizadas el año anterior.
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