Hell Boys

Francisco Rodríguez / Índice Político

Mario A. Zambrano Abrego, abogado, maestro en derecho internacional por la Universidad de Harvard y Director de la Fundación Bernardo Elosúa / José G. Martínez, AC, me ha escrito un muy interesante texto que me complace compartir este día con usted.

Dice Zambrano, quien además es socio de un prestigiado bufete regiomontano, que “el derroche de ciertos políticos irresponsables y hell boys (más que ‘gel boys’) oriundos de diversos estados tiene a nuestro México, como diría un buen amigo, en una franca situación de ‘arrancones en neutral’.

“Ante esta realidad, se torna responsabilidad ciudadana exigir a los partidos perfiles con capacidad, astucia y solvencia moral probadas aunque carezcan de ‘experiencia política’. Los graves escándalos atestiguados recientemente en materia de finanzas públicas (Coahuila con sus ‘megainversiones invisibles’, Nuevo León con sus crecientes pasivos y subutilizada Torre VIP, Veracruz, primero con su alta deuda y luego con el funesto envío de efectivo a Toluca) y vinculados a inseguridad o casinos (matanzas, extorsiones así como la tragedia del Casino Royale en Monterrey) son una muestra de la descomposición que habilitan algunos de quienes han decidido hacer de la política su oficio.

“Recientemente me comentó una joven, aspirante a política profesional, la complejidad que ha experimentado al buscar la candidatura a un puesto de elección popular: ‘en el PRI siempre ha sido un tema del gran dedo elector, en el PAN, al menos en Nuevo León, solía haber procesos internos, pero ahora, dado el estado de los padrones, habrá designaciones; en el PRD subsiste la guerra entre las tribus’. También me narró como sus familiares y amigos, al conocer sus intenciones, cortantemente le decían ‘para qué te quieres meter a la política, para robar, nada más para eso le entran, es un reverendo mugrero’.

“¿Cómo desterrar a los hell boys y revitalizar el servicio por México?—pregunta Zambrano. Es común que en los partidos se valore la ‘experiencia política’, la lealtad, la participación en las estructuras, la ‘base corporativa con que se cuenta’ y quiénes son los padrinos. “Considerando el estado de cosas, desde la óptica ciudadana vale la pena cuestionar: (i) ¿qué entender por ‘experiencia política’ y ‘lealtad’? y, sobre todo, (ii) ¿qué peso representa que un político cuente con dos activos torales: sólida capacidad para la función que aspira a cumplir y una base social real que le brinde legitimidad e independencia para decidir entre lo que genera ‘bien común’ y lo que se traduce en beneficio para ciertos grupos o para sí?

“Si ‘experiencia política’ quiere decir dominar las argucias para ganar la elección usando despensas, prebendas, recursos procedentes de cualquier fuente (es decir, legal o ilegal). Si no estar ‘verde políticamente’ implica comprometerse con quien más que ser leal a la patria y al ciudadano es fiel a grupos de interés obscuros. Si ‘saber gobernar’ conlleva a los despilfarros y malos manejos que tienen hundidos e imposibilitados para reaccionar ante catástrofes o eventualidades serias a estados como Coahuila, Veracruz, Nuevo León y Michoacán… Entonces, la pregunta obligada para el ciudadano es ‘¿cuánto valor comunitario ha probado generar la dichosa ‘experiencia política’?

“Es relevante precisar que existen ejemplos de políticos profesionales serios y de altura en los diferentes partidos; sin embargo, para desgracia ciudadana son la excepción, máxime considerando que sus propios institutos suelen aislarlos ya que con ellos no podrían ‘lucrar libremente’. Nuestro México está lleno de jóvenes con un elevado liderazgo social que son aspirantes a servidores públicos, quienes sin tener un padrino o historial en la ‘grilla’ sí cuentan con la capacidad y preparación requeridas para servir con la sensibilidad necesaria para empujar responsablemente políticas públicas susceptibles de materializar mejores oportunidades y desarrollo.

“¿Qué le diría usted a una persona joven con verdadera vocación de servicio, capacidad y solvencia moral que lucha contra el sistema para contar con la posibilidad de ocupar una responsabilidad pública de poder y transformación? ¿La invitaría a seguir la brega de eternidad en lo público o a claudicar y dedicarse a una actividad privada? ¿Y si esa persona idealista, ética y luchadora no llega a representar a sus connacionales, qué intereses protegerá quien sí llegue por tener ‘experiencia política’?

“Dejo esta reflexión para el análisis ya que el trasfondo de cualquier respuesta conlleva la corresponsabilidad, por pasividad, de millones de mexicanos que han permitido que los hell boys del pasado y del presente tengan a nuestra Patria frenada en materia de desarrollo humano y económico. Desafortunadamente, el contrapeso al poder público que necesita generar la ciudadanía aún se encuentra limitado por la falta de colaboración colectiva para la transformación social. La solución está en nuestras manos, implica decisión patriótica y va más allá de simplemente votar o pagar impuestos.”

Índice Flamígero: ¿Qué pasará con la Cámara Alta, también llamada del Pacto Federal, donde cada entidad tenía una representación paritaria? Hoy, los partidos, la han convertido en un desmother. Vea lo que sucede en el PAN, por ejemplo, donde dos “chilangos” se van a otras entidades: Gabriela Cuevas aspira a ser senadora por Baja California Sur y José Luis Luege a Morelos. ¿Representan ellos los intereses de esos estados? ¿O nada más es para acomodar a “los mismos de siempre”? A los hell boys (and girls) que dice el abogado Zambrano.

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