EFE
La agencia de calificación Fitch rebajó hoy la nota de la deuda soberana griega hasta C, desde el anterior valor de CCC, colocándola al borde del nivel de impago.
La rebaja de la calificación se produce pocos días después de que el Eurogrupo acordase en Bruselas el segundo rescate financiero de Grecia por valor de 130 mil millones de euros.
Fitch advierte de que “si se realiza la propuesta de reducir la carga de la deuda pública de Grecia a través de un canje de deuda con los acreedores privados, constituiría una calificación de impago”.
El proceso de la quita de la deuda en manos de grandes bancos y fondos de inversión privados, conocido oficialmente por el nombre de Participación del Sector Privado (PSI), comprende una condonación de unos 107 mil millones de euros, es decir, el 53.5 % del monto de los bonos en manos del sector privado.
Los bonos en manos de estos inversores serán sustituidos por nuevos títulos griegos por un valor del 30.5 % de los actuales más otros con un valor del 15 % emitidos por el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por sus siglas inglesas).
El Parlamento griego inició hoy el debate del proyecto de ley que dispondrá las condiciones de este canje, incluido un mecanismo llamado Cláusulas de Acción Colectiva (CAC) que permitirá obligar a los tenedores de la deuda helena a acogerse a la quita si hay una mayoría de acreedores que apoyan la reestructuración.
La agencia de calificación considera la imposición de CAC con efectos retroactivos como un hecho “coercitivo” para los tenedores que supondrá un “cambio adverso” en las condiciones de inversión en bonos helenos.
Con todo el gobierno griego tratará de convencer a los tenedores de que se sumen de forma voluntaria a la PSI, ya que de otra forma los acreedores podrían activar las permutas de impago (CDS), lo cual se considera que podría tener un efecto de contagio en los mercados europeos a través de los bancos emisores de este tipo de seguros.
Para ello, una parte mayoritaria del nuevo crédito europeo será destinada a financiar el proceso de la quita.
De acuerdo a los medios griegos, de los 130 mil millones del préstamo se utilizarán 30 mil millones como “incentivo” para los bancos y otros 23 mil millones para recapitalizar las pérdidas bancarias, aunque el ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, ha reconocido que esta última cifra podría aumentar hasta los 50 mil millones, dependiendo de las necesidades bancarias.
Falta dilucidar si la inyección de fondos para la recapitalización dará derechos de decisión sobre los bancos al Estado griego, algo a lo que se opone Bruselas pero que reclama parte de la clase política griega.
La agencia de calificación Fitch rebajó hoy la nota de la deuda soberana griega hasta C, desde el anterior valor de CCC, colocándola al borde del nivel de impago.
La rebaja de la calificación se produce pocos días después de que el Eurogrupo acordase en Bruselas el segundo rescate financiero de Grecia por valor de 130 mil millones de euros.
Fitch advierte de que “si se realiza la propuesta de reducir la carga de la deuda pública de Grecia a través de un canje de deuda con los acreedores privados, constituiría una calificación de impago”.
El proceso de la quita de la deuda en manos de grandes bancos y fondos de inversión privados, conocido oficialmente por el nombre de Participación del Sector Privado (PSI), comprende una condonación de unos 107 mil millones de euros, es decir, el 53.5 % del monto de los bonos en manos del sector privado.
Los bonos en manos de estos inversores serán sustituidos por nuevos títulos griegos por un valor del 30.5 % de los actuales más otros con un valor del 15 % emitidos por el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por sus siglas inglesas).
El Parlamento griego inició hoy el debate del proyecto de ley que dispondrá las condiciones de este canje, incluido un mecanismo llamado Cláusulas de Acción Colectiva (CAC) que permitirá obligar a los tenedores de la deuda helena a acogerse a la quita si hay una mayoría de acreedores que apoyan la reestructuración.
La agencia de calificación considera la imposición de CAC con efectos retroactivos como un hecho “coercitivo” para los tenedores que supondrá un “cambio adverso” en las condiciones de inversión en bonos helenos.
Con todo el gobierno griego tratará de convencer a los tenedores de que se sumen de forma voluntaria a la PSI, ya que de otra forma los acreedores podrían activar las permutas de impago (CDS), lo cual se considera que podría tener un efecto de contagio en los mercados europeos a través de los bancos emisores de este tipo de seguros.
Para ello, una parte mayoritaria del nuevo crédito europeo será destinada a financiar el proceso de la quita.
De acuerdo a los medios griegos, de los 130 mil millones del préstamo se utilizarán 30 mil millones como “incentivo” para los bancos y otros 23 mil millones para recapitalizar las pérdidas bancarias, aunque el ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, ha reconocido que esta última cifra podría aumentar hasta los 50 mil millones, dependiendo de las necesidades bancarias.
Falta dilucidar si la inyección de fondos para la recapitalización dará derechos de decisión sobre los bancos al Estado griego, algo a lo que se opone Bruselas pero que reclama parte de la clase política griega.
Comentarios