El regreso de Cuauhtémoc y otros ajustes

Jorge Fernández Menéndez

El debate entre los precandidatos panistas no creo que haya cambiado un solo voto de cara a los comicios internos de ese partido el próximo domingo. No hubo propuestas novedosas ni diferentes respecto a lo que ya nos habían dicho los aspirantes. Tampoco descalificaciones escandalosas. Sin embargo, no deja de sorprenderme que un hombre inteligente, Ernesto Cordero, reitere como cierta la opinión de que Josefina Vázquez Mota no defendió las posiciones del presidente Calderón en el Congreso porque no subió a tribuna, cuando esa no es la práctica de los coordinadores parlamentarios ni tampoco lo fue, por cierto, cuando Felipe Calderón cumplió esa responsabilidad en el Legislativo. Creo que, en vez de ganar respaldo entre sus legisladores, lo pierde, porque éstos necesariamente se ven involucrados en la afirmación. Pero el hecho es que, reitero, con ese argumento no cambiarán en el PAN un solo voto.

Sin embargo, al tiempo en que los panistas se acercan a lo que puede ser el fin de este desgastante proceso interno, en el PRI y en el PRD siguen realizando ajustes serios en sus campañas y en la designación de sus candidatos, un proceso en el que el PAN, por obvias razones, se ha rezagado. En el PRD el martes darán un paso que tiene mucha importancia en esta campaña y también para el futuro de ese partido. Cuauhtémoc Cárdenas va a aceptar la candidatura al Senado por el perredismo,aparecerá ese día junto a López Obrador en un encuentro partidario y comenzará a hacer lo que ha planteado desde hace tiempo: traducir en un programa político los temas que el perredismo abordará en la próxima Legislatura. Lázaro Cárdenas Batel será, a su vez, candidato a diputado por el PRD.

El punto es muy importante porque Cuauhtémoc Cárdenas, independientemente de los acuerdos o las diferencias que se tengan con él, es uno de los políticos más respetados y reconocidos de este país. Es un hombre congruente que ha sabido, a lo largo de muchos años, mantenerse en sus posiciones, sin claudicaciones, pero conservando siempre la capacidad de diálogo y de comunicación con todos los sectores, como lo demostró cuando recibió, hace unos meses, la Medalla Belisario Domínguez. Cuauhtémoc es uno de esos políticos que escuchan y dialogan, que son firmes en sus convicciones, pero no se sienten iluminados ni se muestran cegados por ellas. Que un hombre como Cárdenas llegue al Senado de la República el próximo sexenio es una buena señal para la gobernabilidad futura del país (¿y alguien en el PRD se atreverá a regatearle la coordinación del grupo parlamentario?).

Para el PRD es muy importante, porque la relación entre López Obrador y Cárdenas estaba rota desde tiempo atrás. El que llevó a López Obrador al PRD y el que le dio sus primeros espacios en ese partido fue Cárdenas e incluso quien lo impulsó a la presidencia perredista. Pero Andrés Manuel, luego de la elección de 2000, cuando se convirtió en jefe de Gobierno del DF, relegó, no sólo a Cuauhtémoc, sino a todo su equipo, en el gobierno capitalino y en el partido. Comenzó a construir su candidatura para 2006 y no tuvo ni un solo gesto hacia Cárdenas. El ingeniero decidió entonces no involucrarse en la misma ni mucho menos en el proceso poselectoral. Desde entonces hasta ahora mantuvo una distancia constante con Andrés Manuel.No sé qué habrán platicado y negociado, si es que lo hicieron, pero que el cardenismo (con Cuauhtémoc y Lázaro) aparezca en la campaña de López Obrador, es para éste una buena noticia electoral.

Además, también es un paso para el futuro. No creo que López Obrador pueda repetir la elección de 2006 y el PRD deberá pensar seriamente en lo que hará después del primero de julio. No veo, tampoco, a un PRD tan atado a su candidato presidencial como hace seis años. Cárdenas, Marcelo Ebrard, Los Chuchos y muchos otros saben que no dependen como entonces de él y que pueden tener un futuro propio.

Pero incluso si Andrés Manuel ganara las elecciones, saben, también, que serán un contrapeso importante, clave, en el ejercicio del poder. Por lo pronto, la del martes es una de esas decisiones en las que, en el PRD, todos ganan.

En el PRI tienen que concluir el proceso de selección de sus candidatos, que sigue con fuertes jalones en varios estados del país. Aunque, fuera de ello, podrían dar un golpe mediático importante en uno de los principales bastiones de Acción Nacional.

Aseguran que, ante el trato que ha recibido de un sector del panismo guanajuatense, que ha impuesto candidato desde la gubernatura, el ex secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, estaría estudiando seriamente la oferta que le ha hecho el PRI para convertirse en su aspirante al gobierno del estado.

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