La incautación de cocaína en México prácticamente se desplomó entre 2007 y 2010, según las cifras difundidas este martes en el reporte 2011 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes.
"México es, con mucho, el país en el que se ha registrado la disminución más pronunciada de incautaciones que pasaron de la cifra máxima de 48 toneladas en 2007 a 9,4 toneladas en 2010", indica el documento.
El decomiso de cocaína en México en 2009 fue de 12 toneladas más que en 2010, añade el informe.
La caída en los decomisos de cocaína en México obedece al menor consumo en Estados Unidos, mayores controles y la violencia entre carteles, dijo en México el martes Antonio Mazzitelli, representante de la oficina regional de Naciones Unidas contra la droga y el delito
"El riesgo de llevar grandes cantidades de cocaína a México es demasiado elevado por incautaciones o también por los enfrentamientos entre las diferentes bandas criminales", indicó en conferencia de prensa Mazzitelli.
El diplomático señaló que el consumo en Estados Unidos, el mayor mercado mundial, disminuyó un 50% en 20 años, además de que las dificultades que enfrentan las organizaciones criminales las ha obligado a redistribuir sus rutas por América Central y El Caribe.
El gobierno mexicano desplegó desde hace cinco años una estrategia militar contra los cárteles de la droga a la que se atribuye una ola de violencia que ha causado más de 50.000 muertos según cifras oficiales y conteos de prensa.
La mayoría de estos muertos resultaron, según el gobierno, de pugnas entre organizaciones criminales y de los operativos contra éstas, pero la cifra también incluye a civiles ajenos a las organizaciones criminales.
En México "las organizaciones de narcotraficantes han recurrido a niveles de violencia sin precedentes" señaló la Jife, que agregó que "las bandas de traficantes han procurado socavar el aparato estatal, incluida la policía federal y estatal, el sistema de justicia penal y los medios de información, valiéndose de la corrupción, así como de amenazas y de la intimidación".
Mientras el decomiso de cocaína disminuía, la JIFE encontró que por el contrario las autoridades mexicanas siguieron descubriendo cultivos de marihuana de gran escala y lograron incrementar las incautaciones de 2.109 toneladas en 2009 a 2.248 toneladas en 2010.
México también es un importante productor de planta de opio que, y según las estimaciones de la junta, la fabricación potencial de heroína en el país asciende al 9% del total mundial y se encuentra entre los tres principales productores junto a Afganistán y Colombia.
El 58% de la heroína que entra a Estados Unidos es proveniente de Colombia y el 39% de México, indicó el informe.
El reporte también señaló que en la última década México se convirtió en un importante fabricante de psicotrópicos por la facilidad para instalar los laboratorios que las producen.
Contrariamente a las drogas tradicionales, estas se pueden producir en laboratorios emplazados en cualquier lugar, contando con conocimientos técnicos básicos, con el equipo relativamente sencillo y los insumos químicos.
El gobierno mexicano desmanteló 21 laboratorios clandestinos en 2008 y 191 en 2009, indica la Jife, aunque este tipo de laboratorios en México producen más metanfetaminas que los instalados en Estados Unidos, país donde se encuentra el 40% de los que hay en la región.
Las acciones emprendidas por los militares en México llevaron a que la instalación de este tipo de laboratorios, que se ubicaban principalmente en áreas rurales, se hayan trasladado a Centroamérica según el reporte.
"México es, con mucho, el país en el que se ha registrado la disminución más pronunciada de incautaciones que pasaron de la cifra máxima de 48 toneladas en 2007 a 9,4 toneladas en 2010", indica el documento.
El decomiso de cocaína en México en 2009 fue de 12 toneladas más que en 2010, añade el informe.
La caída en los decomisos de cocaína en México obedece al menor consumo en Estados Unidos, mayores controles y la violencia entre carteles, dijo en México el martes Antonio Mazzitelli, representante de la oficina regional de Naciones Unidas contra la droga y el delito
"El riesgo de llevar grandes cantidades de cocaína a México es demasiado elevado por incautaciones o también por los enfrentamientos entre las diferentes bandas criminales", indicó en conferencia de prensa Mazzitelli.
El diplomático señaló que el consumo en Estados Unidos, el mayor mercado mundial, disminuyó un 50% en 20 años, además de que las dificultades que enfrentan las organizaciones criminales las ha obligado a redistribuir sus rutas por América Central y El Caribe.
El gobierno mexicano desplegó desde hace cinco años una estrategia militar contra los cárteles de la droga a la que se atribuye una ola de violencia que ha causado más de 50.000 muertos según cifras oficiales y conteos de prensa.
La mayoría de estos muertos resultaron, según el gobierno, de pugnas entre organizaciones criminales y de los operativos contra éstas, pero la cifra también incluye a civiles ajenos a las organizaciones criminales.
En México "las organizaciones de narcotraficantes han recurrido a niveles de violencia sin precedentes" señaló la Jife, que agregó que "las bandas de traficantes han procurado socavar el aparato estatal, incluida la policía federal y estatal, el sistema de justicia penal y los medios de información, valiéndose de la corrupción, así como de amenazas y de la intimidación".
Mientras el decomiso de cocaína disminuía, la JIFE encontró que por el contrario las autoridades mexicanas siguieron descubriendo cultivos de marihuana de gran escala y lograron incrementar las incautaciones de 2.109 toneladas en 2009 a 2.248 toneladas en 2010.
México también es un importante productor de planta de opio que, y según las estimaciones de la junta, la fabricación potencial de heroína en el país asciende al 9% del total mundial y se encuentra entre los tres principales productores junto a Afganistán y Colombia.
El 58% de la heroína que entra a Estados Unidos es proveniente de Colombia y el 39% de México, indicó el informe.
El reporte también señaló que en la última década México se convirtió en un importante fabricante de psicotrópicos por la facilidad para instalar los laboratorios que las producen.
Contrariamente a las drogas tradicionales, estas se pueden producir en laboratorios emplazados en cualquier lugar, contando con conocimientos técnicos básicos, con el equipo relativamente sencillo y los insumos químicos.
El gobierno mexicano desmanteló 21 laboratorios clandestinos en 2008 y 191 en 2009, indica la Jife, aunque este tipo de laboratorios en México producen más metanfetaminas que los instalados en Estados Unidos, país donde se encuentra el 40% de los que hay en la región.
Las acciones emprendidas por los militares en México llevaron a que la instalación de este tipo de laboratorios, que se ubicaban principalmente en áreas rurales, se hayan trasladado a Centroamérica según el reporte.
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