Cuauhtémoc Vs. Cárdenas

Carlos Ramírez / Indicador Político

Cuando el país necesitaba al Cárdenas plural de 1988, de pronto reapareció el Cuauhtémoc perredista de 1994. Pero el papel de Cuauhtémoc Cárdenas en la democracia ha tenido más valor cuando está alejado de la militancia partidista.

De toda la élite política, Cárdenas era la figura más destacada no sólo en la lucha por la democratización de la república priísta, sino que aparecía como el espacio más importante para construir un frente ciudadano para la instauración de un nuevo sistema político y una democracia real.

Sin embargo, en este 2012 Cárdenas prefirió regresar al redil del PRD, pero justo cuando el PRD decidió la candidatura de López Obrador como la del restaurador del viejo régimen populista priísta. Inclusive, la propuesta cardenista “Un México para todos” fue diseñada en el 2004 como un proyecto plural ciudadano ante el fracaso del compromiso del cambio de Vicente Fox, el estrechamiento ideológico del PRD y en función de la candidatura presidencial del 2006.

La propuesta del 2004 de Cárdenas como que quiso revivir aquel testamento político que dejó escrito el general Lázaro Cárdenas para el 20 de noviembre de 1970 y que fue leído por Cuauhtémoc en el Monumento a la Revolución el 20 de noviembre de 1971: Una reformulación del proyecto nacional de desarrollo, ante las desviaciones del rumbo de la Revolución Mexicana.

Luego de dos sexenios en los que el PAN no pudo diseñar un nuevo proyecto nacional de desarrollo y el PRI se ahogó en el neoliberalismo salinista y frente a un proceso electoral definitorio en términos de rumbo nacional, Cuauhtémoc Cárdenas decidió regresar al PRD pero sin que el PRD hubiera retomado el rumbo que tuvo en su fundación, bajo la dirección política del propio Cárdenas, como un partido para el cambio. Paradójicamente Cárdenas nació como movimiento opositor dentro del PRI para confrontar la decisión del presidente Miguel de la Madrid de imponer como sucesor a Carlos Salinas de Gortari como factor de continuidad del modelo de desarrollo neoliberal, pero ahora el candidato perredista López Obrador ha ofrecido la continuidad de la política económica neoliberal con la incorporación a su gabinete de empresarios.

Cárdenas se estaba perfilando como la única figura política con autoridad moral para construir un frente nacional por la transición nacional y definir un renovado rumbo hacia un nuevo proyecto nacional de desarrollo. Su papel en 1988 detonó la democratización y propició reformas políticas que permitieron en el 2000 la alternancia pacífica de partido en la Presidencia de la República.

A pesar de haber perdido las elecciones presidenciales de 1988 --con trampas de Salinas operadas por el ahora neoperredista lopezobradorista Manuel Bartlett Díaz--, Cárdenas siempre mantuvo su espacio plural; sin embargo, esa pluralidad se cerró cuando fue candidato del PRD a la presidencia en 1994 y en el 2000 y las urnas lo castigaron con una baja en su votación, con un mensaje en el sentido de que el PRD no era el partido de la transición; la victoria de Fox en el 2000 fue la confirmación de que el electorado no quería a Cárdenas en el perredismo.

La crisis de expectativas de dos gobiernos presidenciales panistas abrió el espacio para la reconfiguración de una propuesta plural, ciudadana y ajena a los intereses dominantes de los partidos político, bajo un liderazgo real. Ahí se definió el espacio político y social para Cárdenas; sin embargo, Cárdenas prefirió el PRD y con ello nuevamente frustró la posibilidad de un frente ciudadano, al margen de las contiendas electorales y en torno a un proyecto democratizador y social de construcción de un nuevo sistema-Estado-régimen democrático.

El efecto de la alianza de Cárdenas con López Obrador y su república amorosa fue bastante menor del esperado, sobre todo porque el michoacano no exigió una incorporación más profunda de su propuesta de “Un México para todos” dentro de la república amorosa. En el fondo, se trataría de dos formas distintas de enfocar al país: Mientras Cárdenas parte del proyecto histórico de la Revolución Mexicana, analiza las razones de la desviación neoliberal del rumbo y la necesidad de un nuevo proyecto nacional de desarrollo, López Obrador se basa en el modelo bonapartista de un cesarismo basado en el liderazgo personalista.

Las razones políticas de Cárdenas para firmar la paz con López Obrador tienen dos escenarios: Primero, evita el conflicto como en el 2006 y elude nuevas denuncias de que su “envidia” impediría la victoria del tabasqueño; y segundo, significaría ahora sí el alejamiento de Cárdenas del PRD y sin conflictos, dejando por escrito su testamento, con la certeza de que López Obrador de ninguna manera lo incluirá como columna vertebral de su república amorosa, un verdadero neopopulismo neoliberal, y Cárdenas podría retomar otro camino.

La caída de Cárdenas en las elecciones de 1994 y 2000 --16% en las dos elecciones-- mostró el cambio en las expectativas del electorado y fue un mensaje de rechazo al PRD; en las votaciones del 2006, López Obrador aumentó sólo cuatro puntos porcentuales sobre Cárdenas y lo benefició la baja electoral del PAN de 42.5% con Fox a 35.8%. Los casi siete puntos de ventaja de López Obrador fueron los votos del desencanto panista y el voto útil de priístas que se negaron a sufragar por Roberto Madrazo.

El escenario electoral del 2012 será entre opciones muy definidas: El PRI por la restauración del nuevo régimen, el PRD por el neopopulismo cesarista y el PAN sin una definición concreta y hasta ahora marcado por el continuismo calderonista han dejado a la ciudadanía sin atención a su demanda de transición hacia un régimen realmente democrático y ciudadano. Ahí tenía Cárdenas la gran oportunidad para construir una opción plural no electoral y sí condicionante a los candidatos. Pero al sumarse al PRD, Cárdenas canceló una opción ciudadana.

A menos que…

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