Crisis reventó a la izquierda

Carlos Ramírez / Indicador Político

Los incendios en Grecia, el ascenso de la derecha en España, el capitalismo en Cuba y el modelo neoliberal del PRD en México, esconden inútilmente el fracaso del pensamiento económico tradicional de la izquierda y de la socialdemocracia.

Antes que redefinir, el pensamiento progresista prefiere ceder el poder o asumir la inevitabilidad del neoliberalismo. China y Rusia han logrado sobrevivir el comunismo, pero a costa de aumentar la intensidad de la represión en el primero y de privilegiar la corrupción y la privatización en el segundo.
La actual fase de la crisis internacional ha dejado entrever cuando menos tres crisis concretas:

1.- La crisis económica. Grecia, España, Cuba y México ingresaron a la fase de colapso como efecto inmediato y directo de irresponsables políticas económicas basadas en el aumento del gasto público pero sin equilibrarlo con ingresos fiscales sanos. España y Grecia tronaron por el déficit presupuestal y ahora pagan la factura con ajustes neoliberales de recesión, desempleo y pérdida salarial. Cuba ya no pudo sostener su sociolismo --que no socialismo-- y ha tenido que violar su Constitución regresando a la economía capitalista. El desorden del ciclo populista 1970-1982 llevó a México al larguísimo ciclo neoliberal que no terminará en el 2012 porque el PRD --obvio en PRI y PAN-- mantendrá la política económica neoliberal.

2.- La crisis política estallada en violencia porque los gobiernos han tenido que hacerse los sordos ante la sociedad. La diferenciación entre partidos de derecha y de izquierda se ha perdido: La crisis fue provocada por el populismo de la izquierda y la derecha aplica ajustes para estabilizar la economía. Y la sociedad castiga: En España, el Partido Socialista manejó mal la crisis económica y llevó a la economía a un desempleo de más de 5 millones de personas y el Partido Popular ganó las elecciones para aplicar el ajuste que empobrecerá más a los españoles; pero una encuesta publicada el domingo reveló que el PSOE sigue cayendo en las preferencias de 28.7% en las elecciones del 20 de noviembre a 23% en febrero. EL PP que aplicó el ajuste sólo disminuyó dos décimas. La sociedad española sigue castigando la irresponsabilidad económica de la izquierda. La derecha supera a la izquierda 2 a 1.

3.- Y la peor crisis: La crisis de la representación política. La violencia en las calles de Grecia de una sociedad harta del fracaso de los políticos y dispuesta a vender cara su derrota contrastó con la aprobación en el Parlamento plural del programa de ajuste que provocará el empobrecimiento general de los griegos.
Así, el poder legislativo --que en sistemas parlamentarios es la base del poder ejecutivo-- fue incendiado en las calles para dejar muy en claro que los diputados no representan a la sociedad. En España, la corrupción de miembros de la Corona ha sido solapada por el Parlamento. En Cuba, el regreso al capitalismo se dio con el aplauso de la asamblea popular.

Por ciclos históricos, la izquierda y la socialdemocracia como populismo estatista eran vistas como la salvación a las crisis cíclicas del capitalismo; inclusive, en los setenta --como revelan documentos del Partido Comunista Mexicano, redactados por los que hoy apenas se revelan como ruborizados neopopulistas de Estado--, la izquierda se presentaba como la alternativa a la llamada crisis general del capitalismo. Hoy, ante crisis más o menos similares, la izquierda opta por mantener definiciones neoliberales.

Las crisis en Grecia, España y Cuba son el espejo de la durísima crisis de expectativas sociales. Y la autodenominada izquierda mexicana carece de una oferta coherente para salir de la crisis y se ahoga en las promesas de programas asistencialistas que no resolverán la desigualdad social sino que obligarán a un esfuerzo mayor de gasto público para programas de atención a las necesidades de una parte muy pequeña de marginados. Lo grave del asunto es que en esos países fracasó la izquierda en la administración de la política económica; aunque en la realidad no fracasó el pensamiento de izquierda --que en política económica tiene su venero en el marxismo-- sino la estrategia populista de gastar para atender a unos pocos, aunque al final el gasto público desestabilizó la economía y llevó a esas naciones al neoliberalismo.

La izquierda dejó de pensar como izquierda y sólo aspira a un neopopulismo sin modificaciones de las estructuras de producción y sobre todo de apropiación privada de la riqueza social. En Grecia, España y Cuba la izquierda sembró las semillas de la destrucción de la economía, en tanto que en Rusia y China diseñaron un modelo de dominación autoritaria en nombre del comunismo pero han creado más ricos que en los Estados Unidos, aunque la represión generalizada mantiene a los indignados y a los ocupantes en la cárcel…, en nombre del socialismo.

Las elecciones en México reflejan la crisis del pensamiento económico de izquierda. El estratega económico del priísta Enrique Peña Nieto es Guillermo Ortiz Martínez, operador del neoliberalismo de Carlos Salinas; el estratega económico del PAN de Josefina Vázquez Mota, hasta ahora, es Ernesto Cordero, en realidad instrumento del verdadero operador de la política económica de los dos gobiernos panistas: Agustín Carstens, nada menos que ex número dos del FMI y sus doctrinas neoliberales. Y López Obrador ya adelantó que su estrategia económica depende del aval del sector privado y que mantendrá la disciplina financiera del neoliberalismo salinista.

La sociedad se quedó sin expectativas económicas. El verdadero problema de México no es la violencia criminal ni los muertos sino el hecho real de que el país carece de una oferta alternativa de desarrollo. De ahí que las elecciones del 2012 estén lejos de motivar la participación mexicana porque al final de cuentas los tres principales candidatos representan la continuidad del neoliberalismo.

Comentarios