Las empresas chinas realizaron recientemente numerosas adquisiciones de firmas europeas en sectores como agua, energía, yates de lujo, dado que estas inversiones les parecen más atractivas que las obligaciones de los Estados en plena crisis de la deuda. Estas compras se deciden únicamente con base en criterios de rentabilidad, sin apuntar a un sector en concreto, y se enmarcan en la voluntad de Pekín de diversificar el portafolio de activos en el extranjero.
Pese al deterioro de las perspectivas económicas en la zona euro, las inversiones directas de China en Europa se multiplicaron por dos en 2011, para alcanzar 6 mil 700 millones de dólares. En este periodo de grandes tensiones económicas y financieras, seguramente hay buenos negocios para una empresas chinas llenas de liquidez, estimó Alistair Thorton, analista de IHS Global Insight en Pekín.
Sany, el gigante chino de maquinaria para la construcción, anunció hace una semana la compra de Putzmeister, una de las empresas alemanas punteras en este sector, por cerca de 500 millones de euros. Unos días antes, el fondo soberano chino CIC, con un capital de 410 mil millones de dólares, anunció su entrada en el accionariado de la compañía británica de agua Thames Water.
También en enero, el grupo Shandong Heavy Industry dio su visto bueno a la compra de 75 por ciento del constructor italiano de yates de lujo Ferretti, acuciado por las deudas. Estas sociedades han firmado contratos estratégicos para ellas, pero no son éstas las que orquestan una estrategia de conjunto, explicó Mark Williams, de Capital Economics. Quien define esa estrategia es el Estado chino", precisó.
Durante una visita de la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, la pasada semana, el primer ministro chino, Wen Jiabao, aseguró que su país no tiene ni la intención ni la capacidad de comprar Europa. Enfrentadas a una competencia cada vez mayor en el mercado interior, las empresas chinas son invitadas a buscar nuevas oportunidades en el extranjero y también se aprovechan de la necesidad de algunos Estados europeos por sanear sus cuentas.
Fue el caso, por ejemplo, de la empresa China Three Gorges cuando adquirió en diciembre 21.35 por ciento de Energías de Portugal por 2 mil 700 millones de euros. El gigante chino del transporte marítimo, Cosco, que ya opera en dos terminales del puerto del Pireo, en Grecia, ha manifestado su voluntad de aumentar sus negocios en este país al borde de la quiebra.
Las adquisiciones chinas están favorecidas por créditos a intereses bajos ofrecidos por los bancos estatales. El monto total de las adquisiciones chinas es, no obstante, muy inferior a las inversiones en Europa de otras grandes potencias como Estados Unidos o Japón.
Incluyendo Hong Kong, China ha invertido quizá alrededor de 40 mil millones de dólares en Europa desde 2007... esto no representa más que 1 o 2 por ciento del total de inversiones extranjeras en el continente, apuntó Jonathan Holslag, investigador en el Instituto de Estudios sobre China Contemporánea, con sede en Bruselas.
Algunos países europeos se enfrentan a una crisis de la deuda y esperan convertir sus activos en liquidez, por eso vamos a incitar a las empresas chinas a comprar compañías europeas, admitió el ministro de comercio chino Chen Deming en noviembre, poco antes de enviar a Europa a una delegación de inversores.
Pese al deterioro de las perspectivas económicas en la zona euro, las inversiones directas de China en Europa se multiplicaron por dos en 2011, para alcanzar 6 mil 700 millones de dólares. En este periodo de grandes tensiones económicas y financieras, seguramente hay buenos negocios para una empresas chinas llenas de liquidez, estimó Alistair Thorton, analista de IHS Global Insight en Pekín.
Sany, el gigante chino de maquinaria para la construcción, anunció hace una semana la compra de Putzmeister, una de las empresas alemanas punteras en este sector, por cerca de 500 millones de euros. Unos días antes, el fondo soberano chino CIC, con un capital de 410 mil millones de dólares, anunció su entrada en el accionariado de la compañía británica de agua Thames Water.
También en enero, el grupo Shandong Heavy Industry dio su visto bueno a la compra de 75 por ciento del constructor italiano de yates de lujo Ferretti, acuciado por las deudas. Estas sociedades han firmado contratos estratégicos para ellas, pero no son éstas las que orquestan una estrategia de conjunto, explicó Mark Williams, de Capital Economics. Quien define esa estrategia es el Estado chino", precisó.
Durante una visita de la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, la pasada semana, el primer ministro chino, Wen Jiabao, aseguró que su país no tiene ni la intención ni la capacidad de comprar Europa. Enfrentadas a una competencia cada vez mayor en el mercado interior, las empresas chinas son invitadas a buscar nuevas oportunidades en el extranjero y también se aprovechan de la necesidad de algunos Estados europeos por sanear sus cuentas.
Fue el caso, por ejemplo, de la empresa China Three Gorges cuando adquirió en diciembre 21.35 por ciento de Energías de Portugal por 2 mil 700 millones de euros. El gigante chino del transporte marítimo, Cosco, que ya opera en dos terminales del puerto del Pireo, en Grecia, ha manifestado su voluntad de aumentar sus negocios en este país al borde de la quiebra.
Las adquisiciones chinas están favorecidas por créditos a intereses bajos ofrecidos por los bancos estatales. El monto total de las adquisiciones chinas es, no obstante, muy inferior a las inversiones en Europa de otras grandes potencias como Estados Unidos o Japón.
Incluyendo Hong Kong, China ha invertido quizá alrededor de 40 mil millones de dólares en Europa desde 2007... esto no representa más que 1 o 2 por ciento del total de inversiones extranjeras en el continente, apuntó Jonathan Holslag, investigador en el Instituto de Estudios sobre China Contemporánea, con sede en Bruselas.
Algunos países europeos se enfrentan a una crisis de la deuda y esperan convertir sus activos en liquidez, por eso vamos a incitar a las empresas chinas a comprar compañías europeas, admitió el ministro de comercio chino Chen Deming en noviembre, poco antes de enviar a Europa a una delegación de inversores.
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