Caja chica panista

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

El oficio político y la conquista del poder sólo pueden obtenerse con dinero. Primero para convencer al electorado, en segundo lugar para cumplir, al menos, parte de las promesas de campaña.

¿Cómo procede el elector, una vez que ha constatado que fue víctima del engaño por segunda vez? Es posible que en esta ocasión poco importe que el PAN disponga de 332 mil millones de pesos -de acuerdo a las versiones de la Auditoría Superior de la Federación- para invertirlos en su permanencia en Los Pinos, pues la sociedad -escaldada después de 70 años de priismo y una frustrada transición política que se atoró en alternancia como solución mágica al desmadre en que está inmerso México- no estará dispuesta a reincidir en los errores electorales cometidos. Acción Nacional necesitará algo más que echar el resto para que Josefina Vázquez Mota triunfe.

La razón es simple: el incumplimiento de las promesas electorales desde el año 2000. Echar al PRI de Los Pinos no fue suficiente, y la realidad muestra que México está peor que antes en cuanto a datos duros se refiere, porque sí es cierto que se disfruta de más libertad, pero ésta la obtuvieron los mexicanos, no fue concesión graciosa de ninguno de los gobiernos: los hitos históricos lo consignan: 1968, 1971, 1994 y 2000. ¿Dónde está la mano de los políticos profesionales en esas fechas mágicas? Es la voluntad de la sociedad la que se ha manifestado, y ahora lo repetirá.

La alternancia fracasó en lo esencial: no hay mejores condiciones de vida y, además, incumplió el PAN en la transición, en crear empleos, en ofrecer mayor seguridad pública, en satisfacer los niveles básicos de bienestar. Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa se apoltronaron en la comodidad de flotar, nadar de muertito y permitir que las condiciones macroeconómicas organizadas durante el gobierno de Ernesto Zedillo como respuesta al error de diciembre, funcionaran, pero no se detuvieron a pensar que la inercia tiene fecha de caducidad.

Allí están los datos duros que los partidos de oposición se encargarán de hacer conocidos de los electores, porque no se puede sufragar a favor de más secuestros, más muertes, más desempleo, más subordinación a las políticas de seguridad regional y nacional de Estados Unidos, peor educación, quiebra de los sistemas de pensión, del sector salud -y además continuar con la construcción de la falacia del seguro popular, que no es sino los servicios de la Secretaría de Salud con otro nombre-, o con el mantenimiento de una secretaría de Seguridad Pública Federal que para nada sirve sino para ocultar la realidad.

Sí, es muy posible que los 332 mil millones de pesos de la caja chica panista y cuyo origen habría de precisarse de nada sirvan para conservar el poder, porque después del fiasco les resultará muy difícil intentar convencer a los electores por tercera vez.

Comentarios