Agua... agua...

José Carreño Figueras

Hace tal vez diez años el entonces Secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, y el a la sazón Secretario `e Relaciones Exteriores de México, Jorge Castañeda Gutman, en vez de itercambiar saludos se hicieron un reclamo amistoso: “water, water, water”, demandó el primero; “agua, agua, agua”, respondió el segundo.

Eran épocas de sequía y como es casi costumbre, los campesinos bajacalifornianos se quejaban de la mala calidad y escasez del agua que recibían del sistema del rio Colorado. Pero al mismo tiempo, los agricultores de Texas se quejaban del incumplimiento de las cuotas de líquido que debía entregar la parte mexicana desde Chihuahua y Tamaulipas.

Para muchos en ambos países el problema del agua es una realidad. Hoy, periódicamente, los momentos de escasez se lo recuerdan a los habitantes de muchas partes del país, incluso la ciudad de México.

Pero el problema va mas allá.

De acuerdo con James Clapper, Director Nacional de Inteligencia de los EEUU, el agua podría ser una amenaza para los intereses de la seguridad nacional de los Estados Unidos.

“Ahora y por el futuro previsible, la carencia de agua y la contaminación probablemente afecten la actuación económica de importantes socios comerciales de los Estados Unidos”, advirtió Clapper el martes, prácticamente el mismo día que el presidente Felipe Calderón se comprometió a que no faltaría el agua en México aunque el país enfrenta una severa sequía.

Con todo, apuntó Clapper, es improbable que al menos en los próximos diez años haya conflictos por agua entre estados. “Históricamente, las tensiones por el agua han llevado mas a acuerdos para compartir el recurso que a conflictos violentos”, aunque a medida que haya mas escasez el agua usada en forma compartida será usada como palanca, aunque también será mas probable que se trate de usar el agua como un arma para buscar objetivos terroristas.

Clapper no mencionó país alguno por nombre pero fue insistente al indicar que en los próximos diez años problemas relacionados con el líquido podrían contribuir a la inestabilidad en estados importantes para la seguridad nacional estadounidense.

“Falta de agua, agua de poca calidad e inundaciones, por sí solas, tienen pocas probabilidades de resultar en el fallo de los estados. Sin embargo, problemas de agua combinados con pobreza, tensiones sociales, degradación ambiental, liderazgo ineficiente e instituciones políticas débiles contribuyen a trastornos sociales que pueden resultar en estado fracasado”, advirtió.

Según la descripción de Clapper, el agotamiento del agua del subsuelo en algunas áreas agrícolas, causado por su pobre administración, será un riesgo para los mercados de alimentos a nivel nacional y lo global.

“Agua de manantial agotada o degradada puede amenazar la seguridad alimenticia y por tanto arriesgar desorganización social interna, lo que en turno puede llevar a desorganización política”, agregó.

En su texto el funcionario, que supervisa a todas las agencias de inteligencia (espionaje) estadounidenses, destacó que cuando no hay agua de manantial o subterránea disponible, los trabajadores agrícolas pierden empleos y se levantan menos cosechas. “Como resultado, hay una fuerte correlación entre la disponibilidad de agua para agricultura y el Producto Doméstico Bruto nacional en países con altos niveles de empleo agrícola”, apuntó.

En su declaración inicial al comparecer ante el Comité de Inteligencia del Senado estadounidense, Clapper subrayó que la producción económica de un país sufre si no hay suficiente agua limpia para gener electricidad o mantener y expandir el sector manufacturero o la extracción de recursos.

“El poder hidráulico es una importante fuente de electricidad en países en desarrollo -mas de 15 países en desarrollo generan 80 por ciento o más de su electricidad a partir del hidropoder- y la demanda de agua para apoyar todas las formas de producción eléctrica y procesos industriales está en crecimiento”, dijo.

Clapper concluyó su intervención con un llamado a mejor administración de los recursos acuíferos y mas inversión en sectores relacionados, como la agricultura, generación de energía y tratamiento de aguas como la mejor solución a los problemas que describió.

“Dado que la agricultura usa aproximadamente el 70 por ciento del aprovisionamiento mundial de agua fresca, el mayor potencial de alivio para la escasez de agua estará a través de mecanismos y tecnología que incrementen el uso eficiente del agua y la capacidad de transferirla entre sectores”, concluyó.

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