Samuel David Muñoz Arellano
Se llego el año y pronto se llegara el día de la Elección Presidencial en México. Este año se elegirá a un nuevo Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Los tres grupos políticos fuertes ya tienen a sus candidatos. Pero, ¿por cuál de ellos votar?
El candidato priísta es un vivo reflejo del antiguo régimen. Fue formado políticamente por los viejos dinosaurios. Viaja con la bandera de un nuevo PRI, pero si uno se acerca y lo observa con detenimiento se dará cuenta que es idéntico al de antaño. Sí a eso le agregamos que es un ignorante funcional, carente de pensamientos propios por lo cual todo lo que dice lo repite cual muñeco de ventrílocuo. Serían suficientes razones para descartarlo.
La candidata de la derecha. Una señora que ha cuidado su imagen, que pareciera una buena opción, pero que si se hurga en su pasado inmediato encontraríamos cosas dignas de ser publicadas en la primera página de los diarios (no precisamente por ser positivas). Esta dama que en su trabajo como diputada tuvo una inasistencia francamente alarmante y que su gestión en la Sedesol tuvo más pena que gloria. Le podríamos añadir el chisme que la coloca ocultando a una de sus hijas, de una portada de revista, aparentemente por su sobre peso. Creo que también serían argumentos para descartarla.
Finalmente nos encontramos con el candidato de la izquierda. Andrés Manuel López Obrador. De los tres quizá es el que mas cuestiones negativas tenga. Su trayectoria es mas amplia que la de sus adversarios, por lo tanto si uno va a su pasado es probable que se encuentre con más episodios oscuros. La derrota en el 2006 y el no aceptar la derrota (que cada vez queda más en claro que en realidad si le robaron la elección), el plantón en Reforma, los desplantes a los grupos de poder, entre otros. Además de la mala imagen que le han creado los medios oficialistas. Las odiosas comparaciones que le han hecho con Evo Morales, Hugo Chávez, Fidel Castro; etcétera. Con eso a muchos les bastaría para negarle el voto.
A ellos tres se reducen nuestras opciones. Anular el voto no es una buena opción. Anularlo o dejarlo en blanco, equivale a renunciar a tu derecho de decidir quien deseas que te gobierne. Hay buenos argumentos para hacerlo pero ninguno es lo suficientemente fuerte ante la realidad, ya que los tres candidatos tienen sus bases, su voto duro y con eso es más que suficiente para tener una elección “democrática”. Anular el voto en busca de restar credibilidad a una elección sería inútil. (De hecho las elecciones en este país nunca han tenido credibilidad).
Entonces, ¿por quién votar?
¿Por EPN? El guapo ignorante, que representa lo peor del pasado de México.
¿Por JVM? Una mujer, que le dará continuidad a 12 años de “crecimiento económico”, estabilidad, incremento en la pobreza y desempleo.
¿Por AMLO? Un personaje controvertido, fiel a sus ideales y que ha moderado su discurso; pero que tiene aspectos oscuros, que generan una genuina desconfianza en la población.
Razonemos nuestro voto. Escuchemos, leamos y analicemos las propuestas. No nos dejemos llevar por los colores. Pero sobre todas las cosas votemos por quién nos de esa esperanza de que un cambio es posible y que podemos tener un mejor México que el que hemos tenido.
Se llego el año y pronto se llegara el día de la Elección Presidencial en México. Este año se elegirá a un nuevo Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Los tres grupos políticos fuertes ya tienen a sus candidatos. Pero, ¿por cuál de ellos votar?
El candidato priísta es un vivo reflejo del antiguo régimen. Fue formado políticamente por los viejos dinosaurios. Viaja con la bandera de un nuevo PRI, pero si uno se acerca y lo observa con detenimiento se dará cuenta que es idéntico al de antaño. Sí a eso le agregamos que es un ignorante funcional, carente de pensamientos propios por lo cual todo lo que dice lo repite cual muñeco de ventrílocuo. Serían suficientes razones para descartarlo.
La candidata de la derecha. Una señora que ha cuidado su imagen, que pareciera una buena opción, pero que si se hurga en su pasado inmediato encontraríamos cosas dignas de ser publicadas en la primera página de los diarios (no precisamente por ser positivas). Esta dama que en su trabajo como diputada tuvo una inasistencia francamente alarmante y que su gestión en la Sedesol tuvo más pena que gloria. Le podríamos añadir el chisme que la coloca ocultando a una de sus hijas, de una portada de revista, aparentemente por su sobre peso. Creo que también serían argumentos para descartarla.
Finalmente nos encontramos con el candidato de la izquierda. Andrés Manuel López Obrador. De los tres quizá es el que mas cuestiones negativas tenga. Su trayectoria es mas amplia que la de sus adversarios, por lo tanto si uno va a su pasado es probable que se encuentre con más episodios oscuros. La derrota en el 2006 y el no aceptar la derrota (que cada vez queda más en claro que en realidad si le robaron la elección), el plantón en Reforma, los desplantes a los grupos de poder, entre otros. Además de la mala imagen que le han creado los medios oficialistas. Las odiosas comparaciones que le han hecho con Evo Morales, Hugo Chávez, Fidel Castro; etcétera. Con eso a muchos les bastaría para negarle el voto.
A ellos tres se reducen nuestras opciones. Anular el voto no es una buena opción. Anularlo o dejarlo en blanco, equivale a renunciar a tu derecho de decidir quien deseas que te gobierne. Hay buenos argumentos para hacerlo pero ninguno es lo suficientemente fuerte ante la realidad, ya que los tres candidatos tienen sus bases, su voto duro y con eso es más que suficiente para tener una elección “democrática”. Anular el voto en busca de restar credibilidad a una elección sería inútil. (De hecho las elecciones en este país nunca han tenido credibilidad).
Entonces, ¿por quién votar?
¿Por EPN? El guapo ignorante, que representa lo peor del pasado de México.
¿Por JVM? Una mujer, que le dará continuidad a 12 años de “crecimiento económico”, estabilidad, incremento en la pobreza y desempleo.
¿Por AMLO? Un personaje controvertido, fiel a sus ideales y que ha moderado su discurso; pero que tiene aspectos oscuros, que generan una genuina desconfianza en la población.
Razonemos nuestro voto. Escuchemos, leamos y analicemos las propuestas. No nos dejemos llevar por los colores. Pero sobre todas las cosas votemos por quién nos de esa esperanza de que un cambio es posible y que podemos tener un mejor México que el que hemos tenido.
Comentarios
y creo que LoPEZ Orador es buen candidato pero como explicarle a la gente que esta segada, que por que sus papas asi le enseñaron por los colores. ni modo