Marco A. Flota / Grillotina
No tiene el mismo glamur que el martes 13, pero el viernes 13- fecha de hoy- también despierta el morbo de los supersticiosos. Y todos lo somos, aunque sea un poco y muy en el fondo, incluyendo a un amigo que aseguraba: “Yo no soy supersticioso, gracias a Dios y a mi patita de conejo”
(A propósito: las patitas de conejo sí son de buena suerte, pero sólo para quienes se las cortan a los conejos para venderlas como amuleto a los supersticiosos)
Ignoramos si nuestros políticos sean supersticiosos, porque suelen guardarse los detalles de su vida personal aunque, llegada la guerra sucia divulgan las debilidades de sus adversarios. De todos modos, si hoy tiene usted que hacerle la barba a un grillo importante, evite cualquier detalle de los que, según la tradición, provocan la mala suerte.
Por ejemplo:
Delante de Andrés Manuel López Obrador no pronuncie, a menos que sea una emergencia, las palabras culebra, víbora o serpiente. Pero, ni tratándose de una emergencia, le mencione usted a la Maistra Elba Esther.
Si va usted caminando por la calle con Pedro Joaquín Coldwell, presidente del PRI, y se encuentran en su camino una escalera recuérdele que es de mala suerte pasar por debajo de ella. Pero si su compañero de caminata es el Niño Verde no hay problema, ayúdelo incluso a subir por la escalera: Siempre ha sido un arribista.
Si come usted hoy con Ernesto Cordero y él le pide que le pase la sal, tenga el cuidado de deslizar el salero sobre la mesa, no entregárselo en la mano. Pero si comen en febrero, después de la postulación del candidato (a) panista, no hay problema: Ya la mala suerte habrá hecho estragos en Cordero.
Claro si su comida es con Josefina Vázquez Mota y derrama usted la sal sobre la mesa, tome salero y sacúdalo sobre su hombro, hacia atrás. Ni siquiera se tome la molestia de comprobar si en la mesa a sus espaldas está comiendo Santiago Creel: De todos modos él ya está salado.
Si se toma usted un café con el ex procurador del DF, Miguel Mancera, y el diputado Fernández Noroña, ambos aspirantes al Gobierno del DF, no enciendan 3 cigarros con el mismo cerillo. Mejor pídanle un encendedor a la guapa chica cigarrera, pero primero comprueben que no se trata de la diputada Alejandra Barrales, haciendo prácticas por si tiene que regresar a su anterior chamba de azafata.
No le regale usted este viernes 13 un gato negro a ningún político. A menos de que se trate de Enrique Peña Nieto: A él sí obséquiele “El Gato Negro”, obra de Édgar Allan Poe. La mala suerte será para el libro, porque nadie lo va a leer. Aunque si lo que usted quiere es despertar en el pricandidato el interés por la lectura regálele las obras completas de Anton Chéjov: Al menos su drama “La Gaviota” si va a ojear.
(Ojear sin hache, porque es pasar la vista, no hojear con H, que es pasar las hojas de un libro)
Si, por lo contrario, lo que se pretende no es ahuyentar la mala suerte sino atraer la buena suerte, el mejor talismán son las herraduras. Así que, para quedar bien con Vicente Fox, regálele 4 herraduras. Y al Presidente Calderón sólo una Herradura.. pero reposado.
¡RRIINNGG!
-Bueno, el PRD.
-¿Qué pasó con el senador y precandidato Carlos Navarrete?
-Nada. Sólo que como el admirado José Alfredo, se dio la media vuelta y..
EPIGRILLO
Quiere organizarle un tour
a doña Kate del Castillo:
mandar a la Reina- ¡chillo!-
pero al Reclusorio Sur.
No tiene el mismo glamur que el martes 13, pero el viernes 13- fecha de hoy- también despierta el morbo de los supersticiosos. Y todos lo somos, aunque sea un poco y muy en el fondo, incluyendo a un amigo que aseguraba: “Yo no soy supersticioso, gracias a Dios y a mi patita de conejo”
(A propósito: las patitas de conejo sí son de buena suerte, pero sólo para quienes se las cortan a los conejos para venderlas como amuleto a los supersticiosos)
Ignoramos si nuestros políticos sean supersticiosos, porque suelen guardarse los detalles de su vida personal aunque, llegada la guerra sucia divulgan las debilidades de sus adversarios. De todos modos, si hoy tiene usted que hacerle la barba a un grillo importante, evite cualquier detalle de los que, según la tradición, provocan la mala suerte.
Por ejemplo:
Delante de Andrés Manuel López Obrador no pronuncie, a menos que sea una emergencia, las palabras culebra, víbora o serpiente. Pero, ni tratándose de una emergencia, le mencione usted a la Maistra Elba Esther.
Si va usted caminando por la calle con Pedro Joaquín Coldwell, presidente del PRI, y se encuentran en su camino una escalera recuérdele que es de mala suerte pasar por debajo de ella. Pero si su compañero de caminata es el Niño Verde no hay problema, ayúdelo incluso a subir por la escalera: Siempre ha sido un arribista.
Si come usted hoy con Ernesto Cordero y él le pide que le pase la sal, tenga el cuidado de deslizar el salero sobre la mesa, no entregárselo en la mano. Pero si comen en febrero, después de la postulación del candidato (a) panista, no hay problema: Ya la mala suerte habrá hecho estragos en Cordero.
Claro si su comida es con Josefina Vázquez Mota y derrama usted la sal sobre la mesa, tome salero y sacúdalo sobre su hombro, hacia atrás. Ni siquiera se tome la molestia de comprobar si en la mesa a sus espaldas está comiendo Santiago Creel: De todos modos él ya está salado.
Si se toma usted un café con el ex procurador del DF, Miguel Mancera, y el diputado Fernández Noroña, ambos aspirantes al Gobierno del DF, no enciendan 3 cigarros con el mismo cerillo. Mejor pídanle un encendedor a la guapa chica cigarrera, pero primero comprueben que no se trata de la diputada Alejandra Barrales, haciendo prácticas por si tiene que regresar a su anterior chamba de azafata.
No le regale usted este viernes 13 un gato negro a ningún político. A menos de que se trate de Enrique Peña Nieto: A él sí obséquiele “El Gato Negro”, obra de Édgar Allan Poe. La mala suerte será para el libro, porque nadie lo va a leer. Aunque si lo que usted quiere es despertar en el pricandidato el interés por la lectura regálele las obras completas de Anton Chéjov: Al menos su drama “La Gaviota” si va a ojear.
(Ojear sin hache, porque es pasar la vista, no hojear con H, que es pasar las hojas de un libro)
Si, por lo contrario, lo que se pretende no es ahuyentar la mala suerte sino atraer la buena suerte, el mejor talismán son las herraduras. Así que, para quedar bien con Vicente Fox, regálele 4 herraduras. Y al Presidente Calderón sólo una Herradura.. pero reposado.
¡RRIINNGG!
-Bueno, el PRD.
-¿Qué pasó con el senador y precandidato Carlos Navarrete?
-Nada. Sólo que como el admirado José Alfredo, se dio la media vuelta y..
EPIGRILLO
Quiere organizarle un tour
a doña Kate del Castillo:
mandar a la Reina- ¡chillo!-
pero al Reclusorio Sur.
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