Jenaro Villamil
La noche del lunes 16 de enero, El Noticiero con Joaquín López Dóriga, en Canal 2 de Televisa, difundió durante más de cinco minutos las declaraciones de la diputada federal perredista Estela Damián Peralta, quien anunció que pedirán la renuncia de Eduardo Pérez Motta, presidente de la Comisión Federal de Competencia, por tener “resultados torpes, tibios y burocráticos para incrementar la competencia”.
La legisladora, presidenta de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación en la Cámara de Diputados, hacía referencia a la actuación de Pérez Motta en el asunto de la concentración en el mercado de la producción y la distribución de las tortillas, alimento básico del mexicano.
Parecería loable que el principal noticiario de la televisora más importante del país se preocupara, ahora sí, por los temas de concentración y por los monopolios. Pero el tiempo dedicado a la denuncia de la legisladora no era casual. Tampoco tenía relación directa con el interés por el tema del mercado de la tortilla.
En realidad, se trató de una presión encubierta de nota informativa por una razón fundamental: Pérez Motta, funcionario que ha navegado entre las presiones de Televisa, Telcel, TV Azteca y las grandes industrias que actúan de forma monopólica, se ha expresado en contra de aprobar la fusión entre la empresa de Emilio Azcárraga Jean y Iusacell, la telefónica de Ricardo Salinas Pliego, el segundo empresario supuestamente “competidor” del primero.
Pérez Motta ha tenido una conducta errática en el tema de la creciente concentración de Televisa en el mercado de la televisión restringida. Con algunas condiciones que nunca han sido plenamente cumplidas ni vigiladas, autorizó junto con los otros cuatro comisionados de la Comisión Federal de Competencia una mayor concentración de Televisa en las empresas Cablemás y TVI (ahora Televisa Monterrey) y ha dilatado su resolución sobre el caso de clara concentración en la empresa PCTV que opera como un grupo para negociar contenidos en televisión restringida, claramente dominado ahora por Televisa (a través de Cablemás), como se ha documentado en varios reportajes en Proceso.
Al mismo tiempo, Pérez Motta autorizó en su momento la sociedad entre Televisa y Grupo Nextel que en el 2010 se presentaron como socios para la licitación 21 para adquirir 30 megahertz en la banda 1.7Ghz, ideal para los servicios de triple y cuádruple play. En aquella ocasión, el presidente de la Cofeco fue apapachado por Televisa. Sólo TV Azteca, que se opuso escandalosamente a esta sociedad, emprendió una campaña contra Pérez Motta.
Pero los intereses cambiaron: Televisa anunció su rompimiento con Nextel en octubre de 2010 para sorpresa de todos, incluyendo a las autoridades de Cofetel y SCT que se quedaron en ridículo al justificar la “ganga” a aquella sociedad. En abril de 2011, después de negarlo públicamente y denostar al periodista Miguel Angel Granados Chapa, Televisa y Grupo Salinas anunciaron su sociedad para transformarse de competidores en aliados en materia de cuádruple play. Televisa afirmó su intención de adquirir el 50 por ciento de las acciones de Grupo Iusacell, la telefónica que Salinas Pliego adquirió en medio de elevadas deudas y que ahora se ha vuelto un negocio redondo para el principal accionista de TV Azteca.
El único problema es que esta sociedad anunciada por ambas empresas ante sus inversionistas y ante la Bolsa Mexicana de Valores no ha sido autorizada por la Cofeco. Existe una oposición clara de Pérez Motta y, por lo menos, de dos de los 5 comisionados que integran el pleno del organismo antimonopolio. Es decir, 3 de los 5 comisionados no aprueban esta megafusión que cambiará radicalmente el mercado de los contenidos, la publicidad y los servicios convergentes de audio, video e internet en México. Se trata de doblegar a Pérez Motta.
La Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) encargó un estudio a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para saber si sus especialistas económicos daban la bendición a la megafusión. Algo ha sucedido que las autoridades dilataron del 15 al 25 de enero dar a conocer el resultado de este estudio.
De acuerdo con Aleida Calleja, actual dirigente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI), el estudio de la OCDE considera “procedente” la alianza entre Televisa y TV Azteca, aunque, contradictoriamente, admite que ambas empresas tienen una elevada concentración en el mercado de la televisión abierta, de la publicidad y del futuro de la televisión digital. Al parecer, Pérez Motta presionó para que este estudio de un organismo externo no sea el referente principal para analizar un tema tan espinoso con características muy especiales en el caso mexicano.
Grupo Nextel presentó el 11 de julio de 2011 una denuncia en contra de la fusión Televisa-Iusacell argumentando que si se autoriza se creará un monopolio sin precedentes en el mercado de televisión abierta, de telefonía celular, de publicidad y de televisión restringida. Las cifras que aportó esta demanda son muy importantes:
-Ambas empresas concentran el 94 por ciento de las concesiones de televisión abierta.
-Televisa y TV Azteca poseen el 51 por ciento de los canales espejo que servirán para la transición al modelo de televisión digital. Y no pagaron un centavo de contraprestación por estos canales que el Estado mexicano les otorgó en 2004.
-Concentran el 58 por ciento del mercado de toda la publicidad en México y el 30 por ciento de la publicidad oficial federal.
-Tienen el 80 por ciento del mercado de producción de contenidos en televisión abierta y en televisión restringida.
-Televisa ya posee más del 55 por ciento del mercado en televisión por cable y satelital.
A su vez, AMEDI ha señalado que gracias al reciente acuerdo de la Cofetel para permitir la multiprogramación, ambas empresas pueden concentrar el 77.7 por ciento de la televisión digital terrestre.
En otras palabras, nos enfrentamos a un peligroso monopolio de la opinión pública en medios electrónicos y en telecomunicaciones que tienen una gran ventaja frente al poder dominante de Telmex y Telcel en los mercados de telefonía fija y móvil: Televisa y TV Azteca pretenden ser los dueños de los contenidos que se presenten en el mercado del cuádruple play.
Por eso el ataque a Pérez Motta. Por eso este miércoles, la AMEDI anunciará su franca oposición a la posibilidad de que se autorice la megafusión.
La noche del lunes 16 de enero, El Noticiero con Joaquín López Dóriga, en Canal 2 de Televisa, difundió durante más de cinco minutos las declaraciones de la diputada federal perredista Estela Damián Peralta, quien anunció que pedirán la renuncia de Eduardo Pérez Motta, presidente de la Comisión Federal de Competencia, por tener “resultados torpes, tibios y burocráticos para incrementar la competencia”.
La legisladora, presidenta de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación en la Cámara de Diputados, hacía referencia a la actuación de Pérez Motta en el asunto de la concentración en el mercado de la producción y la distribución de las tortillas, alimento básico del mexicano.
Parecería loable que el principal noticiario de la televisora más importante del país se preocupara, ahora sí, por los temas de concentración y por los monopolios. Pero el tiempo dedicado a la denuncia de la legisladora no era casual. Tampoco tenía relación directa con el interés por el tema del mercado de la tortilla.
En realidad, se trató de una presión encubierta de nota informativa por una razón fundamental: Pérez Motta, funcionario que ha navegado entre las presiones de Televisa, Telcel, TV Azteca y las grandes industrias que actúan de forma monopólica, se ha expresado en contra de aprobar la fusión entre la empresa de Emilio Azcárraga Jean y Iusacell, la telefónica de Ricardo Salinas Pliego, el segundo empresario supuestamente “competidor” del primero.
Pérez Motta ha tenido una conducta errática en el tema de la creciente concentración de Televisa en el mercado de la televisión restringida. Con algunas condiciones que nunca han sido plenamente cumplidas ni vigiladas, autorizó junto con los otros cuatro comisionados de la Comisión Federal de Competencia una mayor concentración de Televisa en las empresas Cablemás y TVI (ahora Televisa Monterrey) y ha dilatado su resolución sobre el caso de clara concentración en la empresa PCTV que opera como un grupo para negociar contenidos en televisión restringida, claramente dominado ahora por Televisa (a través de Cablemás), como se ha documentado en varios reportajes en Proceso.
Al mismo tiempo, Pérez Motta autorizó en su momento la sociedad entre Televisa y Grupo Nextel que en el 2010 se presentaron como socios para la licitación 21 para adquirir 30 megahertz en la banda 1.7Ghz, ideal para los servicios de triple y cuádruple play. En aquella ocasión, el presidente de la Cofeco fue apapachado por Televisa. Sólo TV Azteca, que se opuso escandalosamente a esta sociedad, emprendió una campaña contra Pérez Motta.
Pero los intereses cambiaron: Televisa anunció su rompimiento con Nextel en octubre de 2010 para sorpresa de todos, incluyendo a las autoridades de Cofetel y SCT que se quedaron en ridículo al justificar la “ganga” a aquella sociedad. En abril de 2011, después de negarlo públicamente y denostar al periodista Miguel Angel Granados Chapa, Televisa y Grupo Salinas anunciaron su sociedad para transformarse de competidores en aliados en materia de cuádruple play. Televisa afirmó su intención de adquirir el 50 por ciento de las acciones de Grupo Iusacell, la telefónica que Salinas Pliego adquirió en medio de elevadas deudas y que ahora se ha vuelto un negocio redondo para el principal accionista de TV Azteca.
El único problema es que esta sociedad anunciada por ambas empresas ante sus inversionistas y ante la Bolsa Mexicana de Valores no ha sido autorizada por la Cofeco. Existe una oposición clara de Pérez Motta y, por lo menos, de dos de los 5 comisionados que integran el pleno del organismo antimonopolio. Es decir, 3 de los 5 comisionados no aprueban esta megafusión que cambiará radicalmente el mercado de los contenidos, la publicidad y los servicios convergentes de audio, video e internet en México. Se trata de doblegar a Pérez Motta.
La Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) encargó un estudio a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para saber si sus especialistas económicos daban la bendición a la megafusión. Algo ha sucedido que las autoridades dilataron del 15 al 25 de enero dar a conocer el resultado de este estudio.
De acuerdo con Aleida Calleja, actual dirigente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI), el estudio de la OCDE considera “procedente” la alianza entre Televisa y TV Azteca, aunque, contradictoriamente, admite que ambas empresas tienen una elevada concentración en el mercado de la televisión abierta, de la publicidad y del futuro de la televisión digital. Al parecer, Pérez Motta presionó para que este estudio de un organismo externo no sea el referente principal para analizar un tema tan espinoso con características muy especiales en el caso mexicano.
Grupo Nextel presentó el 11 de julio de 2011 una denuncia en contra de la fusión Televisa-Iusacell argumentando que si se autoriza se creará un monopolio sin precedentes en el mercado de televisión abierta, de telefonía celular, de publicidad y de televisión restringida. Las cifras que aportó esta demanda son muy importantes:
-Ambas empresas concentran el 94 por ciento de las concesiones de televisión abierta.
-Televisa y TV Azteca poseen el 51 por ciento de los canales espejo que servirán para la transición al modelo de televisión digital. Y no pagaron un centavo de contraprestación por estos canales que el Estado mexicano les otorgó en 2004.
-Concentran el 58 por ciento del mercado de toda la publicidad en México y el 30 por ciento de la publicidad oficial federal.
-Tienen el 80 por ciento del mercado de producción de contenidos en televisión abierta y en televisión restringida.
-Televisa ya posee más del 55 por ciento del mercado en televisión por cable y satelital.
A su vez, AMEDI ha señalado que gracias al reciente acuerdo de la Cofetel para permitir la multiprogramación, ambas empresas pueden concentrar el 77.7 por ciento de la televisión digital terrestre.
En otras palabras, nos enfrentamos a un peligroso monopolio de la opinión pública en medios electrónicos y en telecomunicaciones que tienen una gran ventaja frente al poder dominante de Telmex y Telcel en los mercados de telefonía fija y móvil: Televisa y TV Azteca pretenden ser los dueños de los contenidos que se presenten en el mercado del cuádruple play.
Por eso el ataque a Pérez Motta. Por eso este miércoles, la AMEDI anunciará su franca oposición a la posibilidad de que se autorice la megafusión.
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