Seguridad Nacional… mucho más que el combate a las drogas

José Carreño Figueras

Washington.- Con la presentación en Estados Unidos de su libro sobre el Nuevo Modelo de Seguridad para México, el Secretario de Seguridad Pública Federal Genaro García Luna parece determinado usar los foros estadounidenses para hacerse escuchar en México y poner sobre la mesa un tema que aunque se refleja a diario en el debate público parece al mismo tiempo fuera de la mesa de discusiones.

Si bien es cierto que los temas de seguridad, en concreto la lucha contra la delincuencia organizada y la inseguridad personal son de discusión diaria, sus consecuencias en cuanto seguridad nacional no aparecen en la discusión mas que de forma marginal y a veces solo como cuestiones de interés académico.

En ese marco, la relación de seguridad entre Estados Unidos y México va mucho mas allá que el combate al tráfico de drogas, aunque es una pieza central y en alguna medida clave para muchos de los otros aspectos de esos contactos.

La lucha contra el tráfico de drogas es el aspecto mas visible de la relación pero ni de lejos el único aunque mientras los estadounidenses parecen haber adoptado una visión de largo plazo, en México parece haber una formulación casuística, según los vientos y las modas políticas del momento.

El problema es que el concepto de Seguridad Nacional va mucho mas allá que el narcotráfico y los problemas fronterizos que el contrabando en ambas direcciones -drogas y personas hacia allá, armas y dinero hacia acá- comienza a provocar.

De entrada, al menos de acuerdo con las definiciones clásicas, México y Estados Unidos están en serios problemas: ninguno tiene un control real de sus fronteras, y ambos han confiado mas en la colaboración, el respeto a la legalidad o la debilidad del otro para enfrentar los problemas comunes.

Seguridad Nacional abarca lo mismo temas como economía que medio ambiente, migración que producción de alimentos, lo mismo la producción de energía y metales estratégicos que finanzas y seguridad bancaria. La realidad es también que muchos estadounidenses ven a México como un problema para su seguridad nacional y eso tiene a su vez consecuencias para la seguridad nacional de México.

Para hacer las cosas mas complicadas, entre dos países tan entrelazados como México y Estados Unidos crea otros problemas: el bienestar de los mexicanos en Estados Unidos importa a los mexicanos en México; el bienestar de los mexicanos y estadounidenses en México preocupa a sectores cada vez mas importantes del electorado estadounidense.

En términos reales no es una situación que tenga que gustar a los mexicanos o de los estadounidenses, y de hecho muchos en ambos lados de la frontera están a disgusto con la mera idea de ese entrelazamiento. Pero para bien o para mal, a gustar o no, es una realidad: los intereses y la seguridad nacional estadounidenses se verían afectados por un México inestable; los intereses, la seguridad nacional de México han sido afectados ya por los problemas económicos estadounidenses.

La idea de la corresponsabilidad es buena, pero tiene mucho mas aspectos que el del narcotráfico.

Y en ese marco se da el viaje que el lunes comenzó el Secretario García Luna en Washington y culminará en Nueva York.

García Luna no es del gusto de muchos, pero en términos reales ha entendido la naturaleza de los problemas bilaterales compartidos mejor que la mayoría, incluso en un aparato político nacional -gubernamental y de oposición- que parece empeñado en definiciones sobrepasadas por la realidad y los hechos.

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