Quien no combata a los criminales no merece gobernar: Calderón

Apro

Ante la bancada del PAN en el Senado, Felipe Calderón ratificó anoche que es “su obligación perseguir a los criminales”, y advirtió que quien claudique de esta tarea “no merece gobernar” ni un municipio, ni un estado, ni un país.

“Renunciar a esta obligación es simple y sencillamente renunciar al gobierno”, afirmó categórico en un largo mensaje ofrecido durante una cena con la bancada panista en el Senado, a la que agradeció su lealtad en los momentos difíciles que ha enfrentado en su gobierno, del que dice que saldrá “con la satisfacción del deber cumplido”.

Unas horas después de haber sido increpado en Guadalajara por un empresario que le preguntó cuándo terminaría su guerra contra el narco, el presidente rechazó que aún se le estén pidiendo explicaciones sobre su decisión de combatir con Ejército y corporaciones a los grupos del crimen organizado.

“Me parece increíble que todavía haya quien muy seriamente discuta si el Estado debe o no perseguir a los criminales. Es una obligación de todo gobierno, un imperativo categórico, un imperativo ético, legal, jurídico…”, aseveró Calderón en esta cena.

Se dijo empeñado en cerrar con toda intensidad su sexenio, y agradeció a los legisladores las reformas aprobadas en materia de justicia penal y seguridad, aunque recordó que están pendientes otras como la laboral y la de libertad religiosa.

En el tema religioso, dijo Calderón:

“Es fundamental que en México se reconozca con plenitud la libertad de cualquier persona en la materia, y que verdaderamente se deje atrás ya una era de enormes prejuicios, de injusticias, de mitos…”.

Por ello, se pronunció porque “se reconozca con plenitud la libertad humana tal cual es, en una materia tan importante para el hombre, sin abandonar la necesarísima separación entre el estado y la religión y las iglesias”.

Ya metido en el rubro de la seguridad, recordó que el combate a la criminalidad es el primero de los tres ejes fundamentales de su gobierno.

Luego, afirmó que se ha avanzado en las corporaciones federales con el trabajo de profesionalización, avance tecnológico y depuración de integrantes, pero lamentó que esto no esté ocurriendo con las policías municipales y estatales.

“El día en que México contemos con policías confiables, que en México haya 32 cuerpos policíacos y ministeriales confiables y eficaces, uno por cada entidad de la República, ese día México habrá logrado categóricamente la seguridad pública que todos anhelamos.

“Pero mientras siga presente la criminalidad infiltrando cuerpos policíacos y no exista plena confiabilidad ciudadana en todas las instituciones, será enorme el esfuerzo que se tendrá que hacer para ello”.

Enseguida, aseguró que de la vulnerabilidad institucional que se había dejado como un enorme pasivo para el país, al final de su sexenio se dejará una fortaleza en las leyes.

Calderón también habló de la crisis que actualmente vive Europa en materia de endeudamiento “es el problema que nosotros ya vimos en los setentas y los ochentas: gobiernos que gastan irrefrenablemente por encima de sus presupuestos, por encima de sus ingresos, que incurren en déficits públicos tales que sólo pueden financiarse recurriendo al endeudamiento, y una vez que se acaba la posibilidad de endeudarse, pues quiebran”.

Esto mismo le pasó a México, dijo, en el 76, el 82, el 87 y el 94. “La causa es exactamente la misma, y también el endeudamiento que tiene varias entidades pone en verdaderos problemas a los ciudadanos de esas entidades”.

A los senadores, les recordó que en tiempo electoral “hay mucho qué hacer”, aunque no quiso comentar más, explicó, porque “no nos vaya a caer el IFE con todos sus caballos apocalípticos”.

Precisamente en este tenor, el senador José González Morfín había pedido antes a sus compañeros de la bancada defender con energía los logros de los doce años de gobiernos del PAN.

Advirtió que vendrán muchas oleadas de ataques contra los gobiernos del PAN, pero aseguró que los legisladores cuentan con los elementos para ganar el debate.

“No podemos bajar la guardia –pidió González Morfín–, si en el fragor de la contienda política nuestros adversarios recurren a la difamación y a la calumnia”.

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