PRI-Panal: ¿Matrimonio por conveniencia?

Katia D'Artigues / Campos Elíseos

Las broncas de Pedro Joaquín


El tema da para jugosísimas interpretaciones, la verdad. Que si Elba Esther Gordillo es una voraz, pidió de más, estiró la liga y la rompió; que si los priístas evaluaron que su figura y la de su partido era un pasivo más que un activo; que si el grupo de Francisco Labastida y Manlio Fabio Beltrones —enemigos de Elba— presionaron hacia el interior por todos los espacios dados.

Pero así como es verdad que la realidad supera la ficción, también a veces la línea recta es la forma más fácil de unir dos puntos. Y tanto en el Panal como en el PRI no suenan tambores de guerra tras la ruptura de la alianza que formaban junto con el Partido Verde.

La explicación es que la alianza parcial que tenían no les beneficiaba por múltiples razones y ya no la podían cambiar a una total, que les hubiera gustado. Que sí había presiones de parte de todos lados —del PRI y del Panal— y que tras semanas de análisis decidieron dejar su matrimonio por conveniencia porque… les dejó de convenir. A ambos. Algo así como divorcio acordado.

Ahora, varias preguntas:

Una. ¿Quiénes se beneficiarán con las 24 candidaturas a diputados y cuatro senadores que formaban parte de la alianza con el Panal?

Dos. ¿Lograrán ser senadores el yerno Fernando González y la hija-secretaria general Mónica Arriola?

Tres. ¿A qué candidat@ presidencial nombrarán? ¿Sería posible que fuera como un@ Roberto Campa que a la mera hora negociara con el puntero o el segundo lugar que se le acercara? Por lo pronto ayer el presidente del partido, Luis Castro, delineaba un perfil:

— Lo ideal sería mujer, profesionista universitaria, con activismo en la sociedad civil, con causas progresistas… somos un partido liberal y humanista… luchamos por la equidad de género, el derecho de la mujer a decidir, por una reforma educativa que fortalezca la educación pública laica y gratuita y de calidad… buscamos que la reforma laboral sea del lado de los trabajadores.

¿A poco no pensó en Rosario Robles?

Entonces le marqué a Rosario Robles. Ella dice, lo más diplomáticamente de lo que es capaz —que lo es mucho—, que a ella ni la volteen a ver para ninguna candidatura.
Ni la del Panal a la Presidencia, pese a que Luis Castro pareció hacer un retrato hablado suyo, ni la de senaduría o diputación alguna por el PRI.

Que simplemente no quiere ser candidata a nada. Otra cosa es, dice la ex jefa de gobierno del DF, que haya asesorado en temas de género al gobierno del Estado de México con Enrique Peña Nieto. Pero hasta ahí.

El que por estos días enfrentó o enfrentará un pequeño problema familiar es el líder nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell.

Y es que parte de los acuerdos hechos con el Partido Verde para la alianza era otorgar la senaduría por Quintana Roo, su tierra, a un recién y conspicuo avecindado de ahí: El Niño Verde, Jorge Emilio González.

¿Y? Usted preguntará. Ahí voy. La cosa es que otro de los apuntados al mismo cargo es Carlos Joaquín González, su medio hermano. Con un plus: que a Carlos Joaquín ya lo habían convencido de no seguir por la ruta familiar —por Addy, otra hermana que se fue por el PAN y perdió— de no romper cuando fue nombrado candidato priísta Roberto Borge, actual gobernador.

Fue precisamente el hermano mayor, Pedro, quien convenció a Carlos de no romper, con la promesa de que sería, luego, recompensado.

Pero ahora, alianza nacional con el Verde mata candidatura de hermano, ni modo. Además, ni que Pedro Joaquín fuera mmm, Moreira.

Y hay más sobre Quintana Roo. Allá, a Roberto Borge comienzan a llamarlo “el góber panbolero”. ¿Por qué? Se lo cuento en la edición online de esta columna, además de los nuevos nombramientos de AMLO; los matrimonios entre personas del mismo sexo y la SCJN y qué ex gobernadores van por una senaduría.

Consultorio político

Estimado Héctor Ortiz Ortiz:

Vaya manera la suya de iniciar el nuevo año chino, el del Dragón, que dicen, es signo de buena suerte, ya dirá usted.

Creo que empieza con el pie izquierdo, luego de saber que la Secretaría de la Función Pública de Tlaxcala lo ha inhabilitado por cinco años, al encontrarlo responsable de presuntos actos de nepotismo.

Caray. No se sienta mal. Ni es el primero ni será el último político que lo hace.

No, recuerde que usted lleva genes políticos priístas, y seguro conoció a José López Portillo. ¿Le suena el nombre? Ah, pues el ex presidente se hizo famoso también por haberle dado empleo a su hijo José Ramón: “El orgullo de mi nepotismo”, decía.

¿Qué a usted lo sancionen por pensar en sus 27 familiares, que según una investigación de Fátima Monterrosa en Emeequis, trabajaron mientras usted fue gobernador?
Ya lo dijo ayer. Se defenderá con todos los medios a su alcance. Hace bien. Protéjase y que no caiga ese ánimo para que sí llegue al Senado; el fuero nunca está de más. Eso sí, como diría El Divo de Juárez: pero qué necesidad hay de decir que “Dios me protege de los malvados”.

Sugerencia de lema para su campaña: “Héctor SÍ sabe cuidar a la familia”. Al fin el PAN, partido por el que fue gobernador, siempre ha defendido muchísimo a la familia.

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