Katia D'Artigues / Campos Elíseos
DF: ganó la Izquierda (des)unida
Se lo pregunto derecho a Enrique Peña Nieto. ¿Es verdad que le dijo a María Elena Orantes, senadora por Chiapas, que no sería la candidata del PRI a la gubernatura de su estado sólo por ser mujer?
Es parte de una entrevista larga que se publicará el domingo, donde hablamos de muchas cosas que se dicen de él —y otras que poco se saben— las cuales califica de “leyendas”, como su relación con Televisa, o que lo maneja Salinas o que no sabe hablar sin script. O … bueno, ya no le cuento, léala el domingo.
Pero sobre Orantes dice:
— Te lo afirmo categóricamente: claro que no. Ésa es otra de las leyendas. Alguien está mintiendo y está mintiendo ella. Ni siquiera me corresponde a mí definir quién será candidato…
Entonces, claro, yo lo acuso de mentir: “No es cierto, influyes”. Y él acepta:
— Eso es correcto. No lo niego. Pero mi influencia será para que el partido tenga una definición de candidato competitivo y al partido corresponde hacer el proceso. Quien ha sido candidato, como en Jalisco, no fue porque Peña dijo; construyen su condición — ¿Te cortaste el dedo?
— Ejerzo la posición y el liderazgo político que hay dentro del priísmo y que el priísmo político tiene asimilado en su cultura política. Pero hoy esa cultura no es tema de dedazos ya. Se acabaron los compadrazgos y amiguismos. Ése es el cambio sutil: Del PRI hegemónico y casi único que a lo mejor se daba los lujos de no escoger candidatos sino de designar al partido que compite hoy en democracia y sabe que tiene que escoger a los mejores, las figuras con mayor condición para la competencia.
— Pero también tienes que repartir, ¿no? Está el grupo de Manlio…
— Hay que armonizar… Armonizar muy bien la participación de todas las corrientes que hay adentro del partido. En una competencia interna que le dio al partido por primera vez en muchos años la definición de un candidato de unidad con el arropo de todos, hay que armonizar. En su diversidad y en su pluralidad se sustenta la gran fuerza política que tiene el PRI.
Así que ya sabe, querido lector, lectora: Peña no decide, pero influye. Orantes miente y la sutil diferencia entre el viejo PRI y el nuevo es que ahora elige a sus mejores candidatos. Y ah, ya no reparte, “ar-mo-ni-za”.
El Nuevo PRI tiene un dejo zen. Ommm.
El martes pasado, después del primer “debate” —monólogo insisto yo— entre los tres precandidatos panistas a la presidencia de la República, Ernesto Cordero, Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota, cada uno de ellos dio diversas entrevistas a medios electrónicos. Todos dijeron que ganaron, claro.
Pero hubo una entrevista que provocó un debate tras el debate: La que le dio Vázquez Mota a Ana Paula Ordorica y Pablo Hiriart.
La verdad sí contestó con otro tema muy diferente. Le preguntaron del debate y contestó con un rollo de hospitales y sí, se escuchaba mal, lo que dio pie a comentarios de todo, incluso que estaba alcoholizada.
La explicación ella misma la dio, de inmediato: Estaba cansada. Tomó esa entrevista sentada tras estar todo el día de pie, en medio de una comida con diputados. Una noche anterior no había dormido nada porque había estado en el hospital con su hija, Montserrat, quien llegó de emergencia justo la noche anterior al debate.
Pensaron que era apendicitis, pero lo descartaron y se quedó en observación.
Vázquez Mota se fue al debate sin saber qué tenía su hija, que estaba en observación. Ya salió, por cierto, ayer, está en su casa. Una suerte de regalo de cumpleaños para otra de sus hijas, Maria José —Majo—, quien ayer lo festejó.
La campaña enfrenta su primer control de daños. ¿Se pondrá tan mal como para que sea un spot en su contra? Quizá.
Por lo pronto ella intenta darle la vuelta hoy que es su cumpleaños. Mañana hará fiesta.
Y Manuel Camacho destapó a Beatriz Paredes para la jefatura de gobierno del DF.
NO crea que regresó al PRI, lo que pasa es que dejó claro que ella es la candidata a vencer al presentar los resultados de las encuestas que señalaron a Miguel Mancera como el candidato mejor posicionado por la izquierda.
Alejandra Barrales durante casi todo el día hizo su patale… digo, ejerció su derecho al pataleo: Hizo conferencia de prensa largamente pospuesta para decir que se reservaba su opinión y no asistiría a conocer los resultados.
Mancera con M de Marcelo que, quien como éste, llegaría soltero a la jefatura de gobierno capitalino.
Mil rumores hay sobre qué dirá Barrales, los hubo toda la tarde. Desde que estaba en un salón conjunto del mismo hotel, cuando era en otro; o que se lanzaría sola por el PT. Y ah, no se despiste como yo —no ha certificado su cuenta— su cuenta en tuiter es @Ale_BarrralesM
.
¿Alguna vez ha imaginado que los políticos son como los productos milagro? Sí, que los compra-elige y no cumple con las expectativas. ¿A quién reclamamos? Le tengo una propuesta, la cual le cuento en la edición online de esta columna. Además, un episodio más del conflicto Montiel-Versini, la integración de un amplio grupo que investigará feminicidios en varios países, incluido México, y de la insensibilidad política ante la urgencia tarahumara.
DF: ganó la Izquierda (des)unida
Se lo pregunto derecho a Enrique Peña Nieto. ¿Es verdad que le dijo a María Elena Orantes, senadora por Chiapas, que no sería la candidata del PRI a la gubernatura de su estado sólo por ser mujer?
Es parte de una entrevista larga que se publicará el domingo, donde hablamos de muchas cosas que se dicen de él —y otras que poco se saben— las cuales califica de “leyendas”, como su relación con Televisa, o que lo maneja Salinas o que no sabe hablar sin script. O … bueno, ya no le cuento, léala el domingo.
Pero sobre Orantes dice:
— Te lo afirmo categóricamente: claro que no. Ésa es otra de las leyendas. Alguien está mintiendo y está mintiendo ella. Ni siquiera me corresponde a mí definir quién será candidato…
Entonces, claro, yo lo acuso de mentir: “No es cierto, influyes”. Y él acepta:
— Eso es correcto. No lo niego. Pero mi influencia será para que el partido tenga una definición de candidato competitivo y al partido corresponde hacer el proceso. Quien ha sido candidato, como en Jalisco, no fue porque Peña dijo; construyen su condición — ¿Te cortaste el dedo?
— Ejerzo la posición y el liderazgo político que hay dentro del priísmo y que el priísmo político tiene asimilado en su cultura política. Pero hoy esa cultura no es tema de dedazos ya. Se acabaron los compadrazgos y amiguismos. Ése es el cambio sutil: Del PRI hegemónico y casi único que a lo mejor se daba los lujos de no escoger candidatos sino de designar al partido que compite hoy en democracia y sabe que tiene que escoger a los mejores, las figuras con mayor condición para la competencia.
— Pero también tienes que repartir, ¿no? Está el grupo de Manlio…
— Hay que armonizar… Armonizar muy bien la participación de todas las corrientes que hay adentro del partido. En una competencia interna que le dio al partido por primera vez en muchos años la definición de un candidato de unidad con el arropo de todos, hay que armonizar. En su diversidad y en su pluralidad se sustenta la gran fuerza política que tiene el PRI.
Así que ya sabe, querido lector, lectora: Peña no decide, pero influye. Orantes miente y la sutil diferencia entre el viejo PRI y el nuevo es que ahora elige a sus mejores candidatos. Y ah, ya no reparte, “ar-mo-ni-za”.
El Nuevo PRI tiene un dejo zen. Ommm.
El martes pasado, después del primer “debate” —monólogo insisto yo— entre los tres precandidatos panistas a la presidencia de la República, Ernesto Cordero, Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota, cada uno de ellos dio diversas entrevistas a medios electrónicos. Todos dijeron que ganaron, claro.
Pero hubo una entrevista que provocó un debate tras el debate: La que le dio Vázquez Mota a Ana Paula Ordorica y Pablo Hiriart.
La verdad sí contestó con otro tema muy diferente. Le preguntaron del debate y contestó con un rollo de hospitales y sí, se escuchaba mal, lo que dio pie a comentarios de todo, incluso que estaba alcoholizada.
La explicación ella misma la dio, de inmediato: Estaba cansada. Tomó esa entrevista sentada tras estar todo el día de pie, en medio de una comida con diputados. Una noche anterior no había dormido nada porque había estado en el hospital con su hija, Montserrat, quien llegó de emergencia justo la noche anterior al debate.
Pensaron que era apendicitis, pero lo descartaron y se quedó en observación.
Vázquez Mota se fue al debate sin saber qué tenía su hija, que estaba en observación. Ya salió, por cierto, ayer, está en su casa. Una suerte de regalo de cumpleaños para otra de sus hijas, Maria José —Majo—, quien ayer lo festejó.
La campaña enfrenta su primer control de daños. ¿Se pondrá tan mal como para que sea un spot en su contra? Quizá.
Por lo pronto ella intenta darle la vuelta hoy que es su cumpleaños. Mañana hará fiesta.
Y Manuel Camacho destapó a Beatriz Paredes para la jefatura de gobierno del DF.
NO crea que regresó al PRI, lo que pasa es que dejó claro que ella es la candidata a vencer al presentar los resultados de las encuestas que señalaron a Miguel Mancera como el candidato mejor posicionado por la izquierda.
Alejandra Barrales durante casi todo el día hizo su patale… digo, ejerció su derecho al pataleo: Hizo conferencia de prensa largamente pospuesta para decir que se reservaba su opinión y no asistiría a conocer los resultados.
Mancera con M de Marcelo que, quien como éste, llegaría soltero a la jefatura de gobierno capitalino.
Mil rumores hay sobre qué dirá Barrales, los hubo toda la tarde. Desde que estaba en un salón conjunto del mismo hotel, cuando era en otro; o que se lanzaría sola por el PT. Y ah, no se despiste como yo —no ha certificado su cuenta— su cuenta en tuiter es @Ale_BarrralesM
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¿Alguna vez ha imaginado que los políticos son como los productos milagro? Sí, que los compra-elige y no cumple con las expectativas. ¿A quién reclamamos? Le tengo una propuesta, la cual le cuento en la edición online de esta columna. Además, un episodio más del conflicto Montiel-Versini, la integración de un amplio grupo que investigará feminicidios en varios países, incluido México, y de la insensibilidad política ante la urgencia tarahumara.
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