El Universal
Los cárteles del narcotráfico están reclutando niños de entre 11 y 17 años, en México y en Estados Unidos, para que sirvan de “mulas”, así como de espías, como resultado de que pasan desapercibidos, siendo San Diego, California, uno de los puntos en donde el nivel de reclutamientos aumentó en el último trimestre de 2011, indica información de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) y del Servicio de Aduanas y Migración de ese país (ICE).
Los niños que están siendo reclutados son hijos de mexicanos, latinos y estadounidenses, de entre los 11 y los 17 años, que viven en ambos países, pero desde el segundo semestre de 2011, con una marcada tendencia a preferir los que viven en Estados Unidos, lo cual les permite tener la ventaja de la nacionalidad aun y cuando viajen con adultos, señala la información de la DEA.
De las pandillas a los cárteles
En algunos casos, se explica, los niños de entre 13 y 17 años que forman parte de pandillas en Estados Unidos, son reclutados por los cárteles mexicanos y éstos les ponen pruebas para obtener su confianza y, como resultado de que son parte de una organización, las negociaciones implican dar más beneficios a los pandilleros, a los niños que son reclutados de manera independiente.
En el sur de California, agrega, el número de niños que han sido detenidos se ha incrementado y además destaca el tipo de delitos en los cuales estuvieron involucrados durante su detención, tales como narcotráfico en la modalidad de tentativa o ingreso de cantidades de diferentes tipos de drogas, extorsiones en la modalidad de complicidad, secuestro en la modalidad de complicidad al cuidar a las personas a las que se les privó de su libertad, “piratería”, corrupción y espionaje, entre otros.
Los niños reclutados son llamados por los cárteles mexicanos, como los “prescindibles” y hasta septiembre de 2011 eran menos llamativos para las autoridades de Estados Unidos, por lo cual se incrementó el número de menores convertidos en “mulas”, refiere la información.
Los pagos que recibe cada infante, se explica, dependen de la organización que los recluta. La más alta paga es en promedio 500 dólares por paso de droga, mil dólares por cuidar a los secuestrados durante un mes o por apoyar en logística de extorsiones, y mil 500 dólares por funcionar como espías para informar cuando se movilizan las autoridades a ciertos puntos.
Niñas de carnada
Los menores que trabajan para los cárteles y han sido detenidos por el Servicio de Aduanas y Migración afirman que el dinero es parte importante de su reclutamiento y también el saber que aun y cuando los detengan, por ser menores de edad cumplirán condenas de 15 meses en campos juveniles si son estadounidenses o, en el caso de los mexicanos, esperan ser deportados para continuar con sus actividades.
A los 16 años, se detalla, los niños son convertidos en sicarios y las niñas se involucran con la vigilancia de cargamentos de droga, armas, empacado de droga, como espías de las organizaciones e, incluso, como ganchos para atraer a miembros de las agencias de la ley para ser asesinados.
Tras su detención, los niños que trabajaban para cárteles mexicanos han explicado que buscaban ser parte de algo, ser considerados como miembros de un grupo y otros pensaban que en todo momento estarían fuera de la ley, menciona la información.
Podredumbre juvenil
A los 16 años, se detalla, los niños son convertidos en sicarios y las niñas se involucran con la vigilancia de cargamentos de droga, armas, empacado de droga, como espías de las organizaciones e, incluso, como ganchos para atraer a miembros de las agencias de la ley para ser asesinados.
Los cárteles del narcotráfico están reclutando niños de entre 11 y 17 años, en México y en Estados Unidos, para que sirvan de “mulas”, así como de espías, como resultado de que pasan desapercibidos, siendo San Diego, California, uno de los puntos en donde el nivel de reclutamientos aumentó en el último trimestre de 2011, indica información de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) y del Servicio de Aduanas y Migración de ese país (ICE).
Los niños que están siendo reclutados son hijos de mexicanos, latinos y estadounidenses, de entre los 11 y los 17 años, que viven en ambos países, pero desde el segundo semestre de 2011, con una marcada tendencia a preferir los que viven en Estados Unidos, lo cual les permite tener la ventaja de la nacionalidad aun y cuando viajen con adultos, señala la información de la DEA.
De las pandillas a los cárteles
En algunos casos, se explica, los niños de entre 13 y 17 años que forman parte de pandillas en Estados Unidos, son reclutados por los cárteles mexicanos y éstos les ponen pruebas para obtener su confianza y, como resultado de que son parte de una organización, las negociaciones implican dar más beneficios a los pandilleros, a los niños que son reclutados de manera independiente.
En el sur de California, agrega, el número de niños que han sido detenidos se ha incrementado y además destaca el tipo de delitos en los cuales estuvieron involucrados durante su detención, tales como narcotráfico en la modalidad de tentativa o ingreso de cantidades de diferentes tipos de drogas, extorsiones en la modalidad de complicidad, secuestro en la modalidad de complicidad al cuidar a las personas a las que se les privó de su libertad, “piratería”, corrupción y espionaje, entre otros.
Los niños reclutados son llamados por los cárteles mexicanos, como los “prescindibles” y hasta septiembre de 2011 eran menos llamativos para las autoridades de Estados Unidos, por lo cual se incrementó el número de menores convertidos en “mulas”, refiere la información.
Los pagos que recibe cada infante, se explica, dependen de la organización que los recluta. La más alta paga es en promedio 500 dólares por paso de droga, mil dólares por cuidar a los secuestrados durante un mes o por apoyar en logística de extorsiones, y mil 500 dólares por funcionar como espías para informar cuando se movilizan las autoridades a ciertos puntos.
Niñas de carnada
Los menores que trabajan para los cárteles y han sido detenidos por el Servicio de Aduanas y Migración afirman que el dinero es parte importante de su reclutamiento y también el saber que aun y cuando los detengan, por ser menores de edad cumplirán condenas de 15 meses en campos juveniles si son estadounidenses o, en el caso de los mexicanos, esperan ser deportados para continuar con sus actividades.
A los 16 años, se detalla, los niños son convertidos en sicarios y las niñas se involucran con la vigilancia de cargamentos de droga, armas, empacado de droga, como espías de las organizaciones e, incluso, como ganchos para atraer a miembros de las agencias de la ley para ser asesinados.
Tras su detención, los niños que trabajaban para cárteles mexicanos han explicado que buscaban ser parte de algo, ser considerados como miembros de un grupo y otros pensaban que en todo momento estarían fuera de la ley, menciona la información.
Podredumbre juvenil
A los 16 años, se detalla, los niños son convertidos en sicarios y las niñas se involucran con la vigilancia de cargamentos de droga, armas, empacado de droga, como espías de las organizaciones e, incluso, como ganchos para atraer a miembros de las agencias de la ley para ser asesinados.
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