Nada está escrito

Antonio Navalón

Enero, el primer mes de este gloriosamente electoral 2012, ha sido uno de los meses más apasionantes de los últimos años.

¿Quién lo iba a decir? Los que no eran capaces de ponerse de acuerdo ni siquiera para aquello que más les convenía, ahora dan lecciones de unidad, y todo en las palabras de la boca de la verdad, de ese oráculo en que se han convertido las encuestas.

Porque las encuestas se han convertido en el gran motor de la política nacional, de momento para las izquierdas, porque antes para el centro y la derecha, siempre habían ocupado un lugar prominente.

Lo que pasa es que para eso somos la tierra donde Kafka se consideraría vulgar y costumbrista, la tierra del surrealismo. La tierra que acogió a Bretón, a Buñuel y a todo aquel que tenga y tuviera una manera singular de ver las cosas.

Mientras el mundo se transforma a través de Twitter y Facebook, nosotros inventamos o reinventamos que la verdad profunda está en las urnas y, en este caso, en las urnas de las encuestas.

En el PRI todo va más o menos como era de prever. Fríos por fuera –lo digo por la visita a Davos donde seguimos de manera intensa recibiendo clases sobre política internacional, unas veces porque vienen a darlas aquí desde Washington y otras porque vamos a tomarlas– y por dentro del PRI muy calientes, es decir, allí donde hay un interés hay un conflicto y porque al final del día lo que parecía increíble, una vez más en la tierra de Kafka, Bretón y Buñuel, pasó: el que ganó en realidad no ganó tanto y el que perdió esperaremos a un día de marzo para saber si de verdad perdió o qué sucedió.

En el PAN los tambores de guerra no son una encuesta más, son la última encuesta, la de la verdad. ¿Qué va a pasar el próximo domingo? Mucho me temo que si Ernesto Cordero logra llegar a la segunda vuelta estará en una de esas operaciones políticas que a veces pasan, en las que contra todo pronóstico, va alguien y se cuela.

Y esto no quiere decir necesariamente que haya en el PAN la posibilidad de una chapuza a Josefina Vázquez Mota, sino que al final del día, y no hay que olvidarlo, hay que saber quién está negociando más con los residuos de Santiago Creel y a quién le dará él su parte. En definitiva, y como le pasó a Madero y a Cecilia Romero, si hay una segunda vuelta Cordero puede terminar alzándose con la candidatura.

Por parte de las izquierdas, el amor y la armonía se mece encuesta en encuesta. ¿Cuál es la novedad? Pues que enero termina y en febrero no sólo estará Andrés Manuel López Obrador en la valoración de las izquierdas. Las encuestas valorarán, una vez atravesada esta nueva situación, el periférico de la oferta política en el doble piso de López Obrador, si eso funciona o no funciona.

Si no funciona López Obrador tiene dos caminos. Uno sería volver a ser el de siempre: al diablo con las instituciones y el otro, por qué no, convencerse de que él lo que realmente quiere ser es Gandhi y que Gandhi al final del día obtuvo la independencia de la India con la condición de no ser primer ministro, para eso tuvo su Ebrard, que en ese caso se llamó Nehru.

PD. El IFE fue lo mejor de nuestra transición. Ahora, en un año en el que hasta los políticos pueden resultar desbordados por las realidades sociales que no entienden, el IFE se va convirtiendo en uno de nuestros mayores problemas: todo es oscuridad, comités y confusión.

Comentarios