Francisco Rodríguez / Índice Político
En su columna periodística “Dinero”, el colega Enrique Galván Ochoa jaló mi atención ayer a la entrevista que Lionel Barber, editor del diario londinense The Financial Times, hiciera la semana anterior en Davos a Felipe Calderón, y en la que éste se concretara a contar muchas mentiras y a tratar a los periodistas y lectores británicos cual si fuesen estúpidos o, cuando menos, desinformados.
Porque, mire usted, el ocupante de Los Pinos presumió en dicho ejercicio periodístico de la cobertura universal de salud para 112 millones de mexicanos –atención médica, medicamentos, hospitalización, tratamientos–, cuento que ni sus publicistas se tragan.
Otras mentiras nada piadosas de Calderón a Barber: que en México se gradúan 100 mil ingenieros cada año… que se han construido 100 nuevas universidades en los últimos cinco años… que, ante la incredulidad de su entrevistador, va ganando la guerra aunque no lo parezca –cual dijera alguna vez su actual embajador ante la Corte de Saint James– pues sus cuerpos policiacos ya detuvieron a 22 de los 37 criminales más buscados… que…
La “realidad” que en sus delirios imagina o inventa Calderón es muy distinta, claro, a la realidad real que vivimos los mexicanos. La inseguridad en todos los órdenes –permítame soslayar la centena de miles de ingenieros y la centena de nuevos campus universitarios– padecemos quienes aquí vivimos es, por supuesto, la peor de nuestras pesadillas.
Y esa inseguridad no se da sólo ante la violencia que despliegan los criminales y las dizque autoridades para combatirlos, sino que se da en todos los órdenes.
No hay en México seguridad nacional. Ésta se ve muy frecuentemente amenazada por la incapacidad y la corrupción de sus gobernantes y administradores, por el creciente poder de corporaciones e instancias multinacionales, por la falta de diversificación del comercio exterior, por anclar los presupuestos nacionales a los fluctuantes precios del petróleo, por la dependencia alimentaria con respecto al exterior, por la degradación del ambiente y el agotamiento de los recursos naturales, por el cambio climático…
De todo ello debería ocuparse el CISEN, instancia de la Administración a quien no hay que deje de identificar con espionaje político-policiaco, que la mayor parte de las veces se reduce su cobertura a las recámaras de los personajes que son su objetivo.
La seguridad del país, se ha dicho mucho por estos días, está en peligro debido a la severidad de la sequía que abrasa a más de la mitad del territorio nacional y, por ende, al encarecimiento de los productos de consumo básico que han dejado de producirse. Por si fuera poco, gran parte de ellos –maíz y otros granos– ni siquiera podrán ser importados, pues el fenómeno de ausencia de lluvias ha afectado a otras regiones planetarias.
Todo ello se sabía con antelación. Pero el CISEN nunca alertó al respecto. Y si lo hizo, no fue tomado en cuenta pues tal vez el reporte no decía quién se estaba acostando con quién… que es, al parecer, lo único que importa conocer en las altas esferas de la toma de (in)decisiones políticas en nuestro país.
Dice Miguel Valencia, de la Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México que, “desde hace unos 20 años, se tenía bastante información en medios de comunicación de la gran probabilidad de que se presentaran sequías, inundaciones, huracanes catastróficos, en muchos lugares del mundo; ha habido por muchos años información suficiente para que cualquier persona bien informada haya podido tener conocimiento de la dimensión terrible de esta amenaza global; se ha sabido por muchos años del continuo aumento de la temperatura promedio en la superficie de la Tierra registrado desde hace décadas. En la Cumbre de la Tierra de las Naciones Unidas de 1992, en Río de Janeiro, se aceptó la existencia del cambio climático y la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Los científicos no se han cansado de advertir desde entonces de la gravedad de los datos que han venido descubriendo sobre el calentamiento de la Tierra: cada año advierten de peores consecuencias por el aumento de temperatura de la atmósfera. Algunos años de este siglo han registrado temperaturas entre las más altas que se tenga memoria. Este año puede otra vez batir record de temperatura, según reporte del meteorológico de Inglaterra…”
Sí, todo eso se sabía. Calderón hasta lo presumía, pues durante un par de años se presentó ante el mundo como el salvador ecológico del planeta –en su campaña de imagen previa a la reunión de la ONU que sobre el cambio climático se llevó a cabo en nuestro país–, pero…
Nada hizo y, con ello, creció el riesgo de nuestra seguridad como Nación.
Hoy, empero, el ocupante de Los Pinos tiene otra misión enfrente.
Va a “arreglar a Europa”. Sí. Se lo dijo a Lionel Barber del The Financial Times. Va a salvar de la crisis al Viejo Continente porque, dice, es una bomba de tiempo.
Farol de la calle…
Índice Flamígero: En México, ninguno de los procesos de degradación de ecosistemas y agotamiento de recursos ambientales se ha detenido o revertido, por el contrario se agudizan de manera alarmante lo que llevará al país a un “colapso de las actividades productivas en el medio rural”, alertó ayer Carlos Sandoval Miranda, especialista en valuación rural, agropecuaria y forestal de la Asociación Pro Derechos de la Propiedad Rural (Anahuatlali).
En su columna periodística “Dinero”, el colega Enrique Galván Ochoa jaló mi atención ayer a la entrevista que Lionel Barber, editor del diario londinense The Financial Times, hiciera la semana anterior en Davos a Felipe Calderón, y en la que éste se concretara a contar muchas mentiras y a tratar a los periodistas y lectores británicos cual si fuesen estúpidos o, cuando menos, desinformados.
Porque, mire usted, el ocupante de Los Pinos presumió en dicho ejercicio periodístico de la cobertura universal de salud para 112 millones de mexicanos –atención médica, medicamentos, hospitalización, tratamientos–, cuento que ni sus publicistas se tragan.
Otras mentiras nada piadosas de Calderón a Barber: que en México se gradúan 100 mil ingenieros cada año… que se han construido 100 nuevas universidades en los últimos cinco años… que, ante la incredulidad de su entrevistador, va ganando la guerra aunque no lo parezca –cual dijera alguna vez su actual embajador ante la Corte de Saint James– pues sus cuerpos policiacos ya detuvieron a 22 de los 37 criminales más buscados… que…
La “realidad” que en sus delirios imagina o inventa Calderón es muy distinta, claro, a la realidad real que vivimos los mexicanos. La inseguridad en todos los órdenes –permítame soslayar la centena de miles de ingenieros y la centena de nuevos campus universitarios– padecemos quienes aquí vivimos es, por supuesto, la peor de nuestras pesadillas.
Y esa inseguridad no se da sólo ante la violencia que despliegan los criminales y las dizque autoridades para combatirlos, sino que se da en todos los órdenes.
No hay en México seguridad nacional. Ésta se ve muy frecuentemente amenazada por la incapacidad y la corrupción de sus gobernantes y administradores, por el creciente poder de corporaciones e instancias multinacionales, por la falta de diversificación del comercio exterior, por anclar los presupuestos nacionales a los fluctuantes precios del petróleo, por la dependencia alimentaria con respecto al exterior, por la degradación del ambiente y el agotamiento de los recursos naturales, por el cambio climático…
De todo ello debería ocuparse el CISEN, instancia de la Administración a quien no hay que deje de identificar con espionaje político-policiaco, que la mayor parte de las veces se reduce su cobertura a las recámaras de los personajes que son su objetivo.
La seguridad del país, se ha dicho mucho por estos días, está en peligro debido a la severidad de la sequía que abrasa a más de la mitad del territorio nacional y, por ende, al encarecimiento de los productos de consumo básico que han dejado de producirse. Por si fuera poco, gran parte de ellos –maíz y otros granos– ni siquiera podrán ser importados, pues el fenómeno de ausencia de lluvias ha afectado a otras regiones planetarias.
Todo ello se sabía con antelación. Pero el CISEN nunca alertó al respecto. Y si lo hizo, no fue tomado en cuenta pues tal vez el reporte no decía quién se estaba acostando con quién… que es, al parecer, lo único que importa conocer en las altas esferas de la toma de (in)decisiones políticas en nuestro país.
Dice Miguel Valencia, de la Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México que, “desde hace unos 20 años, se tenía bastante información en medios de comunicación de la gran probabilidad de que se presentaran sequías, inundaciones, huracanes catastróficos, en muchos lugares del mundo; ha habido por muchos años información suficiente para que cualquier persona bien informada haya podido tener conocimiento de la dimensión terrible de esta amenaza global; se ha sabido por muchos años del continuo aumento de la temperatura promedio en la superficie de la Tierra registrado desde hace décadas. En la Cumbre de la Tierra de las Naciones Unidas de 1992, en Río de Janeiro, se aceptó la existencia del cambio climático y la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Los científicos no se han cansado de advertir desde entonces de la gravedad de los datos que han venido descubriendo sobre el calentamiento de la Tierra: cada año advierten de peores consecuencias por el aumento de temperatura de la atmósfera. Algunos años de este siglo han registrado temperaturas entre las más altas que se tenga memoria. Este año puede otra vez batir record de temperatura, según reporte del meteorológico de Inglaterra…”
Sí, todo eso se sabía. Calderón hasta lo presumía, pues durante un par de años se presentó ante el mundo como el salvador ecológico del planeta –en su campaña de imagen previa a la reunión de la ONU que sobre el cambio climático se llevó a cabo en nuestro país–, pero…
Nada hizo y, con ello, creció el riesgo de nuestra seguridad como Nación.
Hoy, empero, el ocupante de Los Pinos tiene otra misión enfrente.
Va a “arreglar a Europa”. Sí. Se lo dijo a Lionel Barber del The Financial Times. Va a salvar de la crisis al Viejo Continente porque, dice, es una bomba de tiempo.
Farol de la calle…
Índice Flamígero: En México, ninguno de los procesos de degradación de ecosistemas y agotamiento de recursos ambientales se ha detenido o revertido, por el contrario se agudizan de manera alarmante lo que llevará al país a un “colapso de las actividades productivas en el medio rural”, alertó ayer Carlos Sandoval Miranda, especialista en valuación rural, agropecuaria y forestal de la Asociación Pro Derechos de la Propiedad Rural (Anahuatlali).
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