Los latinos entre Romney y Obama, o Escila y Caribdis

José Carreño Figueras

Nueva York (NY, EEUU).- Si las cosas van como dicen algunos expertos, Mitt Romney será el candidato presidencial republicano y podría ser reconocido tan pronto como fines de febrero próximo.

Pero en opinión de otros, Romney puede ir ganando votaciones primarias hasta junio o julio, sin acabar de convencer a activistas de derecha esperanzados en encontrar alguien más a su modo que el exgobernador de Massachussetts, al que consideran como un representante absoluto del aparato político tradicional de ese partido.

Sea lo que sea sin embargo, la opinión mas general es que va a tener muchos problemas para convencer a los hispanos de votar por el.

El problema son las compañías que guarda. El que por ejemplo Kris Kobach, el autor y promotor principal de las legislaciones antimigrantes en Arizona, Arkansas y otros estados le haya expresado su apoyo, no le ayudó.

El que para bien o para mal sea el aspirante favorito del aparato político republicano invita a muchos activistas políticos de derecha o conservadores a acercarse a el para respaldarlo y para tratar de ejercer influencia sobre sus posiciones y eventualmente sus políticas, especialmente en temas tan emocionales como el de la migración.

Pero eso tiene costos y en este caso el apoyo de Kobach le cuesta ya a Romney el respaldo de grupos hispanos, incluso afines a los republicanos.

Para los activistas de derecha el de la migración es una “piedra de toque” que tiene impacto en las definiciones mismas de que es y quien es estadounidense, que refleja los problemas de una sociedad cambiante en la que los anglosajones están a punto de convertirse en una minoría -la mayor minoría en un país de minorías- y donde la economía y su futuro se ven con lentes sombríos.

Para los hispanos sin embargo es una cuestión tanto de supervivencia como de respeto. Por un lado, constituyen un grupo en rápido crecimiento demográfico, con cada vez mayor impacto en la sociedad, la cultura y la economía. Y como tal, con la muy estadounidense y humana convicción de que tienen derecho a su parte del pastel, una por la que han luchado, trabajado y peleado.

Y de repente se encuentran con que el mismo factor que los ayuda a crecer y posibilita su mejoría es el mismo usado por otros grupos para tratar de negárselos. Y aunque en muchos casos no tienen nada que ver con los inmigrantes, la formulación usada por los republicanos es con frecuencia tan insultante que no les queda otro camino que defender la propuesta de regularización.

Esa es la situación que enfrenta Romney y que le puede costar mucho en términos del apoyo que pueda conseguir entre los hispanos, aunque habrá sin duda algunos que trabajen en su favor.

Para muchos el presidente Barack Obama es la mejor opción. Sus promesas son de buscar vías de inclusión y legalización para indocumentados. Pero en sus primeros cuatro años no pudo cumplir y quien sabe si pueda en los posibles siguientes.

Pero como tema interesante queda saber si los latinos saldrán a votar por Obama, cuyo gobierno es responsable ahora de un numero de deportaciones sin precedentes que afectan sobre todo a mexicanos.

Romney, a su vez, esta cada vez mas encajonado por su necesidad política…

Comentarios