Analistas consideran que hay señales de que el nexo entre los integrantes de Ocupa Londres y Davos se distiende
Bryony Jones / CNN
Los más influyentes líderes políticos y empresariales del mundo se reúnen en una estación de esquí de lujo en los Alpes suizos esta semana para discutir los principales desafíos que enfrenta la sociedad en 2012.
A 6,000 millas de distancia de las nieves de Davos, en la lluviosa Londres, los miembros del movimiento Ocupa celebran 100 días desde que instalaron un campamento fuera de la catedral de San Pablo, con la esperanza de encontrar soluciones a algunos de los mismos problemas.
Los 'indignados' han estado allí desde el 15 de octubre, luchando contra los elementos y las autoridades.
Su decisión de establecer un campamento de protesta en el corazón del distrito financiero de la ciudad de Londres fue un tema controvertido. Los manifestantes habían intentado primeramente ocupar la cercana Bolsa de Valores de Londres, pero fueron rápidamente desalojados.
En cambio, colocaron sus tiendas alrededor de los escalones de San Pablo, uno de los más famosos monumentos de la ciudad: un símbolo de la resistencia de Londres durante los oscuros días de los bombardeos, y un sitio de celebración, como el lugar para la boda del príncipe Carlos y lady Diana Spencer en 1981.
El campo provocó disputas entre las autoridades y la iglesia, que intervino para proteger a los manifestantes de la policía, permitiéndoles permanecer, a pesar de las amenazas de desalojo. Dos altos miembros de San Pablo renunciaron más tarde por ese motivo.
La portavoz de Ocupa Londres, Naomi Colvin, dice que el movimiento ha logrado un enorme avance en sus primeros 100 días.
"Ha sido un éxito asombroso", dijo a CNN. "Es muy notable cómo todos los partidos políticos representados en el Parlamento se han estado acercando a los 'indignados' y estamos estableciendo agendas que los demás siguen".
El manifestante Bryn Phillips está de acuerdo: "Hemos planteado un montón de temas importantes, hemos hecho posible discutir un montón de temas que no estaban siendo mencionados, y hemos sido capaces de incluir al público y las personas que son generalmente excluidos en el discurso.
"Hace cinco años, si hablabas de los problemas del capitalismo, eras calificado como un loco, ahora incluso (el primer ministro británico conservador) David Cameron, está hablando de la naturaleza del capitalismo, hemos hecho posible hablar del tema sin que la gente nos acuse de ser comunistas”.
La semana pasada, el Ayuntamiento de la Ciudad de Londres ganó una batalla legal para obligar el cierre del campamento. Los indignados insisten en que apelarán, pero Phillips reconoce que podría ser momento de seguir.
“En lo personal, pienso que es tiempo de que levantemos las tiendas”, afirmó. “Han cumplido su propósito, pero creo que hay un riesgo de que nos apeguemos demasiado a ellas a nivel emocional”.
“Al ocupar parte de Londres hemos descubierto mucho, hemos generado muchos problemas. La falta de transparencia y de rendición de cuentas, pero ya no tenemos que estar afuera de San Pablo para hacerlo”.
Sin embargo, Colvin insiste que cualquier cambio de la locación original no implicará el fin de Ocupa Londres, todo lo contrario: Sobreviva o no el campamento de San Pablo, afirma que el movimiento continuará haciendo sentir su presencia en las próximas semanas, meses y años.
“Creo que 'Ocupaciones' de días de duración en los centros de las ciudades, zonas comerciales y otros lugares y pienso que Ocupa se extenderá más en la comunidad”, agregó.
“Hemos unido a muchas personas, gente con conocimientos especializados que han podido crear redes de expertos, dichos vínculos, esas conversaciones seguirán ya sea que el lugar físico esté ahí o no”.
"Los 'indignados' ya están haciendo trabajo de expansión, ofreciendo pláticas a la clase ciudadana en escuelas locales y estimulando a la gente a involucrarse más en la democracia”.
Phillips afirma que esta y otro tipo de labores comunitarias son clave.
“En los últimos años nuestra sociedad ha sido gradualmente decomisada, fragmentada y el punto de Ocupa es ayudar a reparar los vínculos dañados, restaurar el sentido de la reciprocidad y cooperación social. Tenemos que salir a los municipios y a las parroquias, apoyar a las instituciones no financieras que están tratando de hacer lo mismo, ya sea que esto implique iglesias o Consejos de Asesoría Ciudadana”.
Un campamento seguirá en Finsbury Square, el cual empezó como una extensión de la locación principal en San Pablo y donde espera Colvin que no haya “amenaza de desalojo”, los indignados que están asentados ahí esperan crear una aldea ecosustentable.
Paul, de Lincolnshire, es relativamente nuevo en Finsbury Square. Afirma que Ocupa nunca se concibió como una solución rápida.
“Es un movimiento de protesta de largo plazo”, comentó a CNN, sentado frente a un calentador de madera bajo la llovizna. “Con anterioridad hemos visto grandes manifestaciones de un día, la marcha contra la guerra de Iraq fue de 1.5 millones de personas, pero no logró detener nada.
“El gobierno debería estar ahí para la gente, pero no hacen nada por nosotros cuando se lo pedimos”, dijo Paul, señalando que espera que eso cambie a la luz de una campaña Ocupa conjunta y de largo plazo.
Otro compañero 'indignado', Jack, en San Pablo, coincide.
“No hay que apresurarnos, solamente llevamos tres meses en una discusión que es muy grande, muy importante. ¿Cómo esperan que ya hayamos logrado un consenso? Dennos una oportunidad, sean pacientes”.
Sin embargo, Jack insiste que Ocupa es mucho más relevante para la gente común que el Foro Económico Mundial, el cual considera que da la bienvenida únicamente a la élite mundial.
“Pienso que Davos es completamente lo contrario de Ocupa. Davos está para representar a los poderosos, mientras que nosotros estamos aquí para representar a la gente. Estamos trabando de equilibrar las cosas lo mejor que podemos, para demostrar que hay alternativas al sistema actual, para tener un debate sobre ello mas no imponer nuestras opiniones a la gente.
"Davos es muy exclusivo, mientras que nosotros le damos la bienvenida a cualquiera, somos totalmente incluyentes –en ocasiones al grado de la locura ya que ocasionalmente llega algún loco– y todos son escuchados.
Se ve muy inequitativo, muy injusto, porque no creo que todos (los delegados de Davos) quieran hacer del mundo un lugar mejor para todos y, sin embargo, son ellos los que tienen las herramientas, los que tienen gran parte del poder para hacerlo”.
También hay indignados en Davos. Quizá no haya logrado llegar al escenario principal del Foro Económico Mundial, ni formar parte de los debates como Angela Merkel y Al Gore, pero igual están ahí, es un asentamiento temporal de iglús y tiendas de campaña cerca del centro de conferencias.
“No solamente estamos aquí para construir iglús”, dijo David Roth a CNN. “Estamos aquí para que haya protestas en las calles. Deberíamos recuperar el poder; no deberíamos dejar que ese 1% de los más ricos tenga el poder, ellos no pueden ser la solución para nuestra crisis ya que ellos son la crisis y son responsables de la crisis”.
Asimismo, hay señales de que a pesar de las temperaturas congelantes, las relaciones entre los dos campamentos, el de Ocupa y el del Foro Económico Mundial, se estén distendiendo.
“Ha habido intentos de establecer una conversación”, dijo Colvin. “Puede que no ocurra este año, pero esperamos que sí en el futuro”.
Robert Greenhill, director administrativo del Foro Económico Mundial, fue recientemente al campamento de Davos para ayudar a construir uno de los iglús y más tarde publicó en Twitter que los grupos tienen más en común de lo que muchos podrían pensar. “Una estrategia diferente, mismo objetivo: Mejorar el estado del mundo”.
Bryony Jones / CNN
Los más influyentes líderes políticos y empresariales del mundo se reúnen en una estación de esquí de lujo en los Alpes suizos esta semana para discutir los principales desafíos que enfrenta la sociedad en 2012.
A 6,000 millas de distancia de las nieves de Davos, en la lluviosa Londres, los miembros del movimiento Ocupa celebran 100 días desde que instalaron un campamento fuera de la catedral de San Pablo, con la esperanza de encontrar soluciones a algunos de los mismos problemas.
Los 'indignados' han estado allí desde el 15 de octubre, luchando contra los elementos y las autoridades.
Su decisión de establecer un campamento de protesta en el corazón del distrito financiero de la ciudad de Londres fue un tema controvertido. Los manifestantes habían intentado primeramente ocupar la cercana Bolsa de Valores de Londres, pero fueron rápidamente desalojados.
En cambio, colocaron sus tiendas alrededor de los escalones de San Pablo, uno de los más famosos monumentos de la ciudad: un símbolo de la resistencia de Londres durante los oscuros días de los bombardeos, y un sitio de celebración, como el lugar para la boda del príncipe Carlos y lady Diana Spencer en 1981.
El campo provocó disputas entre las autoridades y la iglesia, que intervino para proteger a los manifestantes de la policía, permitiéndoles permanecer, a pesar de las amenazas de desalojo. Dos altos miembros de San Pablo renunciaron más tarde por ese motivo.
La portavoz de Ocupa Londres, Naomi Colvin, dice que el movimiento ha logrado un enorme avance en sus primeros 100 días.
"Ha sido un éxito asombroso", dijo a CNN. "Es muy notable cómo todos los partidos políticos representados en el Parlamento se han estado acercando a los 'indignados' y estamos estableciendo agendas que los demás siguen".
El manifestante Bryn Phillips está de acuerdo: "Hemos planteado un montón de temas importantes, hemos hecho posible discutir un montón de temas que no estaban siendo mencionados, y hemos sido capaces de incluir al público y las personas que son generalmente excluidos en el discurso.
"Hace cinco años, si hablabas de los problemas del capitalismo, eras calificado como un loco, ahora incluso (el primer ministro británico conservador) David Cameron, está hablando de la naturaleza del capitalismo, hemos hecho posible hablar del tema sin que la gente nos acuse de ser comunistas”.
La semana pasada, el Ayuntamiento de la Ciudad de Londres ganó una batalla legal para obligar el cierre del campamento. Los indignados insisten en que apelarán, pero Phillips reconoce que podría ser momento de seguir.
“En lo personal, pienso que es tiempo de que levantemos las tiendas”, afirmó. “Han cumplido su propósito, pero creo que hay un riesgo de que nos apeguemos demasiado a ellas a nivel emocional”.
“Al ocupar parte de Londres hemos descubierto mucho, hemos generado muchos problemas. La falta de transparencia y de rendición de cuentas, pero ya no tenemos que estar afuera de San Pablo para hacerlo”.
Sin embargo, Colvin insiste que cualquier cambio de la locación original no implicará el fin de Ocupa Londres, todo lo contrario: Sobreviva o no el campamento de San Pablo, afirma que el movimiento continuará haciendo sentir su presencia en las próximas semanas, meses y años.
“Creo que 'Ocupaciones' de días de duración en los centros de las ciudades, zonas comerciales y otros lugares y pienso que Ocupa se extenderá más en la comunidad”, agregó.
“Hemos unido a muchas personas, gente con conocimientos especializados que han podido crear redes de expertos, dichos vínculos, esas conversaciones seguirán ya sea que el lugar físico esté ahí o no”.
"Los 'indignados' ya están haciendo trabajo de expansión, ofreciendo pláticas a la clase ciudadana en escuelas locales y estimulando a la gente a involucrarse más en la democracia”.
Phillips afirma que esta y otro tipo de labores comunitarias son clave.
“En los últimos años nuestra sociedad ha sido gradualmente decomisada, fragmentada y el punto de Ocupa es ayudar a reparar los vínculos dañados, restaurar el sentido de la reciprocidad y cooperación social. Tenemos que salir a los municipios y a las parroquias, apoyar a las instituciones no financieras que están tratando de hacer lo mismo, ya sea que esto implique iglesias o Consejos de Asesoría Ciudadana”.
Un campamento seguirá en Finsbury Square, el cual empezó como una extensión de la locación principal en San Pablo y donde espera Colvin que no haya “amenaza de desalojo”, los indignados que están asentados ahí esperan crear una aldea ecosustentable.
Paul, de Lincolnshire, es relativamente nuevo en Finsbury Square. Afirma que Ocupa nunca se concibió como una solución rápida.
“Es un movimiento de protesta de largo plazo”, comentó a CNN, sentado frente a un calentador de madera bajo la llovizna. “Con anterioridad hemos visto grandes manifestaciones de un día, la marcha contra la guerra de Iraq fue de 1.5 millones de personas, pero no logró detener nada.
“El gobierno debería estar ahí para la gente, pero no hacen nada por nosotros cuando se lo pedimos”, dijo Paul, señalando que espera que eso cambie a la luz de una campaña Ocupa conjunta y de largo plazo.
Otro compañero 'indignado', Jack, en San Pablo, coincide.
“No hay que apresurarnos, solamente llevamos tres meses en una discusión que es muy grande, muy importante. ¿Cómo esperan que ya hayamos logrado un consenso? Dennos una oportunidad, sean pacientes”.
Sin embargo, Jack insiste que Ocupa es mucho más relevante para la gente común que el Foro Económico Mundial, el cual considera que da la bienvenida únicamente a la élite mundial.
“Pienso que Davos es completamente lo contrario de Ocupa. Davos está para representar a los poderosos, mientras que nosotros estamos aquí para representar a la gente. Estamos trabando de equilibrar las cosas lo mejor que podemos, para demostrar que hay alternativas al sistema actual, para tener un debate sobre ello mas no imponer nuestras opiniones a la gente.
"Davos es muy exclusivo, mientras que nosotros le damos la bienvenida a cualquiera, somos totalmente incluyentes –en ocasiones al grado de la locura ya que ocasionalmente llega algún loco– y todos son escuchados.
Se ve muy inequitativo, muy injusto, porque no creo que todos (los delegados de Davos) quieran hacer del mundo un lugar mejor para todos y, sin embargo, son ellos los que tienen las herramientas, los que tienen gran parte del poder para hacerlo”.
También hay indignados en Davos. Quizá no haya logrado llegar al escenario principal del Foro Económico Mundial, ni formar parte de los debates como Angela Merkel y Al Gore, pero igual están ahí, es un asentamiento temporal de iglús y tiendas de campaña cerca del centro de conferencias.
“No solamente estamos aquí para construir iglús”, dijo David Roth a CNN. “Estamos aquí para que haya protestas en las calles. Deberíamos recuperar el poder; no deberíamos dejar que ese 1% de los más ricos tenga el poder, ellos no pueden ser la solución para nuestra crisis ya que ellos son la crisis y son responsables de la crisis”.
Asimismo, hay señales de que a pesar de las temperaturas congelantes, las relaciones entre los dos campamentos, el de Ocupa y el del Foro Económico Mundial, se estén distendiendo.
“Ha habido intentos de establecer una conversación”, dijo Colvin. “Puede que no ocurra este año, pero esperamos que sí en el futuro”.
Robert Greenhill, director administrativo del Foro Económico Mundial, fue recientemente al campamento de Davos para ayudar a construir uno de los iglús y más tarde publicó en Twitter que los grupos tienen más en común de lo que muchos podrían pensar. “Una estrategia diferente, mismo objetivo: Mejorar el estado del mundo”.
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