Los casos de influenza, los típicos de invierno: INER

Ángeles Cruz Martínez / La Jornada

Durante la primera semana de enero empezó a aumentar el número de personas afectadas por influenza y en 10 días la tasa de prevalencia se duplicó al pasar de tres por mil a siete por mil habitantes. No obstante, en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) –centro nacional de referencia–, donde llegan los pacientes más graves, se observa que si bien hay una alta transmisión de los diferentes tipos de virus causantes del padecimiento, su comportamiento no es tan agresivo como en 2009, año de la pandemia. El hospital vive una situación típica en invierno, afirmó Rogelio Pérez Padilla, director del instituto.

A escala nacional, del primero al 23 de enero se registraron 3 mil 266 casos de infecciones respiratorias, de las que 637 se clasificaron de influenza; de éstas, 573 correspondieron al virus A/H1N1. Nueve personas han fallecido por esta causa; cuatro en el INER.

Significa, de acuerdo con la información oficial, que en menos de un mes se rebasó la cantidad de afectados en 2011 con la cepa pandémica. En ese año, el Sistema de Vigilancia Epidemiológica contabilizó 862 casos de algún tipo de influenza, de los cuales 288 fueron de A/H1N1.

Aun así, no es una situación de alarma porque la tasa es de 7 casos por mil habitantes. Habría una condición de gravedad si el indicador estuviera en 20 por mil, aseguró la Ssa.

Pérez Padilla resaltó que el incremento es, en general, de las diferentes cepas de influenza existentes, incluido el A/H1N1, e indicó que una característica común entre los pacientes que acuden a consulta médica o están hospitalizados en el INER, es la falta de vacunación. Entonces, en el brote actual se conjugan dos factores: alta transmisión y que las personas carecen de la protección de la vacuna. Sólo la mitad de los adultos mayores ha recibido la inmunización y 90 por ciento de los niños menores de cinco años de edad, según confirma la Secretaría de Salud (Ssa).

En entrevista, Pérez Padilla comentó que la demanda de atención en el INER es típica de la temporada invernal. Así ha sido cada año desde la pandemia. Ayer se encontraban en ese hospital 80 personas internadas y 22 intubadas (por falla respiratoria). La primera es una cifra similar a la reportada en los días más críticos de la pandemia.

En tanto, de los casos más graves, en 2009 el número llegó a ser de 35 en terapia intensiva. Hoy son 22 y requieren de muchos cuidados, pero es lo que estamos acostumbrados a atender aquí durante el invierno.

Además de que la enfermedad cede bien ante el tratamiento médico con el antiviral Oseltamivir, el escenario del INER no se replica en otros nosocomios, ni siquiera, aseguró, entre los vecinos que también se encuentran en la zona de hospitales de Tlalpan y los cuales, hace tres años estuvieron igual de saturados que el INER. De cualquier manera, las 80 camas del INER ocupadas ahora por enfermos de influenza, representan 43 por ciento del total de camas censables en dicha institución.

Pérez Padilla comentó que una cuarta parte de las personas con síntomas parecidos a la influenza se confirman como A/H1N1. Es lógico, insistió, porque llegan personas que no se vacunaron en una situación de gravedad, dijo y exhortó a la población a no confiarse ni dar credibilidad a los rumores que, sin fundamento, desacreditan la efectividad de la inmunización. También admitió que tales rumores han tenido impacto, incluso, entre los trabajadores de la salud.

Respecto de los pacientes hospitalizados planteó que, como ocurrió en 2009, los más afectados tienen problemas de salud asociados, como sobrepeso y obesidad, afecciones crónicas cardiacas, cáncer, entre otros.

Aún sin poder anticipar cómo será el comportamiento del brote de influenza que afecta al país, Pérez Padilla, especialista en neumología, destacó que en los pasados cuatro días la demanda de servicios médicos se mantuvo estable, pero los brotes suelen durar varias semanas.

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