José Carreño Figueras
Miami (Fla., EEUU).- La política está llena de ironías, a veces terribles y frecuentemente absurdas.
Dígalo si no el tema de migración, uno que podría ser eliminado con cierta facilidad pero uno que un sector de los republicanos se ha empeñado en poner como obstáculo aunque muy bien podría costarles la presidencia de los Estados Unidos.
Cierto que es un tema comparativamente menor frente a cuestiones que como la economía y la seguridad preocupan a los estadounidenses, aunque también es correcto decir que tiene vínculos con ambos asuntos.
Pero de la misma forma que la llegada de indocumentados es un tema de interés para una buena parte de la base republicana, en especial aquellos que se dicen partidarios de la ley y el orden, también se trata de una cuestión profundamente emocional para muchos latinos, tal vez la inmensa mayoría de los que viven en Estados Unidos.
El dilema hasta ahora no lo ha sido. Los republicanos, en su gran mayoría, se han inclinado por la postura de dureza hacia los indocumentados, incluso aquellos que ellos mismos reconocen se encuentran en Estados Unidos porque llegaron de niños con sus padres, ahí se criaron y son estadounidenses en todo menos en el papel.
En irónico contraste el gobierno de Barack Obama corteja a los hispanos a todo lo que da, aunque al mismo tiempo presume de haber deportado a mas indocumentados latinos que ningún otro gobierno estadounidense
Pero la forma en que los republicanos usan el tema lleva a otra ironía, al empujar a una gran parte de los hispanos a votar por Obama, a pesar de que no son pocos los líderes de esa comunidad que lo acusan de haber hecho poco o nada por los hispanos. De hecho, las mas recientes encuestas muestran que las preferencias de los hispanos están en mas de un 60 por ciento con Obama.
Por lo pronto, los republicanos parecen guiarse por Florida, aunque en verdad no es un caso típico, ni un estado donde los latinos sean típicos, aunque forman el diez por ciento del electorado. No por otra cosa sino porque el núcleo latino está todavía en el exilio cubano, un grupo muy participativo, vocal, influyente e interesado en cambio en cuestiones mas a tono con el resto de la población estadounidense, con la economía al tope de la lista de esas preocupaciones.
Y sí, la economía es algo que preocupa, y mucho, a los demás latinos en este país. Pero a diferencia de los cubanos, especialmente de su liderazgo, la cuestión migratoria y concretamente la forma en que es considerada por la mayoría de los aspirantes a la candidatura presidencial republicana interesa y preocupa a los demás latinos.
El problema republicano es que mas del 70 por ciento de los alrededor de 40 millones de hispanos que viven en Estados Unidos son de origen mexicano, centroamericanos puertorriqueño, dominicano, o sudamericano en general.
Y la ironía para finalizar: de acuerdo con Jeb Bush, exgobernador republicano de Florida, los latinos pueden ser el margen de victoria en 15 estados, incluso el de Florida. Pero en 14 de ellos la mayoría de los hispanos se siente agredida por los republicanos.
Miami (Fla., EEUU).- La política está llena de ironías, a veces terribles y frecuentemente absurdas.
Dígalo si no el tema de migración, uno que podría ser eliminado con cierta facilidad pero uno que un sector de los republicanos se ha empeñado en poner como obstáculo aunque muy bien podría costarles la presidencia de los Estados Unidos.
Cierto que es un tema comparativamente menor frente a cuestiones que como la economía y la seguridad preocupan a los estadounidenses, aunque también es correcto decir que tiene vínculos con ambos asuntos.
Pero de la misma forma que la llegada de indocumentados es un tema de interés para una buena parte de la base republicana, en especial aquellos que se dicen partidarios de la ley y el orden, también se trata de una cuestión profundamente emocional para muchos latinos, tal vez la inmensa mayoría de los que viven en Estados Unidos.
El dilema hasta ahora no lo ha sido. Los republicanos, en su gran mayoría, se han inclinado por la postura de dureza hacia los indocumentados, incluso aquellos que ellos mismos reconocen se encuentran en Estados Unidos porque llegaron de niños con sus padres, ahí se criaron y son estadounidenses en todo menos en el papel.
En irónico contraste el gobierno de Barack Obama corteja a los hispanos a todo lo que da, aunque al mismo tiempo presume de haber deportado a mas indocumentados latinos que ningún otro gobierno estadounidense
Pero la forma en que los republicanos usan el tema lleva a otra ironía, al empujar a una gran parte de los hispanos a votar por Obama, a pesar de que no son pocos los líderes de esa comunidad que lo acusan de haber hecho poco o nada por los hispanos. De hecho, las mas recientes encuestas muestran que las preferencias de los hispanos están en mas de un 60 por ciento con Obama.
Por lo pronto, los republicanos parecen guiarse por Florida, aunque en verdad no es un caso típico, ni un estado donde los latinos sean típicos, aunque forman el diez por ciento del electorado. No por otra cosa sino porque el núcleo latino está todavía en el exilio cubano, un grupo muy participativo, vocal, influyente e interesado en cambio en cuestiones mas a tono con el resto de la población estadounidense, con la economía al tope de la lista de esas preocupaciones.
Y sí, la economía es algo que preocupa, y mucho, a los demás latinos en este país. Pero a diferencia de los cubanos, especialmente de su liderazgo, la cuestión migratoria y concretamente la forma en que es considerada por la mayoría de los aspirantes a la candidatura presidencial republicana interesa y preocupa a los demás latinos.
El problema republicano es que mas del 70 por ciento de los alrededor de 40 millones de hispanos que viven en Estados Unidos son de origen mexicano, centroamericanos puertorriqueño, dominicano, o sudamericano en general.
Y la ironía para finalizar: de acuerdo con Jeb Bush, exgobernador republicano de Florida, los latinos pueden ser el margen de victoria en 15 estados, incluso el de Florida. Pero en 14 de ellos la mayoría de los hispanos se siente agredida por los republicanos.
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