Francisco Rodríguez / Índice Político
Hasta las enfermeras tuvieron que hacer una pausa en su alegría y festejos para escucharlo. Hace seis días, cuando se celebró a las trabajadoras de la salud, el primer discurso de Calderón en el 2012 fue nada sorpresivamente en torno a la violencia, el crimen y la muerte. Sus obsesiones. Su tono, funesto.
Así seguirá discurseando. En cuanta intervención oratoria tenga programada, así sea la del Día del Niño o la del Día de las Madres.
Porque este discurso es consecuente con sus actos.
Felipe Calderón es sin duda el presidente (sic) de la muerte.
No el del empleo. No el de la eficiencia. Menos aún el de la transparencia o el de la democracia.
Es hasta hoy el de los 47 mil 515 muertos contabilizados hasta septiembre del 2011.
Es el de los más de 50 mil que ya son hoy muy seguramente.
Todo un logro. Felipe Calderón consiguió, merced a su estúpida guerra en contra de ciertos, no todos, los delincuentes que la criminalidad y, peor todavía, la acción de la fallida Administración Pública federal en su contra, sea ya la cuarta causa de muerte en nuestro país, luego de los males cardiovasculares, la diabetes y los accidentes viales.
“Presunta rivalidad delincuencial” es el justificante para tantos y tantos ingresos a los cementerios.
Y puede que tengan razón porque cada vez hay más elementos para apreciar que esta guerra de Calderón fue declarada para apoyar a uno solo de los cárteles de la droga, el de Sinaloa o el de Joaquín El Chapo Guzmán.
A este respecto ha circulado en las redes sociales y ha sido reproducido por la página electrónica Los Ángeles Press el aviso público en el que un miembro del Ejército Nacional demanda que no se vaya a vincular su nombre al narcotráfico en caso de ser asesinado… como espera serlo, debido a sus críticas a la fallida administración de Felipe Calderón.
Se trata del Sargento segundo, Ricardo Alejandro Vázquez Álvarez, con filiación militar (B-9499419), quien ha denunciado vínculos del gobierno federal con grupos narcotraficantes en su muro de Facebook.
El sargento dice pertenecer al “verdadero Ejército Nacional”, no oculta su filiación ni su fotografía y llama “pandillas de mercenarios” a la Secretaría de la Defensa Nacional.
En el mismo mensaje pide ser recordado como “ciudadano” que se atrevió a denunciar “con nombres y apellidos” el sometimiento del gobierno federal al crimen organizado.
Vázquez Álvarez también es un activista de los militares retirados, quienes integraron la Federación de Militares Retirados A, C. “Gral. Francisco J. Múgica” para exigir el cumplimiento cabal de la Ley del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas Mexicanas y exigir justicia para los oficiales que fueron discriminados desde el 2008, pese a su antigüedad en la carrera de las armas.
El sargento Vázquez Álvarez utiliza las redes para su activismo y prevé que el 2012 será un año aún más sangriento para México, porque “Calderón ha ordenado perseguir y asesinar a periodistas y activistas que lo hemos denunciado” ante la Corte Penal Internacional, afirma.
También sostiene que el presidente mexicano “ha ordenado esconder las cifras de los ejecutados en todo su sexenio”, para evitar dar más elementos en su contra ante la posibilidad del juicio internacional en La Haya “por sus crímenes de guerra, genocidio y lesa humanidad”.
Su mensaje textual:
“Si el día de mañana aparece mi cadáver tirado en un paraje, en la calle, o mi cabeza en el cofre de algún vehículo cercano a mi casa, o aparece mi cadáver mutilado en alguna glorieta o lugar concurrido de la ciudad, con narcomensaje y toda la cosa que normalmente (como causa natural) ocurre en esta narco-dictadura cristera del delincuente Calderón; les pido por favor que no me echen flores ni me incluyan en la lista de los ‘daños colaterales’ ni en los ejecutómetros habidos y por haber.
“Pónganme en la lista de los ciudadanos que en vida nos atrevimos a denunciar con todas sus letras y con nombre y apellido que el narco-gobierno cristero del delincuente Calderón se subordina al narcotráfico y en la lista de quienes lo hemos acusado penalmente en la Corte Penal Internacional.
“Respetuosamente:
“Sargento 2/o. Archivista
“Ricardo Alejandro Vázquez Álvarez. (B-9499419)
“Perteneciente al verdadero Ejército Nacional, no a la pandilla de mercenarios narco-cristeros de la SEDENA.”
Hasta ahí, sin comentarios.
Índice Flamígero: El más reciente de los ocupantes del palacete de los Covián, Alejandro Poiré, dice ahora que “México no está en guerra”. Valga la aclaración a los deudos de los caídos los últimos cinco años.
Hasta las enfermeras tuvieron que hacer una pausa en su alegría y festejos para escucharlo. Hace seis días, cuando se celebró a las trabajadoras de la salud, el primer discurso de Calderón en el 2012 fue nada sorpresivamente en torno a la violencia, el crimen y la muerte. Sus obsesiones. Su tono, funesto.
Así seguirá discurseando. En cuanta intervención oratoria tenga programada, así sea la del Día del Niño o la del Día de las Madres.
Porque este discurso es consecuente con sus actos.
Felipe Calderón es sin duda el presidente (sic) de la muerte.
No el del empleo. No el de la eficiencia. Menos aún el de la transparencia o el de la democracia.
Es hasta hoy el de los 47 mil 515 muertos contabilizados hasta septiembre del 2011.
Es el de los más de 50 mil que ya son hoy muy seguramente.
Todo un logro. Felipe Calderón consiguió, merced a su estúpida guerra en contra de ciertos, no todos, los delincuentes que la criminalidad y, peor todavía, la acción de la fallida Administración Pública federal en su contra, sea ya la cuarta causa de muerte en nuestro país, luego de los males cardiovasculares, la diabetes y los accidentes viales.
“Presunta rivalidad delincuencial” es el justificante para tantos y tantos ingresos a los cementerios.
Y puede que tengan razón porque cada vez hay más elementos para apreciar que esta guerra de Calderón fue declarada para apoyar a uno solo de los cárteles de la droga, el de Sinaloa o el de Joaquín El Chapo Guzmán.
A este respecto ha circulado en las redes sociales y ha sido reproducido por la página electrónica Los Ángeles Press el aviso público en el que un miembro del Ejército Nacional demanda que no se vaya a vincular su nombre al narcotráfico en caso de ser asesinado… como espera serlo, debido a sus críticas a la fallida administración de Felipe Calderón.
Se trata del Sargento segundo, Ricardo Alejandro Vázquez Álvarez, con filiación militar (B-9499419), quien ha denunciado vínculos del gobierno federal con grupos narcotraficantes en su muro de Facebook.
El sargento dice pertenecer al “verdadero Ejército Nacional”, no oculta su filiación ni su fotografía y llama “pandillas de mercenarios” a la Secretaría de la Defensa Nacional.
En el mismo mensaje pide ser recordado como “ciudadano” que se atrevió a denunciar “con nombres y apellidos” el sometimiento del gobierno federal al crimen organizado.
Vázquez Álvarez también es un activista de los militares retirados, quienes integraron la Federación de Militares Retirados A, C. “Gral. Francisco J. Múgica” para exigir el cumplimiento cabal de la Ley del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas Mexicanas y exigir justicia para los oficiales que fueron discriminados desde el 2008, pese a su antigüedad en la carrera de las armas.
El sargento Vázquez Álvarez utiliza las redes para su activismo y prevé que el 2012 será un año aún más sangriento para México, porque “Calderón ha ordenado perseguir y asesinar a periodistas y activistas que lo hemos denunciado” ante la Corte Penal Internacional, afirma.
También sostiene que el presidente mexicano “ha ordenado esconder las cifras de los ejecutados en todo su sexenio”, para evitar dar más elementos en su contra ante la posibilidad del juicio internacional en La Haya “por sus crímenes de guerra, genocidio y lesa humanidad”.
Su mensaje textual:
“Si el día de mañana aparece mi cadáver tirado en un paraje, en la calle, o mi cabeza en el cofre de algún vehículo cercano a mi casa, o aparece mi cadáver mutilado en alguna glorieta o lugar concurrido de la ciudad, con narcomensaje y toda la cosa que normalmente (como causa natural) ocurre en esta narco-dictadura cristera del delincuente Calderón; les pido por favor que no me echen flores ni me incluyan en la lista de los ‘daños colaterales’ ni en los ejecutómetros habidos y por haber.
“Pónganme en la lista de los ciudadanos que en vida nos atrevimos a denunciar con todas sus letras y con nombre y apellido que el narco-gobierno cristero del delincuente Calderón se subordina al narcotráfico y en la lista de quienes lo hemos acusado penalmente en la Corte Penal Internacional.
“Respetuosamente:
“Sargento 2/o. Archivista
“Ricardo Alejandro Vázquez Álvarez. (B-9499419)
“Perteneciente al verdadero Ejército Nacional, no a la pandilla de mercenarios narco-cristeros de la SEDENA.”
Hasta ahí, sin comentarios.
Índice Flamígero: El más reciente de los ocupantes del palacete de los Covián, Alejandro Poiré, dice ahora que “México no está en guerra”. Valga la aclaración a los deudos de los caídos los últimos cinco años.
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