El amor que mata

Ricardo Alemán

Apenas días después de que el candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, diera los detalles de la “república amorosa” que pregona por todo el país –y dizque se sustenta en el amor al prójimo y los valores morales–, los más reputados lopezobradoristas lanzaron una feroz campaña de difamación, bajezas y odio contra Josefina Vázquez Mota.

Todo comenzó cuando la aspirante presidencial del PAN, trastabilló durante una entrevista radiofónica –con Ana Paula Ordorica y Pablo Hiriart–, lo que fue aprovechado por “los amorosos” lopezobradoristas que –en horas–, orquestaron una oleada de odio, difamación y bajezas lanzadas para lesionar la imagen y la popularidad de la puntera de las encuestas del partido azul, a la que endilgaron la acusación preferida contra Felipe Calderón.

Es decir, que a partir del tropezón verbal de la señora Vázquez Mota, los lopezobradoristas montaron en las redes sociales la especie de que la señora Vázquez Mota se encontraba “borracha” durante la entrevista radiofónica en cuestión. ¿Y cuáles eran las evidencias de la acusación difamatoria? Ninguna, más allá de que la puntera de los presidenciables azules parece imbatible, según los cálculos de López Obrador.

Y es que no tendría sentido que todo el aparato de desprestigio que moviliza AMLO contra sus adversarios, en esta ocasión se orientara para el desprestigio y la acusación calumniosa contra la señora Vázquez Mota, si es que AMLO no la considerara un riesgo para sus aspiraciones presidenciales.

Pero si se aprecia desde otro ángulo la andanada lanzada contra la señora Vázquez Mota, lo cierto es que la aspirante azul debiera agradecer que, incluso en las filas del lopezobradorismo, ya se le considere como la candidata formal del PAN. En otras palabras, que si los lopistas más reputados calumnian y difaman a la puntera de los azules, en realidad la están confirmando como la abanderada del PAN. Pero hay más; con su atasques, resulta que los lopistas confirman que, en el caso de la “señora presidenta”, ven un verdadero peligro para las llamadas izquierdas.

Y resulta aún más curioso que los escuderos del amoroso López Obrador decidieran reciclar la difamación preferida durante todo el sexenio que está por terminar; a la campaña de odio que hace seis años lanzaron contra Felipe Calderón, al que difamaron con el argumento de que era un borracho.

Pero si alguien cree que ese tipo de campañas son una casualidad, basta recordar que hace semanas, el mismo grupo de lopezobradoristas también empleó las redes sociales para enderezar una andanada de odio contra Enrique Peña Nieto, debido al tropiezo del mexiquense en la FIL de Guadalajara. Hoy, el amor que mata fue lanzado contra la señora Vázquez Mota.

Lo simpático del asunto es que la existencia de una jauría de lopistas que, de tanto en tanto se lanzan contra alguno de los adversarios de AMLO, en realidad confirma que “la república del amor” no es más que una chabacana ocurrencia engañabobos que sólo busca ganar votos, a costa de lo que sea, incluso de la tramposa prédica del amor. Y es que si las campañas sucias lanzadas desde el aparato de redes sociales de AMLO son la “la república de amor” que se pregona en todo el país, entonces asistimos a una de las más formidables farsas políticoelectorales de la historia mexicana.

Y viene a cuento el tema, porque la oleada de difamación contra la señora Vázquez Mota, es apenas el inicio de la guerra sucia que viene, y que podría salir de todos los partidos y se podría dirigir contra todos los aspirantes presidenciales, del color y partido que se quiera. Y por lo que estamos viendo, los partidos y los candidatos recurrirán a todo, y todo es todo. Al tiempo.

EN EL CAMINO

Queda claro que a los partidos de la izquierda mexicana no se les da la cultura y la práctica democrática, sea en elecciones internas, sea en las encuestas. ¿Por qué? Porque todos saben que el candidato al GDF será Miguel Ángel Mancera, pero también todos tienen una mordaza en la boca, so pena de ser despedidos del gobierno de Marcelo Ebrard, quien al final enseñó el rostro autoritario. ¿Hasta cuándo podrán sostener la farsa?...

Por cierto, en el PRI se dieron los reacomodos necesarios para enfrentar la nueva realidad de ese partido; la realidad sin el grupo de Humberto Moreira como fuerza hegemónica. Es decir, que al final de cuentas, el grupo de Manlio Fabio Beltrones logró que se reacomodaran las fichas y que las suyas fueran colocadas en posiciones estratégicas.

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