Debate panista sin debate; sólo triunfalismos, autoelogios...

Álvaro Delgado

En un certamen desprovisto de controversia, un primer debate sin debate, los precandidatos del Partido Acción Nacional (PAN) se aferraron a lo que ha sido su sello de campaña: Josefina Vázquez Mota el triunfalismo, Ernesto Cordero el autoelogio y Santiago Creel la pálida disidencia.

Durante una hora, con la moderación de la periodista Adriana Pérez Cañedo, los tres se asumieron como los únicos capaces de evitar el tan temido regreso del “viejo régimen” y del “populismo”, pero mientras que Vázquez Mota y Cordero ofrecieron un continuismo del gobierno de Felipe Calderón, Creel planteó poner distancia de él, en especial en la “guerra” contra el crimen organizado, y devolverle la paz al país.

En varias de sus cinco intervenciones, Vázquez Mota le restregó a Cordero y a Creel su condición de puntera, según las encuestas y, al finalizar el encuentro, celebrado durante una hora en la sede nacional del PAN, se ufanó de que su triunfo es ya irreversible, aunque falta por celebrarse la elección del 5 de febrero.

–¿Sería creíble una victoria de Ernesto Cordero?

–Tengo la certeza de que ya sería casi imposible lo que hoy marcan las tendencias, lo que hoy marcan las simpatías, y por lo tanto tengo la absoluta confianza de ganar el 5 de febrero, y en una primera ronda, la candidatura a la Presidencia de la República.

La respuesta de Cordero, quien hoy ratificó en sus intervenciones su condición de incondicional de Calderón –cuyo quinquenio ha sido su única experiencia en el servicio público–, es que no hay nada irreversible, porque las elecciones se ganan con votos, no con encuestas.

Y se engalló: “Todos aquellos que creen en la inevitabilidad de las encuestas se van a llevar una gran sorpresa, porque esto va a estar mucho más parejo de lo que todo el mundo se imagina”.

Creel, por su parte, observó en el debate un talante ejecutivo, haciendo ostentación de experiencia, dando continuidad a los programas exitosos de los gobiernos de Vicente Fox, cuando fue secretario de Gobernación, y de Calderón, aunque fue insistente en recobrar la paz en el país.

“Propongo un cambio de estrategia en el combate: Ir al origen de la violencia. En primer lugar, en los grupos más violentos, en segundo lugar, en el dinero, algo que es el corazón que mueve a la criminalidad del país, tenemos que atacar su patrimonio y si lo atacamos vamos a debilitar con menos balas y más inteligencia al crimen organizado”.

Con un desplome sostenido en la misma proporción que Vázquez Morta asciende, de acuerdo con las encuestas que obsesionan a los políticos, Creel fue el que pronunció, en una única ocasión, la palabra corrupción y el compromiso de enfrentarla.

“La corrupción que se encuentra por todas partes y a todos los niveles, es la corrupción la que ha permitido ensanchar los márgenes de actuación del crimen organizado, pero también es la corrupción la que afecta la economía y su crecimiento, es la corrupción la que tenemos que enfrentar de manera directa y ahí tenemos un pendiente.”

Tal como lo ha hecho el priista Enrique Peña Nieto, Vázquez Mota y Cordero también omitieron cualquier referencia a la corrupción, ni siquiera para culparse de ella, sobre todo cuando, en corto, miembros de los equipos de cada quien dicen saber de expedientes comprometedores.

De quien más expectativa se tenía de que ventilaría asuntos oscuros de sus rivales era de Cordero, pero a lo más que llegó fue a reprocharle a Vázquez Mota no haber defendido desde la tribuna de la Cámara de Diputados las políticas públicas de Calderón, de quien él se dijo continuador.

“A mí me hubiera gustado escuchar a la diputada Vázquez Mota defender desde la tribuna de la Cámara de Diputados las políticas del presidente Calderón”, reclamó en su última intervención, sin posibilidad de respuesta de la legisladora con licencia, quien más tarde dijo que hasta Calderón le reconoció públicamente su labor legislativa.

Sin rubor, Cordero fue permanentemente elogioso de Calderón, quien lo hizo en su gobierno subsecretario de Hacienda, secretario de Desarrollo Social y titular de Hacienda y antes, con Fox, lo acompañó por unos meses en Banobras y la Secretaría de Energía.

En esa lógica de continuismo, el identificado como el delfín de Calderón planteó una metáfora semejante a la de Fox de no cambiar de jinete a la mitad del río: En un país donde los accidentes aéreos truncaron la vida de dos secretarios de Gobernación en la actual administración, se dijo el único capaz de pilotear el avión que representa el país por su experiencia en la conducción económica.

“La economía es como un avión. Es un avión donde se tienen dos pilotos: El presidente de la República y el copiloto, que es el secretario de Hacienda. Y necesitamos que este avión donde vamos todos, donde van nuestros hijos, donde van nuestros nietos, donde van pues todo lo que queremos, que son nuestras familias, llegue a buen puerto, en un escenario donde hay una tormenta que se avecina y donde el avión va a tener que cruzar por el medio de la tormenta”.
Y preguntó: “¿Quién quieren que vaya en el control del avión: aquel que lo ha pilotado o algunos de los dos pasajeros que nunca han tocado los controles?”.

Ni Vázquez Mota ni Creel, en sus réplicas, aludieron a la metáfora. Ella se enfocó, desde el principio, en presentarse como la única capaz de ganarle a Peña Nieto y a Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la izquierda. El a ofrendar su experiencia para evitar la derrota.

Está pendiente la fecha del segundo debate antes de la primera elección del 5 de febrero, cuando se verifique si las encuestas tienen razón o, como hace seis años, cuando ganó Calderón a Creel, son sólo recursos de propaganda.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Totalmente de acuerdo, a ese debate le falto sabor, lo bueno es que Santiago Creel reconoció esto y pidio que cambiaran el formato. Me gustaria verlo como presidente porque se nota que si escucharia nuestras opiniones.