Jorge Diaz
Tomando en cuenta lo declarado por López Obrador la semana pasada, en el Estado de Querétaro, me quedo pasmado y extraviado en interrogantes: ¿para qué votar? ¿para seguir igual? De votar por AMLO ¿qué ganancia habría?, o por cualquier otro, si de todas formas no se perseguirá la justicia. Porque está comprobado que a PAN y PRI nada más no se les da lo de investigar delitos de los de su gremio y partido.
En el pueblo de Amealco, Querétaro, Andrés Manuel López Obrador llamó a la reconciliación nada más y nada menos que a los ex presidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, además a Diego Fernández de Cevallos, y hasta a Felipe Calderón, y manifestó: “Tengan la certeza de que nosotros no queremos venganza, queremos justicia”, considerando los personajes mencionados y sobre todo el llamado a la reconciliación a éstos, en la frase hay ambigüedad porque no habría reconciliación si se le comprueba responsabilidad a alguno de ellos en algún delito, de ser cierto que quiera justicia. Todavía se siguió diciendo que no buscará perseguir a nadie, mensaje implícito: En esos casos no se aspira a la consecución de la justicia. Entonces ¿blanco o negro? ¿son culpables de algún delito o no? Porque antes él, lo aseguraba ferozmente.
Ya instalado en el delirio; mismo que me hizo recordar al legendario Rigo Tovar, soltó: “La verdad, yo no odio, no tengo resentimientos contra nadie, soy muy amoroso y también digo que la verdad es amor y hay que decirla” y el cielo parecía abrirse.
Nadie está pidiendo venganza o cacería de brujas, pero se aspira a un mínimo de justicia y si en épocas pasadas, el mismísimo dedo índice derecho de Andrés Manuel se dirigía a muchos de los que ahora parece concederles el indulto (sólo por amor) y a muchos otros en su largo éxodo y verborrea durante este sexenio, ¿qué propone? ¿Complicidad? Al menos ese es el mensaje que se recibe.
Que quede claro, no estoy pidiendo cárcel automática para nadie, pero en este país se tienen que castigar los delitos de quien sea. Porque otro de los mensajes de AMLO es: para alcanzar mis aspiraciones políticas, estoy dispuesto a hacerme de la vista gorda con los políticos de otros partidos, que pudieran haber cometido algún ilícito. Pues no!
Entonces, todo seguiría igual, bonito asunto. A menos que esté mintiendo y adoptando una postura conciliadora para después sacar las uñas, lo cual sería peor por la mentira y porque estaría contradiciendo su mensaje cristiano. Cuántas locuras se dicen y se cometen por alcanzar el poder por el poder.
Tomando en cuenta lo declarado por López Obrador la semana pasada, en el Estado de Querétaro, me quedo pasmado y extraviado en interrogantes: ¿para qué votar? ¿para seguir igual? De votar por AMLO ¿qué ganancia habría?, o por cualquier otro, si de todas formas no se perseguirá la justicia. Porque está comprobado que a PAN y PRI nada más no se les da lo de investigar delitos de los de su gremio y partido.
En el pueblo de Amealco, Querétaro, Andrés Manuel López Obrador llamó a la reconciliación nada más y nada menos que a los ex presidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, además a Diego Fernández de Cevallos, y hasta a Felipe Calderón, y manifestó: “Tengan la certeza de que nosotros no queremos venganza, queremos justicia”, considerando los personajes mencionados y sobre todo el llamado a la reconciliación a éstos, en la frase hay ambigüedad porque no habría reconciliación si se le comprueba responsabilidad a alguno de ellos en algún delito, de ser cierto que quiera justicia. Todavía se siguió diciendo que no buscará perseguir a nadie, mensaje implícito: En esos casos no se aspira a la consecución de la justicia. Entonces ¿blanco o negro? ¿son culpables de algún delito o no? Porque antes él, lo aseguraba ferozmente.
Ya instalado en el delirio; mismo que me hizo recordar al legendario Rigo Tovar, soltó: “La verdad, yo no odio, no tengo resentimientos contra nadie, soy muy amoroso y también digo que la verdad es amor y hay que decirla” y el cielo parecía abrirse.
Nadie está pidiendo venganza o cacería de brujas, pero se aspira a un mínimo de justicia y si en épocas pasadas, el mismísimo dedo índice derecho de Andrés Manuel se dirigía a muchos de los que ahora parece concederles el indulto (sólo por amor) y a muchos otros en su largo éxodo y verborrea durante este sexenio, ¿qué propone? ¿Complicidad? Al menos ese es el mensaje que se recibe.
Que quede claro, no estoy pidiendo cárcel automática para nadie, pero en este país se tienen que castigar los delitos de quien sea. Porque otro de los mensajes de AMLO es: para alcanzar mis aspiraciones políticas, estoy dispuesto a hacerme de la vista gorda con los políticos de otros partidos, que pudieran haber cometido algún ilícito. Pues no!
Entonces, todo seguiría igual, bonito asunto. A menos que esté mintiendo y adoptando una postura conciliadora para después sacar las uñas, lo cual sería peor por la mentira y porque estaría contradiciendo su mensaje cristiano. Cuántas locuras se dicen y se cometen por alcanzar el poder por el poder.
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