Cae la ventaja de Romney en la contienda republicana

David Brooks / Corresponsal La Jornada

La contienda para determinar el candidato presidencial del Partido Republicano en las elecciones generales de noviembre fue marcada hoy por sorpresas que podrían cambiar la dinámica de este juego, al darse a conocer que el resultado de la primera elección estatal no fue el anunciado hace dos semanas, las revelaciones de una ex esposa de un precandidato defensor de los valores familiares de que en los 90 su entonces marido le propuso un matrimonio abierto y la decisión de otro precandidato de abandonar el juego.

Los precandidatos republicanos en este proceso electoral de estado por estado para determinar el abanderado de su partido para enfrentar al presidente Barack Obama, están batallando en la elección primaria en Carolina del Sur, el tercer estado en el calendario, que se realizará el sábado.

Mitt Romney gozaba de una marcada ventaja hace sólo unos días, después de anotar triunfos en las primeras rondas: Iowa y Nueva Hampshire. Todo indicaba que lograría ganar ésta y la cuarta contienda, en Florida, con lo cual podría coronarse ya como el próximo candidato republicano.

Pero esta estrategia sufre reveses inesperados. Las ventajas que Romney gozó por semanas, en los sondeos en Carolina del Sur se han esfumado, mientras hoy recibió noticias de que ya no puede proclamar su triunfo en la primera contienda estatal de este proceso.

Dos semanas después de la contienda en Iowa, donde se proclamó a Romney ganador por ocho votos sobre el ultraconservador ex senador Rick Santorum, autoridades del Partido Republicano estatal informaron hoy que el conteo demuestra que Santorum está ganando por unos 37 votos. Sin embargo, agregaron que aún no declararán un triunfador oficial, ya que algunos distritos no han entregado, hasta ahora, resultados, y por lo tanto no hay un conteo total.

En tanto, Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes en los 90, fortaleció su posición como el gran retador de Romney y hoy en Carolina del Sur algunos sondeos lo tienen empatado con Romney. Gingrich se ha presentado como la única opción conservadora viable contra Romney, quien es atacado como moderado, y que aún provoca sospechas entre bases cristianas fundamentalistas por ser mormón.

Hubo más noticias positivas para Gingrich cuando esta mañana el gobernador de Texas Rick Perry anunció que se retira de la contienda y que apoyará a Gingrich. Después de arrancar con grandes expectativas, el gobernador no logró consolidar su base de apoyo conservadora, cometiendo una serie de errores, entre ellos, olvidarse del contenido de sus propias propuestas en debates. Hoy, al dejar la contienda, declaró que Gingrich es un conservador visionario que puede transformar nuestro país, algo que no sólo fue bien recibido por Gingrich, sino que de inmediato desató un intenso esfuerzo para reclutar a su campaña a los muy ricos donantes del gobernador texano.

Pero hoy, ese visionario conservador sufrió un revés cuando la segunda ex esposa de Gingrich, Marianne, afirmó en entrevistas con ABC News y el Washington Post que en los 90 su entonces esposo le propuso tolerar que él mantuviera relaciones con su amante, Callista Bisek, una asistente legislativa, que hoy es su esposa. Él me pidió tener un matrimonio abierto y yo rehusé, declaró Marianne, quien estuvo casada con Gingrich durante 18 años. Además, recordó que él la dejó poco después de ser diagnosticada con esclerosis múltiple y que le dijo que su amante (y actual esposa) lo ayudaría a llegar a ser presidente. No es la primera vez que ella ha hablado de su relación, pero en esta ocasión subrayó que lo estaba haciendo para informar al país que, en su opinión, Gingrich no tiene el carácter moral para ser presidente.

Opositores de Gingrich han atacado repetidamente este flanco débil de su controvertida historia personal. Vale recordar que es el mismo político que encabezó los ataques contra el presidente Bill Clinton por sus aventuras extramaritales y que durante la actual campaña ha subrayado su ferviente defensa de los valores familiares y la santidad del matrimonio entre un hombre y una mujer.

Con las declaraciones de su ex esposa 48 horas antes de las primarias en Carolina del Sur, los analistas están a la espera de si lograrán dañar a Gingrich, quien al responder a preguntas de electores y reporteros hoy, reiteró: siempre he sido muy abierto sobre los errores que he cometido, que todo esto no es nada nuevo y que le ha pedido a Dios que lo perdone.

Esta noche, en el último debate entre los precandidatos antes de la elección en Carolina del Sur, Gingrich rechazó tajante las acusaciones de su ex esposa de que él le había propuesto un matrimonio abierto y enojado criticó al locutor CNN por iniciar el debate con esa pregunta.

Perry, al apoyar a Gingrich, se refirió a estos problemas y habló de perdón y redención. Newt no es perfecto, pero ¿quién entre nosotros lo es?, dijo.

Mientras, Santorum busca beneficiarse con la salida de Perry y las dificultades de Gingrich para presentarse como la única opción conservadora, y con el anuncio de que ganó Iowa, sus bases ultraconservadoras cristianas redoblaron esfuerzos. El otro contrincante, el representante federal de Texas y libertario Ron Paul, no espera ganar, pero sí continuar ahora que sólo quedan cuatro precandidatos en la contienda.

Por lo pronto, los precandidatos gastan millones e inundan las ondas de televisión y radio de propaganda, multiplicada varias veces con el apoyo de los súper comités de acción política creados por intereses empresariales y multimillonarios que pueden invertir montos sin límite, y con los chismes personales y misterios electorales revelados hoy, el proceso electoral parece más un circo que una contienda de ideas y propuestas.

Por eso no sorprende que un gran payaso se sume al espectáculo: el cómico satírico Stephen Colbert anunció que realizará un mitin político en Charleston, Carolina del Sur, este viernes. Resaltó que él goza del mayor nivel de impresión favorable que todos los precandidatos en la encuesta de Public Policy Polling esta semana. Colbert, quien se presenta como un comentarista ultraconservador en su programa nacionalmente influyente The Colbert Report, ha sido uno de los críticos más agudos –y seguidos– del espectáculo político estadunidense.

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