John Saxe-Fernández
Aunque las presiones sobre el manejo del petróleo mexicano por el cabildo del gas y el petróleo, el FMI-BID-Banco Mundial y el aparato de seguridad de Estados Unidos se intensificaron desde los años 70, cuando la reserva petrolera de esa potencia llegó al techo de producción e inició su declive, hoy la presión es mayor por el agotamiento del petróleo convencional y cambios en la ecuación energética mundial. La Agencia Internacional de Energía (AIE) del Departamento de Energía (DE) y el Pentágono (DdD) reconocen que muchos campos gigantes y supergigantes como Cantarell están en franco retroceso. Plantean que en lo técnico y financiero se dificulta la localización y extracción desde nuevos campos petroleros. En un estudio de la firma Deloitte se indica que ...(L)as reservas probadas se están agotando a una velocidad tres veces mayor que el promedio de nuevos hallazgos. (DOE/AIE 2009/10).
Se nos informa, además, que el principal problema de seguridad nacional se deriva de que hoy cerca de tres cuartas partes de las reservas probadas del petróleo convencional que queda en la corteza terrestre son propiedad y están bajo jurisdicción y control de entes públicos, en su mayoría de los países de la OPEP, entre ellos SaudiAramco, PDVSA, NIOC, QP, KPC y otros como Gazprom (Rusia), Pemex, etc.
Este es el contexto para que, contra toda razón y con la excusa del 11-S, Estados Unidos se declare en estado de guerra, abandone las normas civilizadas, fomente un estado de excepción dentro y fuera de su jurisdicción territorial y prosiga con las petroguerras. La Ley de Defensa Nacional, aprobada hace 10 días por Obama, con todo y sus reticencias, instaura un estado policial-militar con arrestos indefinidos en campos de detención, sin jueces, cortes civiles o proceso debido. Es parte de leyes y medidas marciales de emergencia, que se desbordan hacia México, Canadá y el orbe (globalresearch.ca). Con la guerra de agresión contra Irak, Afganistán, Libia y las ejecuciones extrajudiciales vía drones, Bush, Obama y la OTAN hicieron trizas el derecho internacional. Además, ante el techo petrolero y la crisis crónica que abate al sistema, colapsó la retórica librecambista dejándose ver la codicia y corrupción que siempre delató a la mano visible del capital monopólico/financiero.
Desde los primeros indicios del techo petrolero, Estados Unidos se inclinó por el uso de la diplomacia de fuerza y de la guerra, para restaurar la posición de Exxon-Mobil, Chevron-Texaco, etc: el crudo convencional se agota rápido y el negocio es inmenso y jugoso para dejarlo en manos de sus dueños legítimos (que incluye en nuestro caso a la prole) o al arbitrio de la mano invisible. Por ejemplo, en Irak, con una reserva de 110 mil millones de barriles, producir un barril de alta calidad cuesta unos pocos dólares. De ahí que permanezca el gran despliegue militar en Medio Oriente, se instiguen conflictos entre los productores del Golfo Pérsico y se intensifiquen operativos contra Irán, con riesgos de guerra general en Ormuz.
Los esquemas de intervención/ocupación de Estados Unidos en México bajo la guerra al narco y la Iniciativa Mérida ocurren en este contexto, también útil para calibrar los graves riesgos del entreguismo en materia energética y de seguridad, como dejó manifiesto Enrique Peña Nieto a fines del 2011, al ofrecer mayor privatización/extranjerización de Pemex en una gira por Estados Unidos. El priísta confirmó así el entendimiento con el aparato de seguridad personificado por John D. Negroponte (JDM), ex-director del National Intelligence Council, para continuar la guerra al narco –no hay opción, dijo JDM–, y para renegociar la riqueza fósil del país, convencional y no-convencional, legada por Cárdenas al pueblo mexicano. La negociación la planteó JDN en una cumbre de negocios que se realizó en Toluca (ver Petróleo y sucesión, La Jornada, 13/1/2011). JDN conoce la importancia estratégica del petróleo mexicano y que el crudo es el gran negocio del mundo y por ende, asunto de seguridad nacional. El petróleo genera 35 por ciento de la energía primaria del mundo (85 millones de barriles diarios). En 2015 la demanda será de 94.4 mbd y en 2030 de 106.4. De ahí el grave riesgo para México de que PRI y PAN se adhieran a Estados Unidos para desactivar Pemex. Peor: para consumar el despojo. ¡Peña pide el voto ciudadano!
Coda: urge detener la masacre en curso, salir del barranco por la vía pacífica y frenar la ofensiva contra Pemex, por lo que AMLO se presenta como la mejor opción para presidente 2012-2018.
Aunque las presiones sobre el manejo del petróleo mexicano por el cabildo del gas y el petróleo, el FMI-BID-Banco Mundial y el aparato de seguridad de Estados Unidos se intensificaron desde los años 70, cuando la reserva petrolera de esa potencia llegó al techo de producción e inició su declive, hoy la presión es mayor por el agotamiento del petróleo convencional y cambios en la ecuación energética mundial. La Agencia Internacional de Energía (AIE) del Departamento de Energía (DE) y el Pentágono (DdD) reconocen que muchos campos gigantes y supergigantes como Cantarell están en franco retroceso. Plantean que en lo técnico y financiero se dificulta la localización y extracción desde nuevos campos petroleros. En un estudio de la firma Deloitte se indica que ...(L)as reservas probadas se están agotando a una velocidad tres veces mayor que el promedio de nuevos hallazgos. (DOE/AIE 2009/10).
Se nos informa, además, que el principal problema de seguridad nacional se deriva de que hoy cerca de tres cuartas partes de las reservas probadas del petróleo convencional que queda en la corteza terrestre son propiedad y están bajo jurisdicción y control de entes públicos, en su mayoría de los países de la OPEP, entre ellos SaudiAramco, PDVSA, NIOC, QP, KPC y otros como Gazprom (Rusia), Pemex, etc.
Este es el contexto para que, contra toda razón y con la excusa del 11-S, Estados Unidos se declare en estado de guerra, abandone las normas civilizadas, fomente un estado de excepción dentro y fuera de su jurisdicción territorial y prosiga con las petroguerras. La Ley de Defensa Nacional, aprobada hace 10 días por Obama, con todo y sus reticencias, instaura un estado policial-militar con arrestos indefinidos en campos de detención, sin jueces, cortes civiles o proceso debido. Es parte de leyes y medidas marciales de emergencia, que se desbordan hacia México, Canadá y el orbe (globalresearch.ca). Con la guerra de agresión contra Irak, Afganistán, Libia y las ejecuciones extrajudiciales vía drones, Bush, Obama y la OTAN hicieron trizas el derecho internacional. Además, ante el techo petrolero y la crisis crónica que abate al sistema, colapsó la retórica librecambista dejándose ver la codicia y corrupción que siempre delató a la mano visible del capital monopólico/financiero.
Desde los primeros indicios del techo petrolero, Estados Unidos se inclinó por el uso de la diplomacia de fuerza y de la guerra, para restaurar la posición de Exxon-Mobil, Chevron-Texaco, etc: el crudo convencional se agota rápido y el negocio es inmenso y jugoso para dejarlo en manos de sus dueños legítimos (que incluye en nuestro caso a la prole) o al arbitrio de la mano invisible. Por ejemplo, en Irak, con una reserva de 110 mil millones de barriles, producir un barril de alta calidad cuesta unos pocos dólares. De ahí que permanezca el gran despliegue militar en Medio Oriente, se instiguen conflictos entre los productores del Golfo Pérsico y se intensifiquen operativos contra Irán, con riesgos de guerra general en Ormuz.
Los esquemas de intervención/ocupación de Estados Unidos en México bajo la guerra al narco y la Iniciativa Mérida ocurren en este contexto, también útil para calibrar los graves riesgos del entreguismo en materia energética y de seguridad, como dejó manifiesto Enrique Peña Nieto a fines del 2011, al ofrecer mayor privatización/extranjerización de Pemex en una gira por Estados Unidos. El priísta confirmó así el entendimiento con el aparato de seguridad personificado por John D. Negroponte (JDM), ex-director del National Intelligence Council, para continuar la guerra al narco –no hay opción, dijo JDM–, y para renegociar la riqueza fósil del país, convencional y no-convencional, legada por Cárdenas al pueblo mexicano. La negociación la planteó JDN en una cumbre de negocios que se realizó en Toluca (ver Petróleo y sucesión, La Jornada, 13/1/2011). JDN conoce la importancia estratégica del petróleo mexicano y que el crudo es el gran negocio del mundo y por ende, asunto de seguridad nacional. El petróleo genera 35 por ciento de la energía primaria del mundo (85 millones de barriles diarios). En 2015 la demanda será de 94.4 mbd y en 2030 de 106.4. De ahí el grave riesgo para México de que PRI y PAN se adhieran a Estados Unidos para desactivar Pemex. Peor: para consumar el despojo. ¡Peña pide el voto ciudadano!
Coda: urge detener la masacre en curso, salir del barranco por la vía pacífica y frenar la ofensiva contra Pemex, por lo que AMLO se presenta como la mejor opción para presidente 2012-2018.
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