Suman cinco los cuerpos hallados en la FEG

Jaime Ramírez Yáñez y Rubén Torres / El Economista

En total suman cinco los cadáveres encontrados ayer en los terrenos de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG).

En conferencia de prensa, el titular de la Procuraduría estatal, Tomás Coronado Olmos, había informado de la localización de tres cuerpos enterrados en instalaciones de la FEG. Cerca de las 6 de la tarde otras dos víctimas fueron encontradas por peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) en las inmediaciones del inmueble estudiantil.

En el primer caso, los tres primeros cuerpos pertenecerían a Gabriel Morán Cervantes, Juan Pablo Valentín Guerrero, y Francisco Javier Carrillo García.

Los cadáveres localizados ayer por la tarde, podrían ser de Armando Gómez y su hijo, Francisco Ismael Gómez.

De acuerdo con testimonios de familiares, las víctimas acudieron hace cuatro o cinco días para negociar las cuotas que la organización les cobraba por dejarlos vender en el exterior del edificio.

Sin embrago, la Procuraduría confirmó que hay una línea de investigación que implica el tema del narcomenudeo.

Coronado Olmos destacó que aún no hay detenidos por este caso, pero que ya cuentan con datos para dar con el paradero de algunos sospechosos.

Un pasado conflictivo

La Federación de Estudiantes de Guadalajara es la resultante de la escisión de lo que se llamó Frente de Estudiantes Socialistas de Occidente (FESO) y nació en 1948 con Carlos Ramírez Ladewig al frente.

Durante el gobierno de Agustín Yáñez, la institución estudiantil que por esos años estaba apalancada por el padre del exrector Raúl Padilla López, Raúl Padilla Gutiérrez, se identificó como una organización de choque y presión para los “enemigos” de la Universidad de Guadalajara.

Después del conflicto del 68, la FEG sirvió de contrapeso para combatir a diferentes grupos extremistas y en esta época se forman dentro de esa organización sicarios tales como Carlos Morales García El Pelacuas y otros más que figuraron en medios dedicados a temas delictivos.

El 12 de septiembre de 1975 Carlos Ramírez es ejecutado por un comando armado encabezado por El Pelacuas. Ese mismo año Álvaro Ramírez asume el control de la organización, sin embargo, en 1991 rompe relaciones en Raúl Padilla López, quien desde la Rectoría alienta la conformación de su propia organización, denominada Federación de Estudiantes.

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