Cepal: México a la baja
Modelo económico a debate
Carlos Fernández-Vega / México SA
La Cepal tuvo a bien informar que en 2011 México ocupó los últimos escalones latinoamericanos en lo que a crecimiento económico se refiere. Nada nuevo bajo el sol, porque esa ha sido la dinámica económica mexicana en cuando menos las últimas tres décadas, aunque de forma aún más marcada en la panista, que lo único que ha estimulado es el rezago nacional frente a otras naciones de la región. Para no ir más lejos, Haití y Nicaragua, que ya es decir, crecen a mayores tasas que esta República de discursos.
Resulta inevitable (aunque con los políticos mexicanos todo es evitable) que el centro del debate electoral del año venidero sea el cambio del modelo económico, seguido por los últimos cinco gobiernos fundamentalistas. Evadir el tema y mantener las cosas intocadas es procurar el estallido social, de tal suerte que quien llegue a ocupar el hueso mayor ya sabe por dónde comenzar a levantar el tiradero.
En vía de mientras, la propia Cepal desmenuzó el acontecer económico mexicano a lo largo de 2011, y lo primero que destaca es la notoria desaceleración que se tradujo en un menor avance (30 por ciento por abajo del registrado en 2010). Como siempre, el ingreso petrolero fue el sustento de este país, con un incremento de 13.5 por ciento. Por el lado de los ingresos no tributarios, se observó un incremento de 3 por ciento, aunque se registró una caída en la recaudación neta del IVA a causa del aumento de las devoluciones. De cualquier suerte, los ingresos tributarios equivalieron a 10.1 por ciento del PIB, la proporción más reducida en América Latina.
En los primeros ocho meses del año, el mercado cambiario experimentó una estabilidad relativa, con una tendencia a la apreciación. El tipo de cambio interbancario promedió 11.9 pesos por dólar entre enero y agosto de 2011, pero en el cuarto trimestre la tendencia fue al alza hasta ubicarlo en torno a los 14 pesos por dólar. El agravamiento de la crisis de la deuda de Europa condujo a una reversión de los flujos internacionales de capitales hacia activos considerados refugios de valor, hecho que entre septiembre y noviembre imprimió volatilidad a la paridad. La cotización interbancaria se ubicó en 13.7 pesos por dólar a finales de noviembre, lo que implica una depreciación nominal de 11.6 por ciento con respecto al nivel observado a principios del año, y de 4 por ciento del tipo de cambio real multilateral.
El crédito al sector privado por parte de la banca privada continuó con la recuperación mostrada en 2010; en los primeros 10 meses de 2011 tuvo un crecimiento nominal de 14.5 por ciento (10.9 por ciento en términos reales). El crédito al consumo tuvo una expansión notable (21.4 por ciento nominal), mientras que, por sector, destacó el aumento del financiamiento a los servicios (16 por ciento), que se ha convertido en el motor de la economía.
La producción agropecuaria se contrajo entre enero y septiembre, producto de eventos climatológicos adversos. La manufactura se expandió, alentada por la mayor producción de equipo de transporte, maquinaria y equipo, productos metálicos, bebidas y tabaco. Sobresalió el crecimiento de la industria automotriz, que estuvo alentada por mayores exportaciones. La construcción continuó con la recuperación iniciada en el segundo semestre de 2010 y en los primeros nueve meses creció a una tasa superior a la del PIB en su conjunto. Entre los servicios, destacó el dinamismo del comercio y los servicios de información en medios masivos. De acuerdo con datos del primer semestre, el aumento de la demanda global estuvo alentado por el dinamismo de las exportaciones y de la formación bruta de capital, mientras que el consumo mostró una expansión modesta.
En octubre, la inflación general anual ascendió a 3.2 por ciento, tasa menor a la observada en el mismo mes de 2010 (4 por ciento). Esta desaceleración obedece principalmente al dinamismo moderado de la demanda interna. Los componentes que más contribuyeron al alza del índice de precios al consumidor son: alimentos, bebidas y tabaco, productos pecuarios y educación (colegiaturas).
En los tres primeros trimestres de 2011, las exportaciones crecieron pero menor de lo observado en el mismo periodo de 2010 (19.6 y 33.7 por ciento, respectivamente). Las exportaciones petroleras mostraron un dinamismo significativo (41.2 por ciento), alentadas por mayores precios, a pesar de un menor volumen de producción. Las de manufacturas, que representan 79.7 por ciento de las exportaciones totales, se incrementaron 15.4 por ciento en los primeros nueve meses del año (contra 33.4 en el mismo periodo de 2010). Sobresale el crecimiento de las exportaciones minero-metalúrgicas, alimentos, bebidas y tabaco, siderurgia e industria automotriz. Las importaciones también moderaron su dinamismo y se expandieron 18.8 por ciento entre enero y septiembre de 2011, en contraste con 31.1 del mismo periodo de 2010. Las importaciones petroleras aumentaron 48.1 en esos meses, producto de mayores precios internacionales.
En los primeros nueve meses del año, los ingresos en concepto de remesas familiares crecieron a una tasa interanual de 6.6 por ciento, el ritmo de expansión más alto después de la reciente crisis económica. El deterioro del déficit de la cuenta corriente está asociado a un mayor saldo negativo de la balanza de servicios, como consecuencia, principalmente, del aumento del débito por concepto de transportes, y de la cuenta de renta, por el mayor pago de intereses y repatriación de utilidades.
La Cepal estimó que en 2012 el PIB crecería 3.3 por ciento, ante una mayor desaceleración de la demanda externa. La variación anual del nivel de precios se mantendrá dentro de la meta anual del Banco de México. El presupuesto de ingresos y egresos fiscales aprobado para 2012 tiene una postura conservadora, en un entorno de desaceleración económica, y proyecta un déficit equivalente a 0.4 por ciento del PIB (2.4 si se incluye la inversión de Pemex). El déficit de la cuenta corriente se ampliará, ante el menor crecimiento de las exportaciones, la desaceleración de los ingresos turísticos y las remesas, y un posible aumento de las importaciones debido al vencimiento de las medidas compensatorias que México había establecido para los productos de China.
Las rebanadas del pastel
Un fuerte abrazo para todos, con los mejores deseos de este tecleador. Felices fiestas y ¡salud! (de las dos)... Nos encontramos el lunes y a echarle ganas.
Modelo económico a debate
Carlos Fernández-Vega / México SA
La Cepal tuvo a bien informar que en 2011 México ocupó los últimos escalones latinoamericanos en lo que a crecimiento económico se refiere. Nada nuevo bajo el sol, porque esa ha sido la dinámica económica mexicana en cuando menos las últimas tres décadas, aunque de forma aún más marcada en la panista, que lo único que ha estimulado es el rezago nacional frente a otras naciones de la región. Para no ir más lejos, Haití y Nicaragua, que ya es decir, crecen a mayores tasas que esta República de discursos.
Resulta inevitable (aunque con los políticos mexicanos todo es evitable) que el centro del debate electoral del año venidero sea el cambio del modelo económico, seguido por los últimos cinco gobiernos fundamentalistas. Evadir el tema y mantener las cosas intocadas es procurar el estallido social, de tal suerte que quien llegue a ocupar el hueso mayor ya sabe por dónde comenzar a levantar el tiradero.
En vía de mientras, la propia Cepal desmenuzó el acontecer económico mexicano a lo largo de 2011, y lo primero que destaca es la notoria desaceleración que se tradujo en un menor avance (30 por ciento por abajo del registrado en 2010). Como siempre, el ingreso petrolero fue el sustento de este país, con un incremento de 13.5 por ciento. Por el lado de los ingresos no tributarios, se observó un incremento de 3 por ciento, aunque se registró una caída en la recaudación neta del IVA a causa del aumento de las devoluciones. De cualquier suerte, los ingresos tributarios equivalieron a 10.1 por ciento del PIB, la proporción más reducida en América Latina.
En los primeros ocho meses del año, el mercado cambiario experimentó una estabilidad relativa, con una tendencia a la apreciación. El tipo de cambio interbancario promedió 11.9 pesos por dólar entre enero y agosto de 2011, pero en el cuarto trimestre la tendencia fue al alza hasta ubicarlo en torno a los 14 pesos por dólar. El agravamiento de la crisis de la deuda de Europa condujo a una reversión de los flujos internacionales de capitales hacia activos considerados refugios de valor, hecho que entre septiembre y noviembre imprimió volatilidad a la paridad. La cotización interbancaria se ubicó en 13.7 pesos por dólar a finales de noviembre, lo que implica una depreciación nominal de 11.6 por ciento con respecto al nivel observado a principios del año, y de 4 por ciento del tipo de cambio real multilateral.
El crédito al sector privado por parte de la banca privada continuó con la recuperación mostrada en 2010; en los primeros 10 meses de 2011 tuvo un crecimiento nominal de 14.5 por ciento (10.9 por ciento en términos reales). El crédito al consumo tuvo una expansión notable (21.4 por ciento nominal), mientras que, por sector, destacó el aumento del financiamiento a los servicios (16 por ciento), que se ha convertido en el motor de la economía.
La producción agropecuaria se contrajo entre enero y septiembre, producto de eventos climatológicos adversos. La manufactura se expandió, alentada por la mayor producción de equipo de transporte, maquinaria y equipo, productos metálicos, bebidas y tabaco. Sobresalió el crecimiento de la industria automotriz, que estuvo alentada por mayores exportaciones. La construcción continuó con la recuperación iniciada en el segundo semestre de 2010 y en los primeros nueve meses creció a una tasa superior a la del PIB en su conjunto. Entre los servicios, destacó el dinamismo del comercio y los servicios de información en medios masivos. De acuerdo con datos del primer semestre, el aumento de la demanda global estuvo alentado por el dinamismo de las exportaciones y de la formación bruta de capital, mientras que el consumo mostró una expansión modesta.
En octubre, la inflación general anual ascendió a 3.2 por ciento, tasa menor a la observada en el mismo mes de 2010 (4 por ciento). Esta desaceleración obedece principalmente al dinamismo moderado de la demanda interna. Los componentes que más contribuyeron al alza del índice de precios al consumidor son: alimentos, bebidas y tabaco, productos pecuarios y educación (colegiaturas).
En los tres primeros trimestres de 2011, las exportaciones crecieron pero menor de lo observado en el mismo periodo de 2010 (19.6 y 33.7 por ciento, respectivamente). Las exportaciones petroleras mostraron un dinamismo significativo (41.2 por ciento), alentadas por mayores precios, a pesar de un menor volumen de producción. Las de manufacturas, que representan 79.7 por ciento de las exportaciones totales, se incrementaron 15.4 por ciento en los primeros nueve meses del año (contra 33.4 en el mismo periodo de 2010). Sobresale el crecimiento de las exportaciones minero-metalúrgicas, alimentos, bebidas y tabaco, siderurgia e industria automotriz. Las importaciones también moderaron su dinamismo y se expandieron 18.8 por ciento entre enero y septiembre de 2011, en contraste con 31.1 del mismo periodo de 2010. Las importaciones petroleras aumentaron 48.1 en esos meses, producto de mayores precios internacionales.
En los primeros nueve meses del año, los ingresos en concepto de remesas familiares crecieron a una tasa interanual de 6.6 por ciento, el ritmo de expansión más alto después de la reciente crisis económica. El deterioro del déficit de la cuenta corriente está asociado a un mayor saldo negativo de la balanza de servicios, como consecuencia, principalmente, del aumento del débito por concepto de transportes, y de la cuenta de renta, por el mayor pago de intereses y repatriación de utilidades.
La Cepal estimó que en 2012 el PIB crecería 3.3 por ciento, ante una mayor desaceleración de la demanda externa. La variación anual del nivel de precios se mantendrá dentro de la meta anual del Banco de México. El presupuesto de ingresos y egresos fiscales aprobado para 2012 tiene una postura conservadora, en un entorno de desaceleración económica, y proyecta un déficit equivalente a 0.4 por ciento del PIB (2.4 si se incluye la inversión de Pemex). El déficit de la cuenta corriente se ampliará, ante el menor crecimiento de las exportaciones, la desaceleración de los ingresos turísticos y las remesas, y un posible aumento de las importaciones debido al vencimiento de las medidas compensatorias que México había establecido para los productos de China.
Las rebanadas del pastel
Un fuerte abrazo para todos, con los mejores deseos de este tecleador. Felices fiestas y ¡salud! (de las dos)... Nos encontramos el lunes y a echarle ganas.
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