Jorge Diaz
Por fin se apuntaron como precandidatos Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero. Vale la pena comentar que en tiempos donde la tecnología avanza apresuradamente, las necesidades de los jóvenes son muy distintas a las de hace veinte años y sobre todo, cuando la modernidad exige creatividad e imaginación para sorprender, dejar apantallado, conquistar, ellos se apegaron a un guión con sabor a cargada, clientelismo, discursitis, aburrimiento, con sabor a viejo.
Después que ninguno de los que está abajo en las encuestas -Creel y Cordero- dio su brazo a torcer para limpiar un poco más el proceso y dejarle a sus “afiliados” y “adherentes” un trabajo reflexivo menos complicado para el día de la votación interna, la competencia se antoja un tanto complicada y se anticipan golpes por debajo de la mesa.
Al menos esa impresión dejaron Vázquez Mota y Cordero. Sobre todo por la demostración de cargada y de intransigencia (marca Los Pinos) por parte del llamado “delfín” de Calderón. Y es que no es creíble la multitud de la que se hizo acompañar, luego de revisar el histórico de las encuestas, a Cordero no le alcanza para eso. Por parte de la compañía de los gobernadores panistas, se entiende el compromiso (¿a fuerza?) que se tiene con el actual mandatario para dar la impresión de que Cordero se meterá a la pelea e incluso que tiene amplias posibilidades de ganar la candidatura. Ahí, el aspirante Cordero sentenció ser el candidato de la continuidad del proyecto de Felipe Calderón ¡Ay nanita!
Nadie niega que mediante maniobras al interior del blanquiazul y torciendo dos o tres manos, Ernesto Cordero pueda ganarle a la mejor posicionada hasta el momento, pero el cálculo a la hora de sacarlos a competir en las encuestas contra los otros dos aspirantes ya definidos por parte del PRI y la izquierda unida, hacen prácticamente imposible que Cordero retenga la presidencia para el PAN.
Si por las razones que fueran Cordero termina abanderando al PAN en la elección presidencial, se obscurecen los pronósticos para tener una campaña un poco más limpia, educada y propositiva, puesto que es bien conocido el modus operandi del actual ocupante de Los Pinos, que está dispuesto a todo para salirse con la suya.
De ver rebasado por los otros candidatos a su preferido, su intransigencia e incapacidad para saber perder, pueden perjudicar aun más el ambiente de encono que vive nuestro país. Sin estar a favor de lo que recientemente declaró Josefina en sentido de dejar ver que daría alguna continuidad al proyecto calderonista, que ha dejado tantos miles de muertos y pésimos resultados en la creación de empleos y oportunidades, creo que de llegar a ser ella la candidata por el PAN y ya estando instalada en la campaña, matizaría el discurso y procuraría no empeorar las cosas, porque después de todo, el apoyo de Calderón no se desbordaría como lo haría con Cordero, al no contar con la certeza de su incondicionalidad…espero.
Por fin se apuntaron como precandidatos Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero. Vale la pena comentar que en tiempos donde la tecnología avanza apresuradamente, las necesidades de los jóvenes son muy distintas a las de hace veinte años y sobre todo, cuando la modernidad exige creatividad e imaginación para sorprender, dejar apantallado, conquistar, ellos se apegaron a un guión con sabor a cargada, clientelismo, discursitis, aburrimiento, con sabor a viejo.
Después que ninguno de los que está abajo en las encuestas -Creel y Cordero- dio su brazo a torcer para limpiar un poco más el proceso y dejarle a sus “afiliados” y “adherentes” un trabajo reflexivo menos complicado para el día de la votación interna, la competencia se antoja un tanto complicada y se anticipan golpes por debajo de la mesa.
Al menos esa impresión dejaron Vázquez Mota y Cordero. Sobre todo por la demostración de cargada y de intransigencia (marca Los Pinos) por parte del llamado “delfín” de Calderón. Y es que no es creíble la multitud de la que se hizo acompañar, luego de revisar el histórico de las encuestas, a Cordero no le alcanza para eso. Por parte de la compañía de los gobernadores panistas, se entiende el compromiso (¿a fuerza?) que se tiene con el actual mandatario para dar la impresión de que Cordero se meterá a la pelea e incluso que tiene amplias posibilidades de ganar la candidatura. Ahí, el aspirante Cordero sentenció ser el candidato de la continuidad del proyecto de Felipe Calderón ¡Ay nanita!
Nadie niega que mediante maniobras al interior del blanquiazul y torciendo dos o tres manos, Ernesto Cordero pueda ganarle a la mejor posicionada hasta el momento, pero el cálculo a la hora de sacarlos a competir en las encuestas contra los otros dos aspirantes ya definidos por parte del PRI y la izquierda unida, hacen prácticamente imposible que Cordero retenga la presidencia para el PAN.
Si por las razones que fueran Cordero termina abanderando al PAN en la elección presidencial, se obscurecen los pronósticos para tener una campaña un poco más limpia, educada y propositiva, puesto que es bien conocido el modus operandi del actual ocupante de Los Pinos, que está dispuesto a todo para salirse con la suya.
De ver rebasado por los otros candidatos a su preferido, su intransigencia e incapacidad para saber perder, pueden perjudicar aun más el ambiente de encono que vive nuestro país. Sin estar a favor de lo que recientemente declaró Josefina en sentido de dejar ver que daría alguna continuidad al proyecto calderonista, que ha dejado tantos miles de muertos y pésimos resultados en la creación de empleos y oportunidades, creo que de llegar a ser ella la candidata por el PAN y ya estando instalada en la campaña, matizaría el discurso y procuraría no empeorar las cosas, porque después de todo, el apoyo de Calderón no se desbordaría como lo haría con Cordero, al no contar con la certeza de su incondicionalidad…espero.
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